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Londres pide a Bruselas que prohíba que Telefónica venda su filial en las actuales condiciones a Hutchinson

El regulador de la Competencia británico expresa "serias preocupaciones" por la fusión propuesta que provocaría un aumento de los precios y una reducción en la calidad

Una tienda de O2, comprada por Telefónica en 2005, en una calle de Londres. REUTERS

AGENCIAS

LONDRES.- la Autoridad de los Mercados y la Competencia de Reino Unido (CMA por sus siglas en inglés) ha pedido a la Comisión Europea que prohíba la venta de O2, la filial de Telefónica en Reino Unido, al grupo Hutchinson Whampoa si la empresa compradora no se compromete a unas mayores desinversiones que permitan la creación de un cuarto operador en el país.

En una carta dirigida a la comisaria europea de Competencia, Margethe Vestager, la autoridad británica considera que los remedios presentados hasta ahora por Hutchinson Whampoa no son suficientes para que Bruselas pueda concluir su investigación antes del próximo 19 de mayo con el visto bueno a la operación.

Los reguladores europeos en materia de antimonopolio iniciaron en octubre una investigación en profundidad de la oferta de Hutchison Whampoa de 10.300 millones de euros, sobre el operador británico de telefonía móvil O2, preocupados por el eventual impacto del proceso de consolidación en los precios. De salir adelante la operación, Hutchison, que opera en Gran Bretaña con la red móvil Three, se convertiría en el operador móvil más grande de Reino Unido. Telefónica anunció en marzo de 2015 que había alcanzado un acuerdo para vender su negocio móvil británico O2 a la compañía Hutchison Whampoa propiedad de Li Ka-shing.

La CMA incide en que tiene "serias preocupaciones" por la fusión propuesta, ya que podría dar lugar a un "obstáculo significativo" para una competencia eficaz en los mercados de telecomunicaciones móviles minoristas y mayoristas de Reino Unido. "La CMA urge a la Comisión a que actúe para evitar el daño a largo plazo para el mercado de las telecomunicaciones móviles de Reino Unido, y, en consecuencia, para los consumidores británicos, que las autoridades han predecido que surgirían con esta fusión", alerta.

El regulador británico remarca que, aunque aprecia los "considerables esfuerzos" realizados por la CE para identificar con las compañías remedios que eliminen los efectos negativos identificados de la fusión, está claro que los ofrecidos hasta ahora no son suficientes para cumplir con lo que exige la legislación. "Las soluciones propuestas son materialmente insuficientes, ya que no conducirán a la creación un cuarto operador móvil capaz de competir de forma eficaz y a largo plazo con los otros tres de forma que compense la perdida de competencia causada por la fusión", advierte.

Asimismo, considera que tampoco hacen frente de forma suficiente a las preocupaciones que surgen de la presencia de la entidad fusionada en los dos acuerdos para compartir redes que existen en Reino Unido, incluido el mayor riesgo de coordinación que esto aporta.

En su opinión, el único remedio apropiado que cumpliría los criterios que la Comisión está obligada a aplicar es la venta a un comprador aprobado por las autoridades europeas de todo el negocio de redes móviles o de Three o de O2 y desinvertir en algunas partes del negocio.

"La desinversión tendría que incluir la red de infraestructuras móviles y el espectro suficiente para garantizar un cuarto operador móvil comercialmente viable en Reino Unido. Sin estos remedios estructurales, la única opción posible para la Comisión es la prohibición", subraya.

La CMA recuerda que las objeciones que identificó la Comisión a la fusión es probable que lleven a un incremento de los precios o a una reducción de la calidad ofrecida a los consumidores de Reino Unido como consecuencia de una "daño significativo" a la competencia.

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