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¿Abstención? Pregúntele a la prensa y al tripartito

Un informe de la Generalitat analiza las causas de la desafección política

FERRAN CASAS

No hay gobierno catalán que se precie que no caiga en la “irresistible” tentación de elaborar (y pagar) informes sobre los más variados asuntos que inquietan a muchos o pocos ciudadanos. La conselleria de Interior, Relaciones Institucionales y Participación, que dirige Joan Saura, de ICV, se lleva la palma, al menos en originalidad. Después de sorprender a propios y extraños con un informe y posterior seminario sobre el grado de felicidad de los catalanes ayer presentó las conclusiones de otro sobre algo mucho más tangible. En la sede de su departamento (un palacete célebre por haber sido decorado según los conceptos del Feng Shui) se dio a conocer un trabajo elaborado por expertos del mundo académico que servirá de base para un debate ciudadano sobre la desafección política y buscar soluciones para combatir la abstención, la ‘enfermedad’ de las democracias occidentales.

El trabajo, coordinado por Josep Maria Vallès, exconseller de Justicia del Govern de Maragall, ha costado 24.000 euros e indica que los catalanes se abstienen más en las autonónicas que en las generales. Lo atribuye a que los ciudadanos perciban las elecciones locales o autonómicas como de “rango inferior” en cuanto a lo que se juega o al sentimiento de pertinencia. De hecho, pese a que se pasa de puntillas sobre el asunto, la abstención en las catalanas es especialmente alta en el cinturón de Barcelona, donde en los sesenta y setenta se instalaron muchos los inmigrantes llegados de otras partes del Estado.

A la desafección de los catalanes hacia la política han ayudado, según Vallès, también el primer tripartito y los medios de comunicación. Una afirmación, ésta última, que no encajarán bien los periodistas más propensos al corporativismo.

La actitud de los medios alimentando una imagen “parcial, banal y negativa” de la política es una de las causas de fondo de la situación, según los expertos. Se suma a asuntos como la poca permeabilidad de los partidos, el anquilosamiento de partidos y las instituciones o el cambio en los valores dominantes.

En esta línea, y de forma “circunstancial” se señala, sin miedo a tirarse piedras sobre su tejado, la gestación de la coalición de izquierdas (PSC, ERC e ICV-EUiA) que gobierna Catalunya como factor, dada la “sensación de inestabilidad que provocó” durante el mandato de Maragall. También la “dificultad para entender la lógica de pactos postelectorales” por parte de unos ciudadanos y unos medios poco habituados a gobiernos de coalición como los de otros países y “dramatizaban” las diferencias.

Saura, de un optimismo a prueba de bombas, no dramatizó. Afirmó que lo que les pasa a los catalanes con las urnas es normal y no se resuelve “con una varita mágica”. El Govern dejará la piel en el intento de invertir la tendencia, incluso a riesgo de que en el “debate social” los ciudadanos dicten su culpabilidad hasta las últimas consecuencias.

28,8%generales del 9-m

Casi un trenta por ciento de los catalanes se abstuvieron en las últimas elecciones generales. Cinco puntos más de los que lo hicieron en la convocatoria del año 2004, cuando se votó bajo los efectos de la masacre del 11-M.51,15%

referéndum del estatut

El 16 de junio de 2006 costó mucho llevar a los catalanes a las urnas. Como consuelo quedó que en el caso del texto andaluz un 63,72% desistió de acudir a las urnas.43,96%

catalanas de 2006

En las últimas autonómicas el 44% del censo catalán se quedó en casa, siete puntos más que en las de tres años antes.

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