Este artículo se publicó hace 13 años.
Los antitaurinos preparan su asalto al Toro de la Vega
Tordesillas celebra la matanza de un toro con lanzas
José Valle, de Igualdad Animal, cabecea, dubitativo. Llevar una camisa verde de manga larga con una cámara oculta para documentar el Toro de la Vega el torneo de Tordesillas (Valladolid) en el que mozos a caballo lancean a un toro hasta matarlo y que se celebrará mañana martes puede llamar la atención de los participantes, que suelen ir con camiseta.
Valle cavila alternativas: desde ocultar la microcámara en una lata de cerveza, hasta coserse un nuevo botón, en realidad una cámara, en el pantalón. En 2009, la ocultó en unas gafas de sol. Este año ha comprado una camiseta blanca, con la palabra "España" y la silueta de un toro en el pecho. "Hay que parecerse lo más posible, e insultar y gritar, como ellos", explica.
Los activistas buscan cómo ocultar la cámara para grabar el maltrato
El torneo del Toro de la Vega es una "barbarie bochornosa y execrable", insiste la portavoz del partido animalista PACMA, Silvia Barquero. El evento se celebra desde el siglo XIV y sus organizadores piden que la Unesco lo declare Patrimonio Cultural Inmaterial, para blindarlo de la abolición.
Las lanzas han acabado en alguna ocasión en el ojo del animal o le ha provocado hemorragias y lesiones en sus patas, antes de matarlo. Los organizadores dicen que son daños menores. El mozo que logre asestarle la lanzada definitiva se llevará como trofeo el rabo del animal.
Antes de que esto se produzca, en la sede de Igualdad Animal en Madrid, los activistas ultiman los preparativos y el plan del viaje de este año. Saldrán la madrugada del martes, con tiempo suficiente para coger un buen sitio en el final del recorrido que realizará el toro, en una explanada a las afueras de Tordesillas.
El alcalde (PSOE) acotó la medida de las lanzas para «proteger al animal»
Para dar "mayor protección al animal", el alcalde del municipio, José Antonio González Poncela (PSOE), anunció el viernes pasado su intención de modificar el reglamento del torneo. El objetivo: "Que no se le lancee fuera de los límites establecidos, ni cuando esté en movimiento, porque no se puede defender bien, y también se vigilará que las lanzas tengan las medidas correctas", explica González Poncela.
Temor a agresionesSin embargo, los activistas siguen temiendo agresiones. "Si nos ven grabar el momento en el que matan al toro, nos atacarán a nosotros también", apunta Valle, que mañana acudirá por cuarto año consecutivo a documentar el evento. "200 personas a caballo, armadas con lanzas de dos o tres metros y la adrenalina por las nubes, son capaces de cualquier cosa", teme. "Hay guardias civiles, pero se ven desbordados", añade.
El fotógrafo de Igualdad Animal, Jonás Amadeo Lucas, irá con una cámara grande imposible de ocultar. Los mozos no permiten grabar o hacer fotografías. "Pero si no nos arriesgamos y lo documentamos, nadie lo verá", asegura Lucas. El año pasado, el fotógrafo se topó con la punta de la lanza del ganador del torneo a diez centímetros de su cara. "Enseguida me fui de ahí", recuerda. Dos semanas después, recibió la visita de tres tipos en su puesto de trabajo, en Madrid: "Puedes venir a los encierros de Tordesillas cuando quieras, te estaremos esperando", le advirtieron.
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