Este artículo se publicó hace 13 años.
Andalucía resuelve casos extremos sin objeciones
La Ley de Muerte Digna andaluza cumple un año con total normalidad
Cada día, en los hospitales andaluces se dan casos en los que se deja de aplicar un tratamiento que no beneficia y añade dolor; se practican sedaciones; se debate si es mejor poner una sonda nasogástrica o no; y todos los días los pacientes y sus familiares reciben ayuda para superar el dolor. La Ley de Muerte Digna andaluza, que está sirviendo de ejemplo al Gobierno y a otras comunidades para la elaboración de normas similares, ha cumplido un año con bastantes avances y sin hacer ruido, a pesar del rechazo que suscitó en los sectores ultraconservadores del PP y la Iglesia, y que ahora repiten ante el temor de que los nuevos textos abran la puerta a la eutanasia.
Según informó a este diario la Consejería de Salud andaluza, ni ha habido objeciones a la ley regula buenas prácticas clínicas, por lo que Salud considera que no hay cabida para la objeción de conciencia; ni ha habido, por tanto, multas por incumplimiento de la norma, que excluye la eutanasia y el suicidio asistido el caso de Ramón Sampedro, tipificados como delitos.
Los hospitales aplican la ley con normalidad pese al ruido de la Iglesia
Además, aquellas situaciones complicadas en las que han tenido que intervenir los comités de ética por tratarse, por ejemplo, de desconexiones, se han resuelto satisfactoriamente. Las familias, de hecho, han enviado cartas de agradecimiento por haber dado solución, siempre dentro de los límites que marca la ley, a una situación penosa e irreversible. Conclusión: los hospitales están funcionando con "total normalidad" en este primer año de aplicación, aunque con dos enormes diferencias que corroboran que la normativa era necesaria a pesar de que ya existía una Ley de Autonomía del Paciente.
Por un lado, los pacientes tienen ahora absolutamente garantizado su derecho a una muerte sin dolor, al contrario de lo que le ocurrió a Inmaculada Echevarría, que tuvo que cambiar de un hospital privado a uno público para ser desconectada del respirador que la mantenía con vida. Y, por otro, los médicos tienen garantizado el suyo a desarrollar su trabajo sin ser cuestionados, como ocurrió en el caso de las sedaciones en el hospital de Leganés (Madrid).
Mayor concienciaLa norma sirve de ejemplo al Ejecutivo central y a otras autonomías
"Existe mayor conciencia sobre este tema y eso ya es un motivo de orgullo. Se trata de una ley necesaria y compartida por la ciudadanía. Y el hecho de que en este año todo haya funcionado con normalidad es el mejor ejemplo de su utilidad", explica la consejera de Salud, María Jesús Montero (PSOE). La consejera insiste en que la ley ha tenido su mayor incidencia dentro de los hospitales en los profesionales, que ahora están tranquilos de que su labor no volverá a ser cuestionada. El doctor Montes, que padeció un calvario por el caso Leganés, fue absuelto por los tribunales.
El reforzamiento de los cuidados paliativos es uno de los logros tangibles de la norma, que garantiza el derecho a recibirlos de modo integral en el hospital y en casa. En este primer año se han creado siete equipos de soporte de cuidados paliativos domiciliario y a lo largo de 2011 se incorporarán dos unidades en los hospitales Reina Sofía de Córdoba y Costa del Sol de Málaga. Estos recursos se suman a las 15 unidades hospitalarias, 24 equipos domiciliarios y 15 equipos mixtos ya existentes en la comunidad. Además, el 72% de las habitaciones son ya individuales, otro aspecto que garantiza la ley. "El paciente tiene derecho a recibir cuidados paliativos donde quiera. Y todos los profesionales deben tener competencias en ello. Los recursos avanzados tienen que apoyar a la atención primaria dentro de un modelo de atención compartida. Por eso es muy importante la formación", afirma el director del Plan Andaluz de Cuidados Paliativos, Rafael Cía.
Testamentos vitalesEl 72% de las habitaciones de cuidados paliativos son ya individuales
La ley también ha reforzado los testamentos vitales. La mayoría, entre un 80-90%, muestran su rechazo a las prácticas que no van a servir para mejorar y van a aumentar el dolor. Este año en Andalucía han ejercido este derecho casi 5.000 personas. En total, durante los más de seis años que lleva vigente el registro, la cifra se eleva a 20.256.
Los responsables de Salud insisten también en la función pedagógica de la ley: "Los cuidados paliativos no son algo apocalíptico. Muchas veces no se aplican en la fase avanzada de la enfermedad, sino que son compatibles con otros tratamientos", añade Cía. Pero sobre todo lo que destacan los responsables sanitarios es que se trata de una ley necesaria cada día. "No estamos hablando de desconexiones ni de casos mediáticos. Estamos hablando de buena praxis clínica a diario", zanja Cía.
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