Este artículo se publicó hace 17 años.
Álvarez anuncia la gratuidad de Cercanías hasta que llegue el AVE
La respuesta a la reclamación de compensaciones hacia los afectados por el caos de Cercanías en Barcelona llegó ayer. Fue por boca de la Ministra de Fomento, Magdalena Álvarez. Las líneas de Cercanías C-2, C-7 y C-10 serán gratuitas hasta que el AVE llegue a la capital catalana.
El servicio, que se realiza en autobús desde que se interrumpió la circulación de trenes entre Sants y Gavà, no se cobra desde el 23 de octubre, después de que los usuarios lamentasen tener que pagar pese a las inconveniencias que les supone el transporte alternativo. "El Gobierno hace un gran esfuerzo no cobrando estos servicios alternativos y tiene en cuenta los inconvenientes que les hemos causado a los ciudadanos", afirmó ayer Álvarez.
Ayer empezaron las pruebas de circulación en la vía. Si todo va bien, los trenes pararán en las estaciones de Vilanova, Sitges, El Garraf, Castelldefels Playa, Castelldefels y Bellvitge, según avanzó Álvarez. "Hemos cogido las estaciones que dan solución a la mayoría de los pasajeros", dijo. El nuevo dispositivo ferroviario en una sola vía podrá transportar 51.000 viajeros de los 90.000 de la C-2. El resto de los usuarios de esta línea y los que utilizan los trenes de medio y largo recorrido deberán seguir empleando los autocares sustitutorios.
Compensación insuficiente
El dispositivo definitivo se anunciará entre hoy y mañana, una vez se haya estudiado la mejor manera de prestar servicio parcial sin provocar confusiones entre los usuarios.
La Organización de Consumidores y Usuarios de Catalunya (OCUC) consideró ayer "insuficientes" las compensaciones anunciadas por Álvarez. "Todo el servicio de Cercanías, y no sólo las vías interrumpidas, funcionan en precario", dijo el técnico de movilidad de la entidad, Sergi Viñals. La principal protesta se centra en que los usuarios de media y larga distancia, pese a tener que realizar 100 kilómetros en autocar hasta Tarragona para poder subir al tren, continúan pagando el precio íntegro del billete. Para ellos, la OCUC reclamó un descuento de al menos el 50% del precio del billete. "No se presta el mismo servicio y pagan como si todo funcionara bien", lamentó Viñals.
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