BRUSELAS.- El ministro de Economía, Luis de Guindos, ha admitido este martes que hay una "distancia importante" entre el Eurogrupo y Grecia y ha pedido al nuevo Gobierno de Alexis Tsipras que "recapacite" y pida la prórroga del actual rescate como le reclaman sus socios europeos.

Guindos ha avisado de que Atenas vive una "situación extremadamente compleja de liquidez" porque "no tiene acceso a los mercados" y sus dos únicas fuentes de financiación son el propio rescate y la banca griega, que compra las letras del Tesoro heleno. "Por eso mismo, si es necesario ganar tiempo, era imprescindible" solicitar esta extensión.

"Espero que todo el mundo recapacite, especialmente el Gobierno griego, y que reconsidere su posición para que hagamos lo mejor para Grecia y para el conjunto de la zona euro", ha resaltado el ministro de Economía. "En estos momentos, la pelota está en el alero del Gobierno griego. Tiene que pedir formalmente la extensión del programa y también reconocer que hay un programa en vigor que tiene condiciones", ha insistido.

El Eurogrupo ha dado de plazo a Atenas hasta el viernes para solicitar esta prórroga. Durante la reunión, el ministro griego de Finanzas, Yanis Varoufakis, ("que se sienta geográficamente a mi izquierda", según ha bromeado Guindos) defendió que el acuerdo del rescate griego "tiene una serie de compromisos que no son válidos". "Yo le dije que el dinero que le habíamos dado sí era válido. Que los 26.000 millones de euros que le ha dado España es con el esfuerzo de todos los españoles", ha señalado.

Guindos ha negado que existan "divergencias" dentro el Eurogrupo sobre cómo tratar a Grecia y ha sostenido que hay una "posición firme y unánime" de los socios de la eurozona y las instituciones de la troika. "Todo el mundo, y especialmente una serie de países que necesitan pasarlo por sus parlamentos, pidieron una petición de la extensión por parte del Gobierno griego del programa anterior y esto en principio no fue aceptado", ha explicado.

"También se indicó que había unos compromisos como consecuencia del programa anterior y que esos compromisos había que cumplirlos, que se podía tratar con flexibilidad, y ahí tampoco fue concluyente en absoluto el nuevo Gobierno griego", ha proseguido el ministro español.

"Se puso de manifiesto que había una distancia importante", ha afirmado Guindos, que ha indicado que "el fracaso intentaremos evitarlo" y ha negado que el Eurogrupo haya lanzado un ultimátum a Atenas. "Yo no creo que sea un tema de ultimátum en absoluto -ha alegado- pero hay unas reglas y el Gobierno griego debe reconocer esas reglas, esas reglas nos las hemos dado todos, forman parte de la transferencia de soberanía".

En todo caso, Guindos ha admitido que las diferencias semánticas entre Grecia y el Eurogrupo -por ejemplo hablar de instituciones en lugar de troika o de programa puente en lugar de prórroga- no son la "cuestión fundamental". "Desde el punto de vista de la sustancia hay divergencias y los problemas de sustancia salen a la superficie", ha apuntado, aunque ha negado que el Eurogrupo esté siendo más duro con Grecia desde la llegada de SYRIZA al Gobierno.

El pago de la deuda, una línea roja

Para el ministro de Economía, "el Gobierno griego lo que tiene que hacer es poner claramente de manifiesto que es lo que quiere hacer y lo que está dispuesto hacer y hay una serie de líneas rojas". Para España, la más importante es que "la deuda se tiene que pagar" ya que los 26.000 millones que ha prestado a Grecia es "mucho dinero". "La cifra es aproximadamente lo que nosotros gastamos en el año en prestación de desempleo", ha insistido.

"España está con una actitud constructiva dentro de las reglas. El Gobierno griego dice que tiene un mandato dentro del pueblo griego, lo cual es cierto, igual que lo tenemos absolutamente todos los Gobiernos que estamos sentados, somos todos gobiernos democráticos", ha subrayado Guindos, que ha sostenido que "hay tiempo".

El acuerdo en el Eurogrupo fue imposible porque "había muchísima divergencia" y "no había ninguna posibilidad". "Si hubiera habido la más mínima posibilidad nos hubiéramos quedado hasta las tres de la mañana", ha sostenido. No obstante, ha asegurado que Varoufakis es "una persona agradable desde el punto de vista del trato". "Somos vecinos y somos buenos vecinos", ha dicho el ministro de Economía.