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La fuga impositiva de países ricos a paraísos fiscales sufragaría tres veces la doble vacunación del planeta

La evasión tributaria anual declarada de los socios de la OCDE se aproxima al medio billón de dólares. En concreto, 483.000 millones, de los que 312.000 procede de la ingeniería fiscal de las multinacionales y 171.000 de grandes fortunas. Cantidad con la que se podrían vacunar 1.000 personas cada segundo.

Varias personas esperan para recibir la vacuna contra la covid-19 en Johannesburgo, Sudáfrica, el 3 de diciembre.
Varias personas esperan para recibir la vacuna contra la covid-19 en Johannesburgo, Sudáfrica, el 3 de diciembre. Kim Ludbrook / EFE

Si hubiera vacunas suficientes para toda la población global —que las hay, a juzgar por el stock de existencias a disposición de las naciones de rentas altas—, ¿qué factura ocasionaría inmunizar con doble dosis a todo el planeta? El equivalente a la tercera parte de las fugas de impuestos de los países de la OCDE. Y aún quedarían recursos monetarios. The State of Tax Justice 2021, publicado por Tax Justice Network, think tank sin ánimo de lucro que explora este tipo de prácticas fiscales dañinas, según la terminología del propio club de potencias industrializadas y que ofrece datos puntuales sobre el escalofriante montante de dinero sin declarar en todo el mundo, calcula que el año de la Gran Pandemia ha registrado unas fugas próximas al medio billón de dólares entre los socios de la OCDE. Más en concreto, 483.000 millones, la suma de 312.000 millones evadidos desde empresas multinacionales y 171.000 enviados hacia centros off-shore por las grandes fortunas del planeta.

El abuso fiscal de los países ricos debilita todavía más a las naciones en desarrollo, se enfatiza en el informe anual de la organización, en el que se reclama nuevas reglas de juego más estrictas en materia de fiscalidad internacional a la OCDE y Naciones Unidas. Porque, entre otras razones, señala Miroslav Palansky, experto en datos de Tax Justice Network, la bolsa de evasión fiscal de las naciones de rentas altas "es sólo la punta del iceberg". Únicamente lo que "podemos ver en la superficie, a partir de los recientes progresos, todavía mínimos, en materia de transparencia e intercambio de información tributaria por parte de los territorios de baja tributación". Pero lo que hay por encima de esa capa superficial -explica Palansky- "tiene un coste de una magnitud más que considerable en pérdida de recursos".

En opinión de Tax Justice Network, más del 99% de las fugas impositivas proceden de compañías transnacionales y de fortunas individuales, que usan habitualmente metodologías de ingeniería financiera y fiscal para eludir las obligaciones regulatorias de los países de rentas altas. Todos ellos, inmersos en "la boca del león", la OCDE que, a pesar de su compromiso de revertir la lacra de la evasión tributaria global, acoge entre sus socios al 78% de los responsables de esas fugas. Exactamente, sus empresas y altos patrimonios trasladan 378.000 millones de dólares. Mientras desde su estructura se teje la decisión del G-20 de establecer el gravamen mínimo del 15% sobre los beneficios para las multinacionales.

Su permisividad legal permite eludir 268.000 millones de dólares anuales; 18 veces el gasto global en mascarillas de 2020 y 2021

El peor de sus estados miembros es Reino Unido. La sexta economía global emite el 39% de las evasiones fiscales mundiales y sus autoridades tributarias están lejos de solventar esta práctica delictiva que se dirige habitualmente hacia varios de sus territorios de ultramar; principalmente, Islas Caimán y Jersey, aunque también en el City de Londres. Donde nunca han hecho uso de su poder de vero de normas que emanan de estos enclaves asociados a la Corona británica. Aunque no es el único gran culpable. Tax Justice menciona expresamente a Países Bajos, Luxemburgo y Suiza como artífices de más de la mitad de las fugas tributarias globales; en concreto, el 55%. El denominado por la terminología delictiva internacional como el "eje de la evasión de impuestos" y cuyas leyes de permisividad fiscal contribuyen a eludir nada menos que 268.000 millones de dólares anuales. Cifra equivalente al PIB de la República Checa o de Portugal y que supera en 18 veces el gasto global en mascarillas de 2020 y 2021.

Circuito de propagación de las evasiones

El problema del eje de evasión es que juega un papel estelar en la facilitación del abuso fiscal en términos globales, y deja perdedores flagrantes en términos absolutos. Uno de ellos es Francia, que registra una elusión impositiva superior a los 4.600 millones de dólares anuales, pero deja de ingresar, por fugas hacia la conexión Países Bajos-Luxemburgo-Suiza casi diez veces más. Una suma que excede de los 41.000 millones. Aunque tampoco los ciudadanos de estos enclaves son los grandes beneficiarios, ya que acaban en los bolsillos de multinacionales y grandes fortunas. De hecho, en gran parte de los territorios off-shore han crecido las desigualdades sociales y hay cada vez mayores focos de corrupción dentro de sus sistemas políticos e instituciones. Por efecto del "curso financiero" del dinero no declarado.

Sin embargo, se encarga de enfatizar este centro de investigación, "ninguno de los socios de la OCDE ni del eje de evasión tributaria aparece en lista negra alguna de paraísos fiscales". Frente a la larga acumulación de pequeñas islas y enclaves que dominan la clasificación de la UE, "pese a que son responsables del 1,1% de las evasiones mundiales", recoge el informe.

Pero hay más hipocresía en esta duty free shop global de dinero no declarado que suele ir ligado, en no pocas ocasiones, de procedimientos de lavado de capitales y, en consecuencia, vinculados a la criminalidad organizada. El circuito de evasión de países ricos también perjudica de forma severa al bloque de naciones en desarrollo. Dado que los 443.000 millones anuales que se fugan desde la órbita OCDE suponen una mínima cantidad de sus arcas de Hacienda, el 9,7%. Mientras que los 39.700 millones que dejan de ingresar las naciones de rentas bajas alcanza el 48% de los recursos que deberían plasmarse como ajustados a la realidad en sus partidas presupuestarias. Una injusticia en la que "tienen poco que decir", porque carecen de voto en los clubs de decisión mundial.

Infografía de Tax Justice Network.
Infografía de Tax Justice Network.
Por cada dólar que los socios de la OCDE envían al Programa Covax , costean 43 dólares para facilitar evasiones impositivas

Pero los 483.000 millones de dólares de evaporación de las arcas de los tesoros industrializados tienen, a juicio de los expertos de Tax Justice Network otra lectura de mayor enjundia social, de solidaridad global. Con tal cantidad, se podría inmunizar con doble dosis a toda la población del planeta más de tres veces. A razón de 1.000 personas por segundo podrían recibir la vacuna de la covid-19. Y sólo las fugas ocasionadas en las naciones de rentas más bajas con destino a los paraísos fiscales servirían para inocular a seis de cada diez de sus ciudadanos. Con lo que -explica el informe- estos países reciben un doble abuso: el robo de sus recursos que podrían destinarse a proteger a sus residentes y su mayor exposición a una crisis humanitaria y económica.

El estudio también revela que por cada dólar que los socios de la OCDE envían al Programa Covax de Naciones Unidas para impulsar la igualdad de las vacunaciones entre los países en desarrollo, costean 43 dólares por facilitar evasiones impositivas. En conjunto, los 38 socios del club de elite económica han desplegado 8.700 millones de dólares a esta iniciativa, frente a los 378.000 que transfieren a centros off-shore. Cantidad con la que se podrían inyectar hasta 2,9 veces la doble pauta contra la covid-19, insisten en este think-tank.

Una gran propuesta por el cambio

Dereje Alemanyehu, coordinador ejecutivo de Global Alliance for Tax Justice, institución que ha participado en el informe, asegura que "los países más ricos, como en sus periodos coloniales, se han arrogado la idea de que sólo ellos pueden gobernar la fiscalidad internacional, pese a que sus entramados actuales facilitan el robo del ahorro colectivo y posibilitan la caída de riqueza y de poder de las naciones más desfavorecidas". A su juicio, "combatir la desigualdad requiere un golpe en la mesa contra las evasiones impositivas", ya que las reglas que permiten que "fortunas y multinacionales sean cada vez más ricos sin pagar impuestos deberían ser reformadas con un carácter de urgencia por parte de Naciones Unidas y en defensa de la democracia y no a través de un club de naciones con altos estándares de riqueza que toman decisiones a puerta cerrada".

Las duras palabras de Alemayehu anteceden a la petición de que se cree un Panel de Alto Nivel sobre Contabilidad, Transparencia e Integridad dentro de los objetivos de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas. El llamado Panel Facti supondría sacar la gobernanza sobre fiscalidad del club OCDE. Y crear un Centro de Monitorización de Derechos Impositivos en el seno de la ONU en el que se configure una auténtica contabilidad sobre flujos financieros ilícitos y evasiones fiscales y la instauración de medidas regulatorias inclusivas que cambien la dinámica de los beneficios empresariales y las grandes fortunas hacia los centros off-shore. Además de esbozar críticas a la OCDE por haber tardado decenios en establecer el mínimo global del 15% en la tributación por Sociedades, y que sólo tardara semanas en culminar el mandato recibido por el G-20 a instancias de la administración Biden.

Tax Justice dice que el gravamen del 15% a empresas sólo dañará tangencialmente a los paraísos fiscales, pero sin actuar contra ellos

La reacción de la OCDE es sólo una moneda de plata dentro del cofre de riqueza que atesoran los paraísos fiscales, resalta el informe. El acuerdo del 15% dañará tangencialmente a los centros off-shore con prácticas fiscales dañinas, como las define el propio club de países ricos. Pero no actuará contra ellos. Alex Cobham, responsable ejecutivo de Tax Justice Nework incide en este punto de la cuestión: "otro año de pandemia y otro medio billón de dólares que se agencian las multinacionales y los grandes patrimonios individuales", cuando la fiscalidad "es la herramienta más poderosa para combatir las desigualdades". En opinión de Cobham, "debemos reprogramar el sistema de fiscalidad internacional para proteger a las personas y sus modos de vida de los deseos de riqueza de las fortunas". A partir de "los países exactos que son responsables de estos abusos tributarios que padecemos todos" y que recoge el estudio de Tax Justice Network. "Es el momento de la responsabilidad global", concluye.

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