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El mundo del becario, un pozo sin fondo de fraude para la sociedad

La escasez de planes formativos, la no realización de las tareas asignadas, el pagar para poder hacer prácticas o realizar la tarea que corresponde a un trabajador son los principales fraudes a los que los becarios se enfrentan diariamente, que se abordan en unas jornadas organizadas por RUGE, la rama juvenil del sindicato UGT.

Los becarios desconocen sus derechos, lo que da lugar a infracciones y fraude en las prácticas.

El mundo del becario es un pozo sin fondo de fraude para la sociedad. Tanto en las prácticas curriculares (aquellas que vienen estipuladas en un plan de estudios y son necesarias para la obtención de una titulación) como en las prácticas extracurriculares se cometen infracciones, en parte por el desconocimiento que la figura del becario y de sus derechos.

“Ese desconocimiento o invisibilización que se ha hecho siempre de las personas becarias es lo que nos lleva a que en todas las modalidades de becas, de una manera más grave o menos, se cometen ciertas infracciones”, afirma a Público Eduardo Magaldi, portavoz de RUGE-Revolución Ugetista, la organización de jóvenes de UGT.

En todas las modalidades de prácticas (prácticas curriculares o extracurriculares) se encuentran fraudes que lo que hacen son “pervertir la figura de las prácticas”, según Magaldi.

Por ello RUGE realiza este martes las Jornadas sobre fraude en las prácticas no laborales en Madrid, en la Sede de UGT (Avda. de América, 25), donde pretenden concienciar a la sociedad sobre la precariedad de los becarios y ayudar a estos a comprender aspectos importantes de sus prácticas. Dentro de estas jornadas, la  charla-coloquio Hablamos de soluciones con los agentes implicados (12.15 h) estará moderada por Alejandra de la Fuente, periodista de Público y creadora del blog sobre trabajo precario MierdaJobs.

El fraude a los becarios afecta a toda la sociedad

El fraude en las prácticas retrasa la incorporación natural de los jóvenes al mercado laboral durante 2 o 3 años

El no cotizar en la Seguridad Social, el no pagar el IRPF y el desempleo juvenil son las tres principales consecuencias de este tipo de fraude, que no solo afecta a los jóvenes, sino a toda la sociedad.

“Los únicos que están sacando un beneficio de estas irregularidades son unas pocas empresas que han basado su modelo de negocio en este tipo de fraudes a los becarios”, afirma el portavoz de RUGE.

Además, con este tipo de fraudes, se crean problemas muy graves a nivel sociológico, porque se establece un ecosistema que retrasa la incorporación natural de los jóvenes al mercado laboral durante 2 o 3 años.

Tomar conciencia de sus derechos

El principal objetivo de RUGE es que los jóvenes comiencen a tomar conciencia de sus derechos como becarios. “Aunque muchas veces ellos se creen que por ser trabajadores no pueden reivindicar o reclamar, a los becarios les asisten una serie de derechos que no se pueden vulnerar” comenta Magaldi.

De hecho, RUGE anima a los becarios, además de a tomar conciencia de sus derechos, a denunciar si no se cumplen. Si un becario sabe que está siendo objeto de fraude por parte de su empresa, la Revolución Ugetista les anima a acudir al sindicato o a ponerse en contacto con las subdelegadas o subdelegados en las empresas.

El Estatuto de Prácticas No Laborales

Los fraudes en el mundo de las prácticas llevan meses pendientes de ser revisados. En el Plan de Choque por el Empleo Juvenil se aprobó que se iba a negociar, en la Mesa del Diálogo Social, un Estatuto de Prácticas No Laborales.

Este estatuto, según Eduardo Magaldi, pretende “recoger una mejor regulación de las prácticas curriculares; recoger un registro de las personas jóvenes becarias a nivel estatal (porque no se sabe cuántas personas hay haciendo becas); y regular que las extracurriculares pasen a un contrato de trabajo (contrato en prácticas, contrato para la formación)”.

No obstante, y hasta que en el país no haya estabilidad política, este Estatuto será una asignatura pendiente, porque como comenta el representante de RUGE, “vemos que pasan, cursos y cursos, y que no se pone remedio”.

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