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Entrevista  Francesc Xavier Vila: "En Catalunya hemos desaprendido a integrar lingüísticamente y esto es peligroso"

El secretari de Política Lingüística del Govern, Francesc Xavier Vila.
El secretario de Política Lingüística del Govern, Francesc Xavier Vila. Departament de Cultura

Hablamos con Francesc Xavier Vila, secretario de Política Lingüística del Govern de la Generalitat, la semana que el Departament de Cultura ha presentado el Pacte Nacional per la Llengua, que, entre otras cuestiones, plantea potenciar la adopción del catalán entre los que no lo tienen como idioma materno.

Después de que se hayan acumulado los estudios que constatan que el uso social del catalán retrocede y que la situación de la lengua es preocupante, el Govern ha decidido poner la cuestión en primer término de su agenda. Esta misma semana, la consellera de Cultura, Natàlia Garriga, ha presentado el Pacte Nacional per la Llengua, que pretende alcanzar el máximo consenso lingüístico en defensa del catalán. Lo hizo acompañada del secretario de Política Lingüística, Francesc Xavier Vila (Esplugues de Llobregat, 1966), con quien nos encontramos para abordar justamente la situación del catalán y las principales medidas en las que trabaja la Generalitat para mejorarla.

Nombrado en junio para encabezar un área que gana rango -ha pasado de una dirección general a una secretaría-, Vila es catedrático de sociolingüística catalana del Departamento de Filología Catalana y Lingüística General de la Universitat de Barcelona, que dirigió entre noviembre de 2017 y el pasado junio. Experto en la evolución histórica de las lenguas en la sociedad catalana y en el análisis de su proyección de futuro, admite que el catalán ha perdido capacidad de atracción de nuevos hablantes y, precisamente, ésta es una de las cuestiones fundamentales a resolver si se quiere garantizar su futuro. A pesar de compartir que la situación de la lengua es "compleja y delicada", subraya que es "reversible" y que "estamos a tiempo de actuar". También denuncia la actuación de un Estado español que no actúa precisamente como un "estado propicio" para proteger al catalán.

Llevamos unas semanas en las que la lengua vuelve a estar en el primer plano mediático, con la sentencia del Supremo sobre la inmersión, el caso de la escuela de Canet, la ley estatal del audiovisual e, incluso, con el concurso 'Atrapa'm si pots', de TV3. Más allá del ruido y del uso político que hace la derecha española, ¿cómo definiría la situación del catalán?

Es compleja y delicada. Compleja porque el catalán es una lengua que tiene situaciones muy distintas en función del territorio. Me gusta decir que nada tiene que ver la situación de la lengua en la Garrotxa y en el Vallespir [en la Catalunya Nord], que están al lado, aunque evidentemente hay la frontera estatal en medio. Es compleja también porque estamos en una situación de cambio social, económico, político, tecnológico... Se han acelerado muchas cosas y el catalán no ha entrado lo mejor posible en todos los ámbitos donde habría tenido que entrar. Y es delicada porque existen algunas tendencias que son preocupantes. Hay cosas que nos habíamos planteado hace 40 años y creíamos que podían alcanzarse en una generación, pero ahora estamos igual o, incluso, peor en algunos casos. Si estas tendencias son persistentes y negativas, es decir, a la baja, pues existe un problema. Hay quien habla de emergencia lingüística, que es un letrero efectista y que probablemente a ellos les va bien, pero no acaba de responder exactamente a la visión que tenemos, pero tampoco se puede dar la visión de que todo va bien, porque tampoco es cierto.

Hay lingüistas, como Carme Junyent, que afirman que el catalán en Catalunya se encuentra en la primera fase del proceso de extinción, porque ya se ha convertido en una lengua subordinada, en este caso del castellano. ¿Qué opina?

Que el catalán es una lengua minorizada y subordinada no es de ahora, hace ya décadas que es así. En esto no hay ningún tipo de discrepancia. Sobre utilizar el término de lengua amenazada entre los especialistas existe discrepancia, porque hay algunos autores que lo utilizan para situaciones mucho más graves. Más que entrar en el debate concreto de en qué estadio se encuentra, debemos ver cuáles son los factores que están presionando sobre el catalán para que haya perdido capacidad de atracción de nuevos hablantes. La situación es preocupante, pero es reversible y estamos a tiempo de actuar. Pero se necesita generar consenso y actuar con decisión, porque si no la cosa se irá degradando y entraremos en una situación más cercana a la de lengua amenazada.

Todos los estudios indican que se ha producido un retroceso en el uso social del catalán, al menos si se analiza en términos relativos respecto al total de población. Hace unos meses la presidenta del Institut d'Estudis Catalans, la filóloga Maria Teresa Cabré, me decía que el catalán "ha perdido prestigio para ganarse la vida" . ¿Qué ha fallado para llegar a ese punto?

No acabo de estar de acuerdo con que el catalán más que prestigio haya perdido valor a la hora de acceder a determinados puestos de trabajo. De hecho, hay estudios que demuestran que las personas que no tienen el catalán como primera lengua pero lo aprenden tienen unos ingresos sustancialmente superiores a los que no lo hacen. Lo que sí se ha producido es que estamos generando trabajos en los que la posición del catalán es mucho más débil. Pienso en trabajos eventuales y precarios ligados, por ejemplo, a la distribución de productos, en los que el catalán no tiene un valor para el progreso social. Por otra parte, se ha producido un cambio en el mundo empresarial. Había un momento en que un empresario sí creía que cuando ponía a alguien a despachar a la clientela era bueno que supiera catalán. Esto solía ser así cuando tenías empresas de capital local. Si la empresa es una transnacional que lo que hace es contratar a precios tan bajos como sea posible, puede no existir esta preocupación de atender al cliente en su lengua. Estamos en un cambio de estructura empresarial y en esto el catalán no siempre está en una posición que incentive su aprendizaje y uso.

Es decir, que la pérdida de peso de las empresas de capital catalán impacta también en la lengua.

"Hay una ideología globalista que te dice que, de entrada, mejor que todo pudiera ser en inglés"

Efectivamente. Y a esto se le suma que no tienes un estado que te proteja, y que hay una ideología globalista que te dice que, de entrada, mejor que todo pudiera ser en inglés, pero que si tenemos que aceptar algunas lenguas serán aquéllas que estén bien protegidas por los estados. Hace unos años en la plaza Catalunya [de Barcelona] había un call center de un banco transnacional que atendía a toda Europa, y veías a gente atendiendo en muchísimas lenguas oficiales con apoyo estatal, no sólo el alemán o el francés, también el danés. Pero no estaba el catalán. Es significativo, porque por un lado tenías una multinacional que sabía que no podía hacer negocio en Suecia, Dinamarca o Finlandia si no les atendía en sus lenguas y, al mismo tiempo, sabía que el catalán detrás no tiene un estado propio ni propicio. Este mensaje es clarísimo y si te lo puedes ahorrar, te lo ahorras [la atención en catalán]. Y esto va en contra nuestra.

Esta semana se ha presentado el Pacte Nacional per la Llengua, que fundamentalmente pretende incrementar los niveles de conocimiento del catalán, facilitar al máximo su uso en todos los ámbitos, y potenciar la adopción del catalán entre quienes no lo tienen como lengua materna. La consellera ha invitado a "todo el mundo" a sumarse al pacto, pero entiendo que el elemento primordial es que se añada el PSC. ¿Lo da por sentado?

Todos los contactos que hemos tenido con el PSC es que ellos están dentro del pacto y lo apoyan.

¿Qué establecerá el Pacte?

El Pacte es un documento que establece una serie de criterios y principios para decir que existen unas áreas prioritarias en las que todos estamos de acuerdo y que queremos pacificarlas. Pongo un caso concreto. Si nos ponemos de acuerdo en que somos un país que recibe oleadas migratorias cada x tiempo y creemos que es bueno ir hacia la accesibilidad de la lengua, esto debe traducirse en dinero y en la no conflictivización de estas acciones, lo haga un partido x, y o z que esté en el Govern. El pacto es un documento de compromiso que establece un marco compartido y serán las administraciones que haya en cada momento las que tendrán la potestad de realizar el plan concreto para llevar a cabo las acciones para resolver los problemas de cada una de las áreas.

¿Qué acciones quiere llevar a cabo el actual Govern?

Por un lado, estamos trabajando de una manera muy intensa para incrementar la presencia del catalán en el mundo audiovisual, tanto en lo que se refiere a la producción original como al doblaje. Estamos revisando las líneas que ha habido hasta ahora tanto en salas [de cines] como en plataformas y además estamos trabajando ampliamente con las plataformas para modificar la dinámica que han tenido hasta ahora. El catalán no era un tema para ellas y estamos intentando incrementar de forma sustancial la presencia del catalán.

También estamos trabajando en la accesibilidad de la lengua en las personas recién llegadas. Queremos reforzar los mecanismos de oferta de aprendizaje del catalán para estas personas, y después ayudarlas en el ciclo de acompañamiento de adopción de la lengua. Normalmente hacen unos cursos básicos y después se desconectan de la lengua y queremos ver cómo podemos acompañarlas para que continúen el proceso, sea dentro o fuera del sistema de enseñanza. Siguen existiendo políticas de apoyo a la lengua en el ámbito tecnológico. Apoyaremos desde la Secretaria el campo de la inteligencia artificial y las tecnologías del habla. Estamos entrando en un mundo absolutamente nuevo, con una revolución tecnológica, en el que para vivir en la vida cotidiana vamos a interactuar con las máquinas y no queremos que el catalán quede atrás en esta revolución.

"Las lenguas que sobreviven son las lenguas completas, es decir, las que se utilizan en todas las funciones de la vida"

Las lenguas que sobreviven son las lenguas completas, es decir, las que se utilizan en todas las funciones de la vida. Si una lengua no sirve para muchas funciones, los hablantes comienzan a ver que no sirve y la van abandonando progresivamente hasta que se disuelve. También estamos trabajando para hacer que la lengua esté mucho más presente en el mundo de las redes sociales, y esperamos sacar en poco tiempo unas líneas de apoyo. Tenemos una serie de iniciativas para romper el círculo vicioso en el que estamos instalados ahora, en el que hay una diglosia digital: veo pocos contenidos en catalán y pienso que el catalán no se puede utilizar en este mundo. Queremos que haya contenidos y que, por otra parte, emerjan los creadores.

¿Qué balance hace del acuerdo alcanzado con la ley estatal del audiovisual?

Con lo logrado habrá mucho más catalán, tanto de producción propia como de doblaje. Ya percibimos que las plataformas han cambiado el discurso en cuanto al doblaje e, incluso, creo que la sociedad ha empezado a abandonar ese tipo de conformismo de decir "es irresoluble, no se puede hacer nada". Había un derrotismo absoluto en este ámbito y entre todos hemos logrado que la cosa cambie. Pero por supuesto que me hubiera gustado que hubiera habido unos avances mucho mayores.

Una de sus voluntades es desconflictivizar la lengua y las políticas de promoción que se hagan. Junto con la consellera de Cultura hablan mucho de "consenso". ¿Pero todo esto es posible teniendo en cuenta que en el Parlament hay tres partidos, como son Vox, PP y Cs, que justamente juegan a convertir al catalán en un conflicto?

Hubo un PP mucho más abierto a la diversidad lingüística y el fenómeno de Cs tiene antecedentes previos, como Vidal-Quadras, que después fue uno de los fundadores de Vox. Salvo en las elecciones del 2017, en las que se produjo una distorsión muy importante en mi opinión que hizo que Cs fuera el partido más votado, el porcentaje de diputados de partidos abiertamente contrarios a un consenso lingüístico siempre es reducido, ahora mismo se sitúa en un 15%. Esto nos indica que, si miramos lo que tenemos en Catalunya, la posibilidad de consenso ampliamente mayoritario es importante. Otra cosa es que hay una serie de partidos que, sabiendo que esto les da votos sobre todo fuera de Catalunya, jueguen a conflictivizar sistemáticamente cualquier cosa que no sea la supremacía del castellano.

Ya sé que depende del Departament de Educació, pero ¿por dónde cree que debería pasar el refuerzo del modelo de inmersión lingüística en catalán, cuando los datos evidencian que ni se cumple?

De entrada, debería darse formación y sensibilización a los docentes. Hubo un momento en el que se dijo que la escuela estaba lingüísticamente normalizada, pero la realidad es que ni en la enseñanza primaria ni en la secundaria todo el alumnado alcanzaba los niveles de catalán. Y una parte del profesorado que llegaba a las escuelas no tenía seguramente el nivel adecuado y, además, no tenía formación de por qué tenía que dar clases en catalán, nadie se lo había contado. Lo primero que debemos hacer es formar tanto al profesorado que hay como al que entrará en las aulas. El Departament d'Educació ya dijo que en un plazo razonable debe conseguirse que todo el profesorado tenga el nivel C2 de catalán.

Aparte, es evidente que hay que realizar más actuaciones. Sobre todo, en aquellos casos en los que ha habido más rebaja del uso del catalán, debe incrementarse su uso como lengua vehicular. Tiene que haber sensibilización en todo el equipo que trabaja en los centros educativos, también en los monitores de comedor, de deportes o de extraescolares. Nadie se ha preocupado de ello, y al final resulta que si vas sumando puedes encontrarte que hay escuelas, que es el único lugar donde una parte del alumnado puede acceder realmente al conocimiento del catalán, que la mayor parte del tiempo no están funcionando en catalán. Esto es especialmente importante en un momento de cambio de pedagogías, hacia modelos más horizontales, algo que está bien, pero que se ha hecho sin prestar atención al factor lingüístico, porque para una parte del alumnado es enseñanza en segunda lengua. Si no se tiene en cuenta, los chavales importan en el aula los mismos comportamientos que ven en la calle, y en vez de estar aprendiendo catalán, reproducen lo que pasa en ella, y los catalanohablantes hablan en castellano con sus compañeros castellanohablantes.

Esta actitud de pasar al castellano a la mínima es muy común. Para conservar la lengua, ¿los catalanohablantes casi deben actuar como activistas?

Converger espontáneamente hacia una persona que sabe menos tu lengua, es a nivel individual absolutamente comprensible. Ahora bien, si esta decisión individual sólo se reprodujera en algunos individuos no tendría impacto, pero cuando lo que haces se reproduce de forma colectiva y constante, lo que estás es privando a la otra persona de practicar la lengua, es decir, la privas de la posibilidad de aprenderla. En sociedades con lenguas normalizadas medias, como Suecia o Dinamarca, que han recibido a muchos contingentes de inmigración y de refugiados, cuando la gente llega tiene un apoyo para poder empezar a aprender la lengua, y cuando realmente se pone a practicarla es el momento en el que busca piso, en el que se pone a trabajar... En aquellos momentos activa todo el conocimiento y coloquializa la lengua.

"Aquí lo que nos pasa es que colectivamente hemos desaprendido a integrar lingüísticamente"

Aquí lo que nos pasa es que colectivamente hemos desaprendido a integrar lingüísticamente, es lo que en función del aspecto ya no me atrevo a hablarle en catalán, ni hacemos la prueba. Esta población que no recibe el estímulo de practicar la lengua, difícilmente dará ese salto. Y esto es peligroso porque creas varios tipos de colectivos, no cohesionas a la sociedad; también es muy fácil que genere resentimientos, porque uno puede decir que "no quieren integrarse", cuando tú no has ayudado mucho. Más que activistas, creo que debemos ser usuarios responsables, debemos ayudar a que se produzca este proceso de aprendizaje espontáneo y eso significa pasar por encima de estereotipos, debemos romper el peligro de racialización del uso de las lenguas.

Que en el Estado español existe una realidad plurilingüe es una evidencia, pero también lo es que el reconocimiento gubernamental y la asunción de esta realidad dista mucho de la que puede haber en Suiza, Finlandia -con el sueco-, Bélgica o en otros estados. Al final es una cuestión de voluntad política, ¿no?

La llegada de los Borbones supuso la importación del modelo centralizador de Francia y, entre otras cosas, el primer decreto realmente de imposición del castellano se hace en todo el imperio con la idea de que desaparezca todo y sólo quede el castellano. Esta idea de centralización en el Estado español no ha triunfado con la misma fuerza que en Francia -donde ahora está en retroceso-, y por eso siguen persistiendo toda una serie de lenguas, que en el régimen actual tienen un tratamiento mucho mejor que en anteriores. Pero en el reconocimiento de sus lenguas, España se ha quedado a medio camino, evidentemente no estamos en el franquismo ni en la monarquía del siglo XIX, pero no existe una situación igualitaria. Si tengo que relacionarme con las instituciones centrales del Estado, mi documentación tendré que traducirla, tendré que asumir yo el coste del bilingüismo. En cierto modo, me castigan si utilizo mi lengua y esto es una invitación a no utilizarla.

Por supuesto que hay formas de hacerla más igualitaria: está Finlandia, está Canadá, está Suiza,... Si se creyera que un reconocimiento más profundo de la realidad plurilingüe es más justo y, encima, es más práctico para el propio Estado, porque le quita tensión centrífuga podría hacerse como Canadá. Para convencer a los quebequeses que se quedaran en Canadá, el gobierno federal lo que hizo fue decirles que la mejor manera de proteger al francés en el conjunto de Norteamérica era en un estado canadiense claramente bilingüe, igualitario, que protegiera inglés y francés. Y lo hicieron, de tal modo que la administración federal es bilingüe y llegas a un aeropuerto en el oeste de Canadá y te puedes expresar en francés, aunque allí apenas lo habla nadie. Si lo comparamos con lo que ocurre en el aeropuerto de Barcelona... Y hace cuatro días que el irlandés ha pasado a ser lengua oficial plena de la UE, con un número de hablantes mucho más bajo [que el catalán]. Al final, la lectura que se hace de un Estado como el español es que no quiere proteger a sus idiomas. En sociolingüística lo que decimos es que para que una lengua sobreviva adecuadamente en este siglo debe tener un estado propio o propicio y aquí nos toleran la lengua y, a menudo, de mala gana y, claro, esto no es un estado propicio.

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