Este artículo se publicó hace 13 años.
Blanco y Chaves reivindican el liderazgo de Zapatero
La cúpula del PSOE intenta frenar, sin éxito, el clima interno de que sólo falta por decidir cuándo toma el testigo Rubalcaba.
Gonzalo López Alba
El enredo sucesorio del PSOE saltó hoy de los cenáculos a la tribuna de oradores en el cónclave autonómico que los socialistas celebran este fin de semana en Zaragoza, con asistencia de toda la nomenclatura del partido. No es que fuera prácticamente el monotema de las charlas de pasillo, desayunos, comidas y cenas. Es que, ante el hilo que ha cogido la cometa, se coló en los discursos oficiales.
El vicesecretario general, José Blanco, y el presidente, Manuel Chaves, aprovecharon la congregación de 2.500 cuadros dirigentes y 150 periodistas para intentar frenar el oleaje provocado por un debate que, en expresión de un destacado dirigente territorial, "no queríamos, pero ya no se corta negándolo".
José Blanco arenga a los candidatos: "Nada está perdidoel 22-M"
Por orden de intervención, el primero en intentar levantar un cortaolas fue Chaves, quien ensalzó "la grandeza de liderazgo del PSOE, y especialmente de nuestro secretario general y presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero", por "hacer lo que hay que hacer" para combatir la crisis. La afirmación fue rubricada con aplausos a las palabras del vicepresidente tercero del Gobierno, quien también destacó la "visión estratégica" y "capacidad política" para "avanzar en acuerdos importantes".
Lo que dijo Blanco a continuación puso de manifiesto que la reivindicación de Zapatero hecha por Chaves formaba parte de un movimiento pactado internamente. El número dos del partido se proclamó "orgulloso" de Zapatero. Lo hizo con tanta pasión que, aunque su intención era justamente la contraria, su alegato sonó a oídos de muchos al memorial de méritos que suele hacerse a los difuntos, de modo que tuvo que aclarar a los periodistas que lejos de pretender "un epitafio", sus palabras eran claramente reivindicativas.
Lo que dijo, fue: "Frente a tanto ataque y descalificación interesada, quiero deciros algo que siento especialmente. Me siento orgulloso de José Luis Rodríguez Zapatero, me siento orgulloso de sus valores. Orgulloso de su coraje. No he conocido un socialista mejor. Nunca se ha hecho tanto por modernizar nuestro país, en tan poco tiempo. Nunca he visto a nadie hacer más por la igualdad en este país. Nunca he visto a nadie con mayor compromiso con la protección social. Nunca tantos derechos han sido reconocidos a quienes siempre les fueron negados. Por eso siento, estoy seguro de que lo sentimos todos, la obligación moral y política de defender a quien más nos defiende".
Los socialistas dicen que Aznar "vuelve a ser el patrón del PP"
Zapatero y RubalcabaPreviamente, el vicesecretario general había pedido a los suyos "hablar poco de nosotros y mucho de los ciudadanos", para volcar todas sus energías en recuperar la iniciativa y pasar a "la ofensiva" en el horizonte de las elecciones municipales y autonómicas de mayo, en las que se juegan su destino político la mayoría de los reunidos hoy. Pero ni por esas.
Los socialistas tenían hoy motivos más que sobrados para sentirse "más contentos". Pero, en lugar de aprovechar la cita para celebrar y vender el pacto social que les permite un rearme político, no dejaron de hablar, entre ellos y con los periodistas, del debate interno que oficialmente no existe. De esas charlas se desprende la confirmación de que en el PSOE se ha instalado el clima de que se va Zapatero y vendrá Alfredo Pérez Rubalcaba, porque el asunto central no era el qué sino el cuándo, que los barones prefieren antes del 22-M, momento que en Moncloa se juzga prematuro, según fuentes presidenciales.
En este estado de situación, hasta fue noticia que, aunque no figura en el programa oficial, Rubalcaba se dejará ver hoy por la convención, pero canceló anoche su presencia en la "cena con gin-tonic" que Blanco, Chaves e Iglesias celebraron con los presidentes autonómicos y secretarios regionales. Y, según reconocían hoy muchos de los convocados, ellos mismos escrutarán hoy con lupa cada palabra y cada gesto de Zapatero, que clausura el cónclave.
El valor de las reformasBlanco se adelantó hoy a intentar combatir los ánimos derrotistas antes las próximas citas electorales. "Nada está ganado, pero nada está perdido", proclamó. Aunque admitió como "razonable" que exista "una cierta preocupación por el coste electoral que puede tener la crisis", advirtió de que sin las reformas acometidas por el Gobierno, aunque sean impopulares, sí "estaríamos dirigiendo al PSOE a una derrota segura y alejando la posibilidad de gobernar durante muchos años".
Destacó que la actitud del Gobierno es prueba de que, para ellos, "primero está España y luego, el PSOE", mientras que Mariano Rajoy "ni está ni se le espera". Y agregó que la última convención del PP, aunque pretendía "hacer la ola al patrón", induce a pensar "que el patrón del PP vuelve a ser Aznar".
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