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Las empresas se aprovechan de la rebaja del IVA cultural a costa de los espectadores

La Agencia Tributaria constata cómo la reducción de la presión fiscal en las entradas de toros, teatros, conciertos y discotecas ha supuesto en realidad un aumento de los ingresos de las empresas que los organizan, que han mantenido los precios en lugar de abaratarlos.

La plaza de toros de la Maestranza de Sevilla durante un festejo. EUROPA PRESS

“Con la información disponible no existe evidencia de que esta rebaja de tipos de IVA se haya trasladado a los precios finales”. La Agencia Tributaria ha constatado cómo los principales beneficiarios de la rebaja selectiva del IVA cultural que el Gobierno comenzó a aplicar a finales de junio del año pasado, y que afectó principalmente a los toros, el teatro, los conciertos y las discotecas, no han sido los espectadores sino las empresas que organizan esos actos.

Eso significa que, en la práctica, la rebaja del 21% al 10% en el tipo de IVA aumenta un 10% los ingresos de los organizadores.

El precio de venta al público de una entrada de quince euros para una actuación, por ejemplo, estaba compuesta por 12,40 de base y 2,60 de impuesto. Tras la reforma, si se mantiene el coste final, este pasa a dividirse en 13,64 (un 10% más) y 1,36 (un 52,3% menos). El traslado de la rebaja tributaria al espectador debería haber abaratado ese mismo tiquet en casi un euro y medio, de 15 a 13,64, ya que se mantendrían los 12,40 de principal mientras el tributo cae de 2,60 a 1,24.
Y el volumen de beneficio para el organizador es mayor, siempre que mantenga el precio, a medida que se encarece a entrada.

En una de 40 euros, que es el promedio en el caso de los toros, el balance de 33,05 euros de tiquet y 6,95 de impuesto anterior a la rebaja debería haber abaratado los tiquets hasta 36,35 (33,05 y 3,30 de IVA), mientras que mantener el precio de venta al público supone que las empresas organizadoras elevan sus ingresos en más de tres euros por espectador, ya que la proporción pasa a ser de 36,36 de base y 3,64 de tributo.

La Agencia Tributaria recoge esa valoración en su Informe de Recaudación de diciembre, en el que alude a “una pequeña pérdida de ingresos” de 21 millones de euros en el tercer trimestre del año “por la rebaja de tipos en diversas actividades, de las cuales la más importante es la de los espectáculos en vivo”.

Ese dato, que omite la recaudación del cuarto trimestre ya que esta se materializa en enero, apunta a una merma de la recaudación de más de 80 millones de euros al año que, a tenor de lo ocurrido en los primeros meses de aplicación de la medida, no se quedarán en los bolsillos de los espectadores sino que irán a las cuentas de los organizadores de espectáculos en vivo, principalmente pymes.

Las empresas de toros, principales beneficiarias

La medida resultó polémica en su día por excluir actividades culturales como el cine, que atrae a cien millones de espectadores cada año y cuyo atractivo duplica con creces, según los datos de la SGAE, al que suman los conciertos de pop y rock (22,2 millones), la música clásica (7,5), la danza y la lírica (1,45) y el teatro (22).
Y, también, por haber supuesto para los toros una rebaja de 8 puntos con respecto al IVA que lo gravaba antes de la última subida, que era del 18%, mientras que la mayoría del resto de actividades suponía una subida de dos puntos con respecto a la situación previa al aumento de 2012, cuando soportaban un gravamen del 8%.

El sector taurino es el principal beneficiado, su recaudación anual supera con solo cinco millones de entradas vendidas los 200 millones de euros

De hecho, el sector taurino es el principal beneficiado por la medida, ya que su recaudación anual supera con solo cinco millones de entradas vendidas los 200 millones de euros (208 en 2014) por 221 de las artes escénicas, lo que supone una bolsa de en torno a veinte millones de euros al año.

El cine sufre la situación opuesta. Las 102.452.569 entradas vendidas en 2016 en las salas españolas arrojaron una recaudación de 607.970.171 euros que supone algo más de 105,5 millones en IVA. Reducir el impuesto en once de los trece puntos en los que fue incrementado en 2012 y situarlo en el 10%, como en el caso de los espectáculos en vivo, rebajaría esa factura fiscal a menos de la mitad y la situarla en 50,24 millones.

No obstante, y a la vista de cómo ha evolucionado el resto del sector de la cultura, determinar si serían los espectadores o las empresas los beneficiarios de los más de 54 millones de rebaja ya sería otra cosa.

El efecto de controlar las facturas en tiempo real

El informe de recaudación de la Agencia Tributaria estima en un 7,9% el aumento de los ingresos por IVA durante al pasado año, en el que el gasto sujeto a ese impuesto creció un 6,5%. “El resto del crecimiento hay que atribuirlo al cambio en la gestión de los aplazamientos”, señala el documento, que llama la atención sobre cómo la entada en vigor del SII (sistema de Suministro Información Inmediata), con el que controla en tiempo real la emisión de facturas por mil millones de euros al día, desplazó a los primeros meses de 2018 el ingreso de 4.150 millones que, en condiciones normales habrían llegado a las arcas públicas antes de acabar diciembre.

Aunque la recaudación tributaria de la Administración central se elevó a 193.951 millones (7.702 y un 4,1% más que en 2016), “el conjunto de cambios normativos que afectaron a los ingresos de 2017 supuso una pérdida de 3.361 millones”, admite Hacienda, que matiza que “si se elimina el efecto del SII (…), el impacto sería positivo por un importe de 789”.

De hecho, y aplazamientos al margen, la Agencia Tributaria atribuye un aumento de 656 a la puesta en marcha del SII, el impacto de cuyas medidas de control “se concentra principalmente en los ingresos de las Grandes Empresas”. Es decir, que el control de la facturación en tiempo real ha mejorado la recaudación, junto con el aumento del gasto.

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