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Arístegui y Rajoy, cara a cara

Horas después, el líder del PP volvió a llamarle para descartar malentendidos

MARÍA JESÚS GÜEMES

Ayer se sentaron frente a frente. Gustavo de Arístegui se encontraba con Mariano Rajoy en su despacho en la sede nacional del PP. El encuentro duró 70 minutos. Y fue, en palabras, del portavoz de Asuntos Exteriores del PP en el Congreso, una reunión “muy cordial, positiva y fructífera”.

El diputado, firme defensor de que mejore la democracia interna de su partido y de que Rajoy adelante su equipo antes de que se celebre el Congreso de junio, salía contento del resultado de su conversación. Pero poco después se encontraba con la noticia de que, al fin, el líder del PP había logrado “pacificar” a uno de sus dirigentes más rebeldes.

Antes de que pudiera darse cualquier malentendido, Arístegui recibió una llamada de Génova. No habían pasado más que unas cuantas horas y Rajoy quería volver a hablar con él. Le aseguraba que las interpretaciones que se estaban dando no salían de él ni de su círculo. En la dirección se andan ya con pies de plomo.

Según Arístegui, durante el encuentro, Rajoy no le lanzó ningún reproche. “Ha sido una conversación distendida, en absoluto tensa. Hemos intercambiado nuestros análisis de la situación que atraviesa el partido y hemos quedado en seguir hablando”, comentaba el parlamentario a Público.

El dirigente conservador no quiso trasladar nada más sobre su conversación privada con Rajoy. A la salida de la sede nacional, Arístegui había señalado que él quería trabajar con todos sus compañeros “por la unidad del partido” y para “construir una alternativa al PSOE que está gobernando muy mal”.

La cita se celebró a petición del propio portavoz de Exteriores, quien había expresado públicamente su malestar por la crisis interna del Partido Popular.

 

Última hora. Ayer la cadena Cope anunciaba a bombo y platillo que Mariano Rajoy podría encontrarse con un rival en el XVI Congreso de junio. Es más, adelantaba que la candidatura alternativa se conocería el próximo lunes y que estaría encabezada por Juan Costa.

En la página web de la emisora se había colgado además la noticia de que la iniciativa había partido del Grupo Parlamentario y que ésta “podría contar con el apoyo de una veintena de diputados”.

Fuentes cercanas al coordinador del programa electoral del PP en estas últimas elecciones desmentían categóricamente la información.  Pero entre sus compañeros de filas se extendía la sorpresa. Antes de que se clarificara, algunos ya apuntaban a que “le había estado dando vueltas”, otros pensaban que la mano de Rodrigo Rato estaba detrás de la jugada, e incluso había quien señalaba lo retorcido que era el asunto si se confirmaba, teniendo en cuenta que es hermano de Ricardo Costa, mano derecha de Francisco Camps, el presidente valenciano.

Faltan avales, y no los tiene

Tras el revuelo, algunos remarcaban que es difícil competir con Rajoy. “Decir que me presento es gratis, que tengo un proyecto, también, pero luego hay que contar con los avales”, señalaban desde la dirección del PP. Y recordaban que el líder se siente seguro porque cuenta con un respaldo mayoritario.

“No me parece que represente nada. Al menos San Gil es una referencia, pero él es Rajoy en estado puro”, decía un diputado. En cualquier caso, no se descarta nada. Lo que está claro es que en el PP hay movimientos y también se sabe que a Costa son varias las personas que se lo han pedido. A estos se les atribuye la filtración. La revuelta se espera de un momento a otro.

 

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