La petrolera Repsol anunció el jueves un repunte del beneficio en los tres primeros meses de 2022 respecto al mismo periodo del año anterior, impulsado por la subida de los precios del petróleo y el gas, que escalaron a máximos desde 2008, y la recuperación de la pandemia de a covid-19. Concretamente, la compañía presidida por Antoni Brufau obtuvo un beneficio neto de 1.392 millones en el primer trimestre del año, un 115% más que un año antes, informó la compañía.

El contexto alcista en los precios de los hidrocarburos, ya en una clara recuperación desde 2021 y agudizada por el estallido de la guerra en Ucrania, ha llevado a un crudo Brent cotizando a una media de 102,2 dólares por barril en el trimestre, frente a los 61 dólares del mismo periodo del año pasado, mientras que el gas Henry Hub se pagó a una media de cinco dólares por MBtu, cerca del doble que hace un año, cuando cotizaba a 2,7 dólares.

El resultado neto ajustado del grupo, que mide específicamente la marcha de los negocios, alcanzó los 1.056 millones de euros en el primer trimestre de 2022, frente a los 471 millones de euros del mismo periodo de 2021, impulsado por el comportamiento del área de Exploración y Producción.

Repsol dijo que el 69% del beneficio procedía del negocio de exploración y producción, que realiza todas sus actividades fuera de España, con unas ganancias de 731 millones de euros hasta marzo, más del doble de los 327 millones de euros de hace un año, impulsado por la subida de precios del crudo y del gas y su focalización en proyectos de alta rentabilidad. Por su parte, las estaciones de servicio que la compañía tiene en España (más de 3.500) representaron algo menos del 5% del total del resultado neto ajustado.

También mejoró su aportación el área Industrial, con un resultado que alcanzó los 236 millones de euros, frente a los 73 millones del mismo periodo de 2021, con la clara mejora en el negocio de Refino, debido a unos volúmenes mayores a los de hace un año, en el que se vio lastrado por la pandemia.

Por su parte, el área de Comercial y Renovables, con un resultado de 117 millones de euros, mejoró ligeramente su desempeño respecto al mismo periodo del ejercicio anterior, marcado por las restricciones a la movilidad derivadas de la pandemia y los efectos de la tormenta Filomena.

En lo que respecta a la deuda neta del grupo presidido por Antonio Brufau, a cierre de marzo era de 5.900 millones de euros, ligeramente superior a la cifra de finales de diciembre, cuando ascendía a 5.762 millones, debido, principalmente, al incremento del circulante derivado de la fuerte subida de precios de las materias primas.

Al otro lado: subida de la inflación y del coste de la vida

El incremento de beneficios de la multinacional se produce en un momento en el que las economías domésticas sufren los efectos de la escalada de precios por el aumento desbocado de la inflación. En marzo de 2020, el Índice de Precios de Consumo (IPC) registró en España un 1,3%. El último dato de este indicador se sitúa en el 8,4%. Esto repercute directamente en los consumidores, que han de hacer frente al aumento del coste de la vida mientras los salarios de millones de trabajadores siguen sin adaptarse al nuevo contexto. 

La guerra en Ucrania ha agudizado la subida de los precios de los hidrocarburos. El petróleo Brent cotiza a una media de 102,2 dólares por barril en el último trimestre frente a los 61 dólares que marcó en el mismo periodo del año. Además, aunque hubiera un hipotético escenario en el que el valor del petróleo disminuyera en los próximos meses, los bolsillos de los ciudadanos no lo notarían por el conocido como efecto cohete y efecto pluma. 

El petróleo se comercializa en crudo y la gasolina, sin embargo, necesita un refinamiento; es decir, pasar por un proceso de tratamiento que alarga los tiempos hasta que llega al consumidor. Por lo tanto, los actuales precios de la gasolina están vinculados a los precios que registró el petróleo en el pasado. Esto provoca que el valor de la gasolina tarde en disminuir como una pluma que desciende lentamente y el crudo se dispare y sus efectos se noten a la velocidad de un cohete.

Descarbonización

Las principales empresas energéticas europeas, como BP y TotalEnergies, están invirtiendo en tecnología de baja emisión de carbono para cumplir con las exigencias reglamentarias y de los accionistas de reducir su contribución a las emisiones de carbono que calientan el planeta.

Por su parte, Repsol ha comenzado a construir una planta de biocombustibles avanzados en España y tiene previsto utilizar su experiencia en el trabajo con gas hidrógeno para desarrollar la versión de producción renovable que la Unión Europea espera que ayude a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de la industria pesada.

El grupo se ha embarcado en un largo proceso para buscar un inversor que tome una participación en su recién creada filial de generación baja en emisiones de carbono, pero muchos compradores potenciales se han desanimado por las condiciones ofrecidas.