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Blanco, lejos de Rubalcaba

El exnúmero dos del PSOE se ha centrado en la política gallega y en su trabajo en el Congreso después de relegar todo su poder orgánico en el 38 Congreso del partido. ¿Ha supuesto esto un enfriamiento en su relaci&oacut

IÑIGO ADURIZ

Eran los dos hombres fuertes de José Luis Rodríguez Zapatero dentro del PSOE y del Gobierno. Codo con codo, José Blanco y Alfredo Pérez Rubalcaba diseñaron las estrategias políticas y electorales del partido durante los últimos años de los socialistas en el poder. Pero a raíz del 38 Congreso Federal de Sevilla, en el que Rubalcaba resultó elegido como líder de los socialistas gracias, en parte, al esfuerzo de Blanco por convencer a sus fieles, adoptaron caminos diferentes.

Acababa de estallar el caso Campeón y el principal detenido por la supuesta trama de captación de subvenciones ilegales implicó al entonces ministro portavoz del Gobierno José Blanco. Era el 11 de noviembre de 2011 y nueve días después se iban a celebrar las elecciones generales en las que el PSOE iba a sufrir el mayor batacazo de su historia. En una entrevista en televisión, una periodista preguntaba al candidato socialista a la Presidencia del Gobierno: '¿Pone usted la mano en el fuego por José Blanco?'. Y Alfredo Pérez Rubalcaba, hoy secretario general de los socialistas españoles, contestaba sin vacilaciones: 'Sí. Se trata de un caso electoral'.

En ese momento, la relación entre los dos dirigentes socialistas atravesaba por buenos momentos. Ambos compartían mesa en el Consejo de Ministros y estaban unidos como una piña entorno a la campaña electoral del 20-N. Rubalcaba, como candidato a la Presidencia, y Blanco, como cabeza de lista del PSOE en la provincia de Lugo, compartieron numerosos actos a lo largo de ese mes en los que se dedicaron numerosos halagos. Incluso tras la derrota en las urnas Blanco apoyó sin fisuras a Rubalcaba en el 38 Congreso Federal de Sevilla en el que el este último se hizo con el liderazgo del partido.

Pero desde entonces el exministro de Fomento se ha mantenido en un segundo plano, al perder todo el poder orgánico dentro del PSOE y ejercer, como en la actualidad, como diputado raso en el Congreso de los Diputados. Sin embargo, la inminencia de las elecciones gallegas hizo que su nombre sonara con fuerza como el de uno de los aspirantes a disputar al conservador Alberto Núñez Feijóo la Presidencia de la Xunta. Hasta el pasado lunes se especulaba con la posibilidad de que Blanco se enfrentara al secretario general del PSdeG, Pachi Vázquez, en unas primarias.

Ese día, el presidente gallego anunció que adelantaba las elecciones al 21 de octubre, lo que obligaba a los socialistas gallegos a acelerar su proceso interno. Pero Rubalcaba, en una comparecencia posterior a la de Feijóo, ya advirtió de cuáles eran sus preferencias. 'No es un secreto para nadie mi simpatía personal con Pachi Vázquez', dijo. A las pocas horas, Blanco hacía público un comunicado mostrando su respaldo al secretario general de los socialistas gallegos y zanjando así cualquier posibilidad a presentar su candidatura.

¿Respondió el gesto del exministro de Fomento a la falta de respaldo que recibió por parte de la dirección del PSOE de Rubalcaba en su carrera para la Xunta? ¿Se ha enfriado la relación entre dos pesos pesados del socialismo español que durante años fueron los principales estrategas del partido? La respuesta de diferentes dirigentes del PSOE consultados por este diario varía en función de la afinidad política con ambos líderes.

Algunas voces cercanas a la cúpula de los socialistas gallegos aseguran que, al margen de los cargos orgánicos que perdió Blanco en febrero, desde Ferraz se ha mermado el poder fáctico del que gozaba el exministro dentro del partido en los últimos años. Otras afirman que éste no se esperaba que muchos dirigentes le dejaran de lado y que, por ello, se encuentra 'desnortado'. Explican que en una reunión del grupo socialista en el Congreso de los Diputados en la que el exvicesecretario general del PSOE mostró su desacuerdo con la posición de la dirección federal ante el nombramiento de la nueva cúpula de RTVE. Según afirman, el exministro sí tenía en mente algunos nombres y no entendió que no contaran con él para adoptar la decisión definitiva.

A pesar de que el exvicesecretario general del PSOE no optará a las primarias del partido, otro destacado miembro del PSdeG insiste en que Vázquez contará con Blanco 'como uno más', tanto si los socialistas consiguen recuperar el poder en Galicia como si se mantienen en la oposición. 'Ha estado jugando hasta el último momento con la posibilidad de presentarse, tanteando el terreno para ver si contaba con apoyos suficientes, pero hay que tener en cuenta cuál es su experiencia al frente del partido y en la dirección de campañas', señala.

'No tengo conciencia de que se hayan enfriado las relaciones entre Blanco y Rubalcaba', asegura por su parte un importante dirigente del PSOE gallego, crítico con la gestión de Vázquez pero cercano a Ferraz. Según él, el ministro de Fomento tendrá un 'papel activo' en la estrategia del PSdeG para las elecciones del 21 de octubre y más allá.

La tesis que ha cobrado más fuerza en las últimas semanas es la que apuntaba a que Blanco había dado un paso atrás en su camino a la Presidencia de la Xunta porque aún no había ninguna decisión por parte del Tribunal Supremo sobre su implicación en el caso Campeón. Pero un las fuentes consultadas insisten a que se debe exclusivamente a 'razones personales'.

Asimismo desde el sector crítico consideran que si Rubalcaba respalda a Vázquez es porque 'no hay alternativa' por la falta de tiempo para convocar primarias y que, en todo caso, los socialistas tienen posibilidades de recuperar el poder en Galicia 'con cualquier candidato'.

Desde la Ejecutiva federal del PSOE son mucho más escuetos a la hora de valorar la relacion entre Blanco y Rubalcaba. Un dirigente del partido, que mantiene relaciones estrechas con ambos socialistas, resume: 'La relación es buena. Doy fe'.

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