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Un barrio multirracial sin graves conflictos de convivencia

El barrio del Besòs, en la frontera entre Barcelona y Sant Adrià de Besòs, es uno de los más humildes de Barcelona

B. B.

El barrio del Besòs, en la frontera entre Barcelona y Sant Adrià de Besòs, es uno de los más humildes de Barcelona. En él conviven unos 25.000 vecinos de distintas procedencias, desde catalanes hasta senegaleses y paquistaníes, sin que se suelan producir conflictos entre ellos.

A pesar de la efervescencia emocional propia del momento, los jóvenes senegaleses concentrados ayer por la muerte de su compatriota aseguraron que nunca había habido ningún problema con la comunidad gitana del barrio. Todo apunta, pues, a un hecho aislado provocado por el carácter violento de los implicados. Un vecino, que no quiso revelar su nombre por miedo a represalias, relató que la familia detenida se había ido quedando sola en el bloque donde estaban porque 'nadie quiere ir a vivir con ellos'. 'No han trabajado nunca, sólo se han dedicado a robar', aseguró.

La Asociación de Vecinos del Besòs mantuvo que el crimen ha sido un hecho 'puntual' y que el barrio es 'tranquilo'. Su presidente, Félix Rodríguez, aseguró que en la zona existe un equilibrio 'bastante aceptable' entre los ciudadanos autóctonos y aquellos que han llegado de fuera. Además, explicó que la mayoría de los recién llegados 'están integrados, trabajando y haciendo barrio'.

Pero algunos de los vecinos más veteranos coinciden en que la situación ha empeorado últimamente, aunque casos como el de ayer son excepcionales. 'Se veía venir y esto no quedará así', dijo una vecina desde hace 50 años. El alcalde, Xavier Trias, admitió que el crimen se produjo en un 'lugar que no es fácil'.

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