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Carles Porta: "Mientras la justicia sea tan opaca, no es una buena justicia"

El periodista Carles Porta, en Barcelona, a 7 de abril de 2022.
El periodista Carles Porta, en Barcelona, a 7 de abril de 2022. Guillem Roset / ACN

Conversamos con Carles Porta, el artífice de Crims (Crímenes), un proyecto transmedia que ha seducido a miles de seguidores. El periodista y escritor también es el autor de Crímenes: Diez casos reales, el libro donde narra diez asesinatos verídicos que concentran el lado más oscuro de la especie humana.

El periodista y escritor Carles Porta (Vila-sana, Lleida, 1963) se define como un cuentacuentos. A él lo que le gusta es contar historias y asegura que le obsesiona la realidad, y para narrar tiene un método: rigor, respeto y ritmo narrativo. Este pionero del true crime, con el proyecto transmedia Crims ha cautivado a miles de seguidores y ha sido galardonado con el Premio Ondas al mejor Programa de Radio y el Premi Nacional de Comunicació de la Generalitat de Catalunya el pasado 2021. Ahora acaba de publicar Crímenes: Diez casos reales editado en catalán por La Campana, y en castellano con este título por Reservoir Books. Un libro donde demuestra que es un maestro de relatar crónica negra y donde materializa la frase que ya se ha hecho tan popular, "poner luz en la oscuridad".

Antes de dedicarse a la crónica negra había experimentado con otros géneros y formatos, ¿qué le hizo dedicarse a los crímenes?

"Siempre he tenido en mente que la crónica negra permite grandes relatos"

La vida me ha llevado por donde ha querido. Siempre he tenido en mente que la crónica negra permite grandes relatos. A mí lo que me gusta de verdad es contar historias, yo soy un cuentacuentos de 58 años. Entonces, la cosa es que siempre ves que la crónica negra tiene factores narrativos muy potentes. Y no sé si fue en el 2016 que Roger de Gràcia me propuso colaborar en su programa de radio [Catalunya Ràdio] y le dije que sí, si podía contar crímenes, porque lo había visto en algunos lugares. Veía que empezaba a salir todo esto de los podcasts y pensé mira lo probaremos. Y hacía una sección de 10 minutos, pero el trabajo que hacía para documentarme para esos 10 minutos era mucho, y pensé que quizá podía hacer un podcast entero, y mientras preparaba uno de una hora, me daba cuenta de que también podía dar para hacer un programa de televisión. Y ya había hecho el libro de Tor, que si miras ahora salió en el 2005 y es un libro de no ficción. El 30 minuts (programa de documentales de TV3) sobre Tor es de 1997 y es un true crime. Lo que ocurre es que aparecen estas modas y definiciones, y vale, pero he seguido mis intuiciones y la vida me ha llevado por estos caminos.

Matiza mucho tres claves: rigor, respeto y ritmo narrativo. ¿Cómo lo hace para no caer a la tentación del morbo?

Portada de 'Crímenes', libro de Carles Porta.
Portada de 'Crímenes', libro de Carles Porta. Reservoir Books

Es esto, tener mucho en la cabeza el rigor y el respeto. Aquí hay varias cuestiones. Una, donde cada uno tiene la raya del morbo, lo mismo que la escala de la ética. Y siempre nos quedamos en el escalón inferior. Intentamos utilizar muy pocos adjetivos, verás muy pocos "terribles, desastroso, trágicos" y palabras de estas. Aplicado, por tanto, en el momento de describir una situación intentamos explicarla con la menor sangre posible, y reducir a la mínima expresión los adjetivos. Describir el escenario del crimen para que se entienda lo que pasó, no para recrearte con todo lo que hay allí. Creo que es una cuestión de respeto, si tienes respeto por la víctima, y además pensando que podría ser alguien que tú conoces, cómo querrías que esto fuera descrito y no te sentirías herido. Y ésta es la cuestión.

En estos casos hay sospechosos de manual y también algún psicópata. ¿De todos los criminales, los psicópatas son los que le dan más miedo?

"Todos somos algo psicópatas, hay momentos de nuestra vida que todos actuamos como psicópatas"

Todos somos algo psicópatas, hay momentos de nuestra vida que todos actuamos como psicópatas. Por suerte en nuestra sociedad hay muy pocos que acaban matando, pero cuántas veces no te encuentras con alguien que parecía buena persona y tiene una salida que dices "ostia"... O muchísima gente se convierte en un psicópata cuando entra en un vehículo y se pone a conducir, y ni ellos mismos lo saben. Te conviertes en alguien agresivo y de aquí a pegarte con alguien... O si esa persona tuviera un hacha o un martillo hay situaciones que acabarían en barbaridades. Ahora, por suerte, esos psicópatas que realmente dan miedo, que son los que no empatizan nunca y que tienen esa mentalidad que van a hacer daño, son muy pocos. En Catalunya, España y Europa tenemos un nivel de criminalidad muy bajo, lo que ocurre que si focalizamos... nosotros ahora tenemos un problema que se llama éxito. Y cómo tenemos éxito parece que todo el mundo nos mire, pero hay pocos casos. España tiene 40 millones de habitantes y sólo hay 400 asesinatos al año.

Hombre, sólo... pero, ¿cómo explica que la mayor parte de las asesinadas sean mujeres?

No es verdad, no es cierto. La mayor cantidad de víctimas son hombres y además hombres que se pelean. Lo que ocurre que detrás de los crímenes rebuscados y que tienen componentes narrativos más interesantes normalmente intervienen factores que deben investigarse y en los casos de este libro, aparecen mujeres, pero esto no es una estadística, el libro no quiere ser representativo de lo que ocurre en la calle. La cantidad de mujeres que mueren en manos de asesinos rebuscados es infinitesimalmente pequeña, y que dure, porque como dice un anuncio de la Generalitat, con sólo que haya una, ya son muchas.

¿Cómo le vino a la mente la frase de "poner luz en la oscuridad"?

"La oscuridad existe en tanto que no tiene luz, para ver qué hay dentro de la oscuridad debes poner luz"

La frase nace porque yo quería retratar la parte oscura de nuestra sociedad, y para enseñar la parte oscura tienes que ponerle luz, de ahí la frase "poner luz en la oscuridad". La oscuridad existe en tanto que no tiene luz, para ver qué hay dentro de la oscuridad debes poner luz, y éste es el concepto, tanto real como metafórico. Vamos a iluminar la oscuridad, vamos a relatar lo oscuro de nuestra sociedad que son también lo que nos define. Porque los crímenes también somos nosotros, los crímenes son parte de nuestra historia, la parte oscura, pero lo son. Como matamos, también nos define como colectivo, como sociedad. Y sorprendentemente no somos tan diversos.

En el libro dice que Donald Trump es el presidente de Estados Unidos que más presos ha sentenciado con la pena de muerte desde el siglo XIX.

Es su forma de mirar el mundo. Este señor eliminaría a todo aquél que no le gusta. Y ante eso si quieres eliminar a los demás al final es no entender que un crimen o que la cárcel son un fracaso colectivo.

¿Cómo cree que debería ser el modelo penitenciario y de reinserción social?

"Yo quiero narrar, quiero contar, mi objetivo, mi función no es resolver crímenes, es contarlos"

No quiero tener opiniones porque no soy un experto. Yo quiero narrar, quiero contar, mi objetivo, mi función no es resolver crímenes, es contarlos. Me obsesiona la realidad. Intento mirarla y retratarla para compartir esa experiencia que ha vivido una gente. Hago de puente, que creo que es la función que tenemos los periodistas, no pretendo aleccionar, no pretendo opinar, justamente por eso evitamos juicios a los relatos. No juzguemos, sólo relatemos. Y por eso no quiero opinar sobre el mundo penitenciario, o sobre las policías o sobre las investigaciones en general. Yo las retrato y cada uno que saque sus propias conclusiones. Ahora, sí creo que un asesinato, una muerte por crimen, es un fracaso colectivo. El asesino es uno y es el culpable, no la víctima, no si llevaba faldas cortas, ni todas estas cosas, esto debe quedar claro. Pero para que ese individuo llegue a cometer un crimen significa que ha fallado su entorno, su educación, sus circunstancias, cuando interviene la policía, cuando intervienen los jueces con cualquier cosa, es que hay un fracaso muy grande.

En los agradecimientos del libro apunta que la fiscalía comienza a colaborar cada vez más. ¿Trabajar este tipo de fuentes es lo que le supone más horas de trabajo?

Probablemente sea una de las cosas más importantes y más difíciles de nuestro trabajo. Pero no sólo del trabajo de crónica negra, del trabajo de cualquier periodista. ¿Qué es lo que nos ocurre a nosotros? Pues que los estamentos judiciales, fiscales y sobre todo los jueces son muy cerrados, muy opacos, cuesta mucho acceder a ellos, a las fuentes, a los sumarios... esta opacidad no es buena para la democracia, ni para la transparencia porque parece que quieran esconder lo que han hecho, cuando en la inmensa mayoría de los casos lo han hecho bien, han hecho bien su trabajo. Entonces déjamelo ver, enséñamelo, ya desde el lenguaje que utilizan, las escenografías, la manera de organizar los expedientes, lo que llaman las instrucciones, es muy raro, tienes que ser licenciado para entrar en este mundo, y sin embargo ni ellos mismos se entienden, y esto no es bueno para una sociedad. Lo mejor para una sociedad es la transparencia, y en ese caso, jueces y fiscales son muy opacos.

"Mientras la justicia sea tan opaca, no es buena justicia, no está bien"

Nosotros estamos teniendo la suerte de que después de los años que llevamos dedicados, ven que somos profesionales y creo que les generamos confianza y cada vez más aceptan explicarnos su valoración sus investigaciones, su trabajo, al fin y al cabo, que es un trabajo público, y eso no debemos perderlo de vista. Los jueces no trabajan para ellos, trabajan para nosotros, y, por tanto, deberían tener más voluntad de transparencia, que hay, pero la inmensa mayoría no. Y mientras la justicia sea tan opaca, no es buena justicia, no está bien. Y eso no quiere decir que los jueces no hagan bien su trabajo, porque la inmensa mayoría lo hace bien, pero incluso así son demasiado opacos.

Su equipo sigue una edición muy alemana, revisan y revisan el material para evitar errores. Una práctica que va a la baja con las redacciones tan delgadas y la precarización del periodismo...

"Mucha gente dice que hacemos propaganda de los policías y guardias civiles, y es mentira absoluta"

Somos privilegiados pretendidamente, pero es un planteamiento vital. A mí me cuesta cada vez más leer periódicos, escuchar radios, mirar informativos porque no me los creo, porque hay una cantidad de propaganda excesiva que nos empeora como sociedad. En cambio, encontrar periodismo independiente de verdad parece encontrarlo en medios pequeños y eso nos empobrece como sociedad. Nosotros hicimos una actitud voluntaria clarísima por el rigor y el rigor significa que debes contar las cosas cómo son, no como algunos quieren que sean. Mucha gente dice que hacemos propaganda de las policías y guardias civiles, y es mentira absoluta. Explicamos cómo va la investigación, y la mayoría de veces, ves como esa policía, esa Guardia Civil, esos Mossos se han equivocado, y quedan retratadísimos y esto no es hacerles propaganda. Otra cosa es que se acabe resolviendo el caso, porque nosotros hacemos historias de casos ya juzgados y sentenciados que esto te da una perspectiva de poder narrar, de contar, pero si tú no haces buen periodismo, primero lo único que haces es denigrar tu trabajo, y segundo, denigrar a la sociedad para la que trabajas. El periodismo es un trabajo público también, trabajas para la gente no para el poder y eso lo hemos perdido de vista. Por eso creo que la sociedad española en general se está empobreciendo entre otras cosas por una falta de rigor periodístico.

Carles, hace tiempo, hizo de corresponsal de guerra. ¿Cómo lo vivió?

"La maldad está presente en todas las personas y los grandes héroes son los que controlan la maldad"

El concepto corresponsal de guerra no me lo aplicaría. Trabajé quince años en TV3, y trabajando en TV3 fui siete u ocho veces a conflictos bélicos, como cámara, como reportero, estuve cuatro o cinco veces en los Balcanes, Sarajevo, fui a Haití, a Israel en momentos de conflicto, en Ruanda, y es una situación que me genera muchas cosas. La primera es la mejor escuela de vida que te puedes echar a la cara, porque aquí sí que aprendes a dimensionar los problemas. La segunda, la maldad está presente en todas las personas y los grandes héroes son los que controlan la maldad. En una situación de guerra parece que todo está justificado y todo el mundo dispara, y hay malos en todas partes. Y después aprendes más cosas, por ejemplo en el ámbito del periodismo, el periodismo que va a la guerra va porque quiere, y no es más héroe que el que va a hacer información local que también se puede encontrar que en una curva se rompa la cabeza.

En México están matando a periodistas en cada esquina y aparentemente no hay guerra. A mí no me gusta entronizar al corresponsal de guerra. Algunos llevan toda su vida y se merecen un respeto, pero quien va a cubrir un conflicto bélico sabe perfectamente a lo que va. Ahora bien, es muy importante el trabajo de los periodistas que acuden a las guerras porque van a zonas donde la información está manipuladísima, y de su rigor depende que llegue o no una buena información. Fíjate algo, lo primero que han hecho los rusos es eliminar la posibilidad de informar libremente. Anular el periodismo es la primera regla del dictador, del culpable, del asesino.

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