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Barreda incomoda al PSOE al pedir a Zapatero otro Gobierno

'No está para nada en la agenda', replica Alonso al presidente de Castilla-La Mancha

MIGUEL ÁNGEL MARFULL

El presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, no es un verso suelto en el PSOE, pero no siempre ajusta sus palabras a la métrica calculada del discurso político que emiten tanto el Gobierno como su propio partido.

En un ejercicio de verso libre, Barreda sorprendió al Ejecutivo recomendando a Zapatero una remodelación de Gobierno en julio que dé paso a un gabinete más reducido 'para recuperar terreno'.

La receta fue acogida con aparente estupefacción por el portavoz parlamentario socialista, José Antonio Alonso, que dio la réplica oficial mandatado por su partido: 'No está la agenda'. Tanto Moncloa como la sede federal del PSOE se remitieron a sus palabras como las únicas válidas en respuesta a los argumentos de Barreda.

La tesis del presidente de Castilla-La Mancha introdujo en el debate político tres elementos. El primero aconseja una crisis de Gobierno: 'Sería bueno que, terminado el semestre, el presidente hiciera una remodelación importante'. La segunda astilla clavada en el discurso del PSOE alude de forma implícita a la necesidad de imprimir energía a la acción del Ejecutivo: 'Sería una inflexión, un signo inequívocamente claro de que se quiere recuperar terreno y dar respuesta'.

La tercera línea de su argumento situó paradójicamente a Barreda en las tesis que casi al mismo tiempo defendió el PP, que pidió una reducción del altos cargos. El presidente manchego también cree positivo adelgazar la estructura del Gobierno: 'Sería aconsejable un gabinete más reducido y absolutamente orientado a combatir aquello que más interesa y preocupa a los ciudadanos'.

La idea no es nueva. La supresión de carteras es un mantra que invoca el PP cuando la palabra austeridad se cuela en el debate político. La posibilidad de una crisis de Gobierno previa al verano es otro elemento político recurrente desde que el propio Rodríguez Zapatero pospuso cualquier debate sobre candidaturas en su partido a junio, cuando finalice la presidencia española de la UE.

Embridado el debate sobre el cartel electoral del PSOE una vez enterrado el pasado sábado en el Comité Federal, las palabras de Barreda abrieron una fisura que generó un profundo malestar en la dirección socialista, según constató Público, al pronunciarse en un momento en el que el PSOE rechaza que cualquier elemento ajeno al trabajo contra la crisis contamine su discurso.

Desde esta premisa, su portavoz parlamentario, José Antonio Alonso, barnizó de mesura la respuesta socialista: 'Cualquier posibilidad de remodelación no está para nada en la agenda'. No existe 'atmósfera política', completó después de prologar su corrección a Barreda con 'cautela'. Alonso afirmó no conocer sus manifestaciones. 'Si fueran así, me extrañaría', se sinceró.

Cualquier remodelación 'es competencia exclusiva del presidente', respondió con el manual en la mano, y el Ejecutivo socialista se 'está dejando la piel' contra la crisis, por lo que le 'sigue mereciendo un voto de confianza'.

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