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Pesca El precio de la merluza, por debajo del euro: la covid-19 ahoga al sector pesquero

La flota española registra una reducción de ingresos del 30% desde el inicio del estado de alarma. La baja demanda ha causado que algunos minoristas retiren su producto de las subastas que les ofrecían entre 60 y 55 céntimos el kilo. 

La covid-19 ahoga al sector pesquero. EUROPA PRESS/Archivo
La covid-19 ahoga al sector pesquero. EUROPA PRESS/Archivo

pÚBLICO | AGENCIAS

El sector pesquero ha registrado una reducción de ingresos del 30% desde el inicio del estado de alarma por el coronavirus, entre las pérdidas en la flota, lonjas, distribuidores y minoristas, por paradas de actividad y caídas del consumo.

El Comité de Crisis del sector pesquero sobre la covid-19 difundió este pasado lunes las estimaciones de pérdidas en una nota de prensa suscrita por la patronal de armadores Cepesca, la Federación Nacional de Cofradías Pesquera (FNCP) y la asociación nacional de detallistas de pescado Fedepesca. "Esa merma de ingresos, sumada a la falta de financiación y a la dificultad para recibir ayudas estatales, supone la pérdida de la rentabilidad y puede abocar a cierres definitivos y despidos una vez superada la crisis de la covid-19", se advierte en la nota.

Muchos buques de todo el litoral español han vuelto a faenar, pero el hundimiento de los precios –es el caso de la anchoa– está teniendo un "impacto negativo" en las cotizaciones de primera venta y no se descarta que algunas flotas "tengan que amarrar en los próximos meses".

Según la misma fuente, los buques del Cantábrico –tras acabar la campaña de caballa (verdel o xarda)– intentan volver a pescar especies como el percebe, el erizo y los moluscos, pero no tienen demanda por el cierre de la hostelería y restauración y pocas alternativas viable. En la recién empezada costera de la anchoa operan a bajo coste (en el País Vasco se paga a 0,04 euros/kilo).

En el caso de las flotas de altura y gran altura, muchos buques están optando por el almacenamiento, ante la dificultad para colocar su producto en el mercado, como por ejemplo los marisqueros de Huelva, que faenan en varios países de África, y prevén un desplome de precios cuando se abra la restauración. Además, estos buques tienen el problema de los relevos de tripulaciones y, por ello, precisan "urgentemente" un test de detección, de acuerdo a las mismas fuentes.

Un armador retiró 4.000 kilos de pescadilla para evitar que se vendiese a menos de un euro el kilo

La pesca asturiana ha sido una de las que ha tocado fondo. La rula de Avilés, la que comercializa el 70% del pescado fresco capturado en la región, está bajo mínimos. Un armador, Guillermo Busto, decidió retirar de la subasta 4.000 kilos de pescadilla (merluza de entre 800 gramos y un kilo de peso) para evitar que se vendiese a menos de un euro el kilo. El armador, antes de tirarlo al mar, donó esas cuatro toneladas de pescado al Banco de Alimentos, que agradeció el gesto y repartió el producto entre 20 organizaciones solidarias que disponen de cocinas donde poder elaborarlo para hacerlo llegar a personas y familias sin recursos.

El día anterior se vendieron en la misma lonja lotes de pescadilla a 60 e incluso a 55 céntimos el kilo, por lo que el armador avisó que "ejercitaría la cláusula de retirada a partir de precios inferiores a un euro". "Lo hice por una cuestión de dignidad: no se puede pagar menos de un euro por un kilo de pescado fresco, en perfectas condiciones para su venta al público", añade. 

A pesar de estos precios siguen operativos la mayoría de los distribuidores minoristas –10.000 pescaderías y 25.000 trabajadores–, pese a contar con dos fallecidos por coronavirus y a registrar un 2% de afectados por la covid-19 y otro 2% en cuarentena. El sector percibe una caída en productos asociados a la hostelería y restauración y a que las ventas de la última semana han descendido, lo que el sector atribuye al aumento de compras en Semana Santa, al final de mes y a la incertidumbre económica.

Guillermo Busto añade que "todas las cosas tienen un valor y lo que los pescadores no deberíamos consentir es que se nos humille y machaque pagándonos estos precios de risa por el fruto de nuestro esfuerzo sin que esa valorización ridícula del pescado tenga reflejo en los mostradores de las pescaderías." 

El armador recrimina a "las autoridades con mando en temas de pesca, por no tomar medidas regulatorias de precios mínimos que garanticen la rentabilidad de las empresas, barcos en este caso; a los distribuidores, por aprovecharse de la precariedad y el estado de necesidad de los pescadores pagándonos precios abusivos por las capturas; y a las autoridades de consumo, por no defender el producto nacional frente al auge de las importaciones de pescado, que estos días de epidemia se han disparado haciendo aún más complicado la venta de lo nuestro".

A pesar de la incertidumbre, la patronal de armadores ha detallado que "confía en que las nuevas ayudas previstas en el Fondo Europeo Marítimo y Pesquero (FEMP) cubran el periodo comprendido entre el 1 de febrero y el 31 de diciembre, para reducir las consecuencias de la crisis". 

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