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La vuelta del visitante extranjero y las reservas de casas rurales marcan el turismo de la Semana Santa en Catalunya

La Generalitat prevé llegar a los 900.000 turistas, recuperando las cifras prepandémicas, mientras se intensifica la apuesta por los espacios y alojamientos en la naturaleza frente a la menor afluencia prevista en las pistas de esquí por la falta de nieve derivada del cambio climático.

Imagen del Pirineo catalán.
Imagen del Pirineo catalán. PIXABAY

Recuperación, normalidad o remontada son algunas de las expresiones utilizadas por la Administración para definir la evolución de la ocupación turística en Catalunya durante la Semana Santa, que oficialmente arranca con este primer fin de semana de vacaciones escolares. De hecho, las alusiones a las cifras prepandémicas son constantes, especialmente en los ámbitos del gasto por persona y el número de pernoctaciones en los establecimientos. Más allá de estos macro datos, que dibujan tendencias generales, los agentes del sector confirman la sensación de que serán unos días marcados por la apuesta de los visitantes por el turismo rural, como herencia de la pandemia, los apartamentos turísticos y el regreso del turista extranjero, especialmente el francés. Las perspectivas de ocupación para las jornadas previas a los festivos indican que ésta subirá al 85%, alcanzando el pleno entre el Viernes Santo y el Lunes de Pascua.

Durante la Semana Santa, Catalunya estima conseguir unos 930.000 turistas, una estadística un 25% superior que en 2022 y un 16% más que en 2019. En el marco de la feria B-Travel, la directora general de Turisme, Marta Domènech, aseguró que "la recuperación es un hecho y se está volviendo la normalidad". De esa cifra, Domènech detalló que más de la mitad corresponde a turismo interno de personas residentes en Catalunya, 200.000 a visitantes del resto del Estado y unos 70.000 aproximadamente del mercado francés. 

En relación con el gasto previsto para este período, se calcula un desembolso de 260 millones de euros, lo que supone un 5% más que en el año 2022, pero un 5% por debajo de los registros de 2019. Sin embargo, la directora general de Turisme habla "del año de la remontada, ya que nos encontramos en cifras prepandémicas". Así, las pernoctaciones superarán las 2,5 millones, un 21% más que el pasado año y un 14% por encima de las de 2019. De momento, Turisme no ha detectado un impacto de la inflación en los precios de los establecimientos. "No lo hemos notado ni en el número de reservas ni en el ticket medio".

El turismo rural, asentado

Aunque la Semana Santa es un período de vacaciones en el que las casas rurales suelen ser una elección habitual de los turistas, sobre todo los nacionales, se constata una consolidación por este tipo de establecimientos desde la pandemia de la covid-19. Así lo explica Montse Coberó, directora de los servicios técnicos de la Confederació del Turisme Rural i l'Agroturisme de Catalunya (Turalcat). "Seguimos el perfil de la época en que había restricciones de movilidad y estamos recibiendo reservas de turistas catalanes, lo que nos equipara a los niveles de ocupación de hace cuatro años".

Coberó señala que ya el pasado verano se notó una pequeña recuperación del visitante extranjero, que ahora se va asentando progresivamente. De hecho, admite que se evidencia una apuesta clara por disfrutar del medio natural con actividades al aire libre. En este sentido, añade que "este año estamos notando demandas de alojamientos de grupos de amigos en casas rurales con una capacidad de hasta veinte personas".

Otra derivada de este fenómeno la presentan los apartamentos turísticos. En el caso de Girona se han contabilizado el triple de reservas en estos espacios durante la Semana Santa con relación al pasado año. L'Associació Turística d'Apartaments Costa Brava-Pirineu de Girona (ATA) prevé una ocupación del 85% para festivos con una media de estancia de 4,5 días. Estos datos se dan en un contexto con un 22% más de oferta respecto a 2022, ya que los propietarios de los establecimientos se animaron a abrir más después de los buenos resultados de ocupación registrados el pasado verano.

Turista extranjero

Según la ATA, el 43% de las reservas efectuadas provienen de fuera de Catalunya, lo que constata la recuperación del turismo extranjero -sobre todo del procedente de Alemania, Holanda, Bélgica y Francia-. Mientras, los destinos de costa contemplan una afluencia de visitantes que rondará el 100% de ocupación, impulsada por las temperaturas anormalmente altas del inicio de la primavera. Esta situación ha hecho que algunos establecimientos se hayan animado a reforzar las plantillas frente a la previsión de un gran volumen de actividad y la experiencia de las buenas cifras acumuladas durante la temporada de invierno.

El punto débil por la ocupación turística de Semana Santa en Catalunya lo personifican las estaciones de esquí, que están sufriendo una temporada irregular a consecuencia de las altas temperaturas del invierno. Esta situación ha provocado el cierre de algunas de ellas, como los casos de Vallter 2000 y La Molina. A pesar de mantener una cierta actividad, algunas estaciones de las comarcas pirenaicas del Pallars también se muestran preocupadas por la falta de reservas de nieve, puesto que en esta época no pueden acudir a la nieve artificial. Además del impacto negativo en la economía de la zona, la falta de nieve también provoca lamentación por la poca disponibilidad de un agua que debería bajar hasta las cabeceras de los ríos y abastecer hídricamente a buena parte de Catalunya.

La buena salud del turismo en Catalunya, ejemplificado en las cifras de esta Semana Santa, abre la puerta al optimismo del sector para el verano. Además, también se observa que las reservas se efectúan con meses de antelación. Teóricamente, esta coyuntura debería revertirse en un incremento de la contratación de personal y las condiciones laborales de las plantillas. Lo que sí parece claro es el cambio de hábitos de los visitantes, que optan por alojamientos más amplios y privados. De hecho, el balance de 2022 concluye que el turismo de naturaleza ya interesó al 9,3% de los catalanes, haciendo el sorpasso al de sol y playa, que fue el preferido del 6,4%.

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