Este artículo se publicó hace 4 años.
Nueva normalidadEl dinero vuelve a dormir bajo el colchón: el efectivo en circulación se dispara mientras la economía hiberna
El volumen de billetes en circulación se incrementa en más de 7.000 millones de euros en los tres primeros meses de la pandemia y los ahorros de las familias aumentan en otros 37.500, mientras 700.000 familias piden aplazar sus créditos por carecer de rec
Zaragoza-
El dinero vuelve a dormir bajo el colchón en muchas casas y, también, a circular de mano en mano en un volumen netamente superior al de antes de la pandemia. La cantidad de dinero en metálico en circulación en España aumentó en más de 7.000 millones de euros en los meses de marzo, abril y mayo, el mismo trimestre en el que los depósitos que las familias acumulan en los bancos se disparaba en otros 37.500 para generar un paradójico panorama en el que el crecimiento del ahorro y el acopio de dinero convive con un inquietante avance de la pobreza y la escasez intensificado por la crisis.
Los datos del Banco de España indican que el balance entre los billetes emitidos y los retirados en ese periodo arrojó un saldo positivo de 7.043 millones de euros, lo que supone un cambio radical de tendencia después de más de un lustro en el que, básicamente como consecuencia de la llegada de divisas en metálico a través del turismo, el dinero que salía de circulación superaba al que se emitía.
De hecho, los registros de esos tres meses, con saldos de 1.448, 2.470 y 3.125 millones de euros, son, junto con el de 463 de junio del año pasado, los únicos positivos que registra una serie que arranca en 2014.
Esos aumentos coinciden en el tiempo con la hibernación del sistema productivo y el comercial del país por el ‘gran encierro’, que conllevó una reducción generalizada del consumo salvo en ámbitos esenciales como la alimentación o la energía, y con el desplome del turismo por las restricciones a la movilidad, dos factores que redujeron a mínimos la actividad del principal canal de retirada de billetes, que es el que va de los comercios a las sucursales bancarias.
Y también convivieron con tendencias que mermaron la circulación de efectivo, como el mayor uso de la banca virtual y el auge del comercio electrónico en el confinamiento, junto con el uso más extendido de las tarjetas en las compras presenciales por temor al contagio que generaba el manejo de dinero en metálico.
La bolsa de dinero siguió aumentando con la desescalada
Pero esos saldos también fueron simultáneos, según apuntan fuentes del sector financiero, con las retiradas masivas de efectivo de las entidades bancarias en las vísperas del estado de alarma y en sus primeros días, en unos casos por miedo a perder los ahorros y en otros por simple previsión, por tener dinero en casa.
Es decir, que se retiraba de circulación menos dinero del habitual por un canal al mismo tiempo que, por otro, salían a la calle más billetes de lo que era frecuente. Y la diferencia entre uno y otro no está regresando a la ventanilla del banco; o, cuando menos, seguía sin hacerlo a finales de mayo.
En este sentido, los saldos positivos del Banco de España siguieron creciendo hasta hacerlo a un ritmo de más de 700 millones de euros mensuales sobre el mes anterior en mayo, cuando, con el inicio de la desescalada, comenzó la paulatina reactivación de la actividad comercial y empezó a animarse, aunque tampoco en exceso, el consumo interno.
Llama la atención que el grueso de esos 7.043 millones de euros se concentre, con 126 millones de ejemplares que suman 6.300 de valor facial, en los billetes de 50, que se encuentran entre los de mayor manejo por los hogares.
¿Un acopio de billetes de cincuenta euros?
De hecho, es, junto con el de 200, el único formato cuyo saldo de unidades en la calle resulta positivo y sigue creciendo, aunque la diferencia de volumen es sustancial ya que este último pasa de cuatro a seis millones de ejemplares, lo que supone solo 400 más de valor facial.
Esas cifras apuntan a que podría estar produciéndose un acopio de billetes de cincuenta euros, ya sea para guardarlos ‘bajo el colchón’ o, al menos en el momento de su retirada, para utilizarlos como medio de pago por una eventual desconfianza en la solvencia del sistema financiero tras percibir que se aproximaba otra crisis.
El de 500, el ‘binladen’, llamado así por la dificultad para localizarlos entre la gente corriente y también por su vinculación con actividades al margen de la ley como el fraude fiscal y el blanqueo, arroja un balance positivo de veinte millones de unidades, pero en este caso decreciente.
El resto de formatos registra saldos negativos, aunque con una particularidad de la que solo se escapa el billete de cinco euros: esos registros decrecen ligeramente, tanto en los de diez como en los de veinte y los de cien.
Un 3% del PIB apalancado en el banco mientras crece la pobreza
Los datos del Banco de España muestran también una curiosa tendencia según la cual los ahorros que las familias y las entidades sociales (ISFLSH, Instituciones Sin Fines de Lucro al Servicio de los Hogares) tienen como depósitos en las entidades financieras aumentaron en 37.504 millones de euros entre marzo y mayo.
Ese volumen de dinero equivale a tres puntos porcentuales de PIB, un indicador macroeconómico que mide el volumen de negocio del sistema productivo y comercial de un país y que, en el caso de España, registró una pérdida confirmada de 5,2 puntos en el primer trimestre y otra estimada de 21,8 en el segundo, lo que vendría a indicar que una parte importante del retroceso de la actividad (tres puntos de 21 a falta de conocer el dato de los depósitos de junio) corresponde a ‘consumos embolsados’ (no efectuados) que se han transformado en ahorros.
Los depósitos de las familias y las entidades sociales pasaron en esos tres meses de 718.638 a 756.142 millones de euros, con un ritmo de crecimiento que prácticamente duplica el que se había venido dando en los cinco años anteriores y que ofrece algunas pistas sobre cómo esta crisis está abriendo las brechas económicas: crecen los ahorros y el acopio de dinero en unos sectores de la sociedad mientras miles de familias se ven obligadas a pedir ayuda para comer desde que comenzó una crisis que, según las estimaciones de Intermón-Oxfam, situará a más de doce millones de personas bajo el umbral de la pobreza.
Ese aumento del ahorro contrasta con la situación de otras 700.000 familias que han pedido el aplazamiento de las cuotas de sus hipotecas (272.149) y de sus créditos de consumo (428.113) por carecer de recursos para atenderlas, informó el Banco de España. Las cantidades pendientes de amortización de los créditos suspendidos por la moratoria oficial, a la que se suma otra sectorial de la banca, superan los 23.000 millones.
En esos tres meses, por otro lado, siguió reduciéndose el dinero que las familias tienen invertido en productos financieros como plazos fijos y fondos de inversión, que cayó en 7.195 millones de euros para situarse en 127.539.
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