Este artículo se publicó hace 13 años.
Arenas ya tiene las primarias que quería
Los conservadores llegan a las urnas como favoritos por primera vez
Al margen del resultado que arrojen hoy las urnas, Javier Arenas llega al 22-M con una victoria en el bolsillo: la campaña se ha desarrollado exactamente en los términos que él deseaba. El presidente del PP andaluz, derrotado tres veces en las urnas en las autonómicas, tiene la vista puesta en 2012, cuando las encuestas apuntan a que podría convertir la mayoría absoluta del PSOE en otra de signo opuesto. Por eso ha puesto toda la carne en el asador para convertir el 22-M en una primera vuelta de la cita del año que viene. Lo ha conseguido. Arenas ya tiene sus primarias.
El jefe del PP andaluz partía con una ventaja. A diferencia del PSOE, la campaña municipal ya la tenía hecha, al menos en lo que se refiere al conocimiento de sus candidatos. Frente al PSOE, que ha estrenado candidatos y no con excesivo margen de tiempo en todas las capitales salvo Jaén, los conservadores sólo presentan rostro nuevo precisamente en Jaén. En el resto de ciudades sus aspirantes son o bien alcaldes con varios mandatos a sus espaldas o bien candidatos en su segundo intento que llevan años de campaña.
El descontento de las bases socialistas pone al PP a tiro de un triunfo histórico
El previsible éxito del PP hoy podría ganar al PSOE en votos por primera vez en Andalucía y conquistar las ocho capitales y un puñado de diputaciones es el éxito de un modelo paciente y constante, pensado para el largo plazo, en el que las ambiciones políticas de los individuos quedan supeditadas al interés del colectivo. Precisamente lo que le ha faltado al PSOE en el plano municipal. Arenas lo ha reiterado durante la campaña, sabiendo que da donde duele: "El PSOE quiere hacer ahora en 15 días lo que no ha hecho en cuatro años".
Euforia contenidaEn cualquier contacto con el PP se percibe una euforia contenida. Es obvio que su suelo electoral es más alto y su techo más bajo que el del PSOE. Tan obvio como que han proliferado como setas los votantes socialistas descontentos. Que estos se queden en casa ya sería un éxito para el PP. Pero es que Arenas, sabedor de que los suyos le serán fieles, ha ido precisamente a por esos desencantados. Tras una precampaña sobrecargada de virulencia y ataques personales por los casos de corrupción, en la campaña ha emergido el estadista Arenas, el hombre de "concordia", el político llamado a pilotar sin traumas un cambio de ciclo inevitable que tiende la mano a los defraudados.
La precampaña fue muy virulenta, en contraste con una campaña mansa
En el empeño de presentarse en ese rol Arenas no se ha molestado en disimular ni un instante que para él las primarias son una posta camino de San Telmo. Y esta vez Arenas puede apuntarse otro tanto. No ha pisado ningún charco. Ni él ni su partido, cuyos dirigentes fuera de Andalucía tienen una larga trayectoria de alusiones despectivas a Andalucía en momentos clave, para desesperación de Arenas. Esta vez no ha ocurrido. La campaña se ha desarrollado sin sobresaltos. Todo dentro del guión.
Los conservadores dan por seguro el triunfo con mayoría absoluta de Teófila Martínez en Cádiz (125.826 habitantes), de José Torres Hurtado en Granada (239.154) y de Luis Rogelio Rodríguez-Comendador en Almería (190.013). Francisco de la Torre, pese al desgaste de un mandato marcado por la controversia sobre el abuso de los contratos a dedo, parte como clarísimo favorito en Málaga (568.507), al igual que Pedro Rodríguez en Huelva (149.310).
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