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Una boda con sello 15-M

Una indignada se casa con un argelino pendiente de su expulsión de España

O. CARBALLAR

Candela, una cordobesa de 38 años, vestida de blanco, con un velo improvisado y un ramo de flores hecho por unos vecinos, entró con una sonrisa de oreja a oreja al Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Málaga. Al rato, con las flores aún entre sus manos, salió a la calle con la sonrisa más ancha todavía: se había casado, por el rito musulmán, con Sid Hamed Bouziane, el chico argelino de 28 años con una orden de expulsión en marcha y contra la que el Movimiento 15-M lleva una semana protestando al considerar que está amenazado de muerte. 'Estoy feliz, ya es mi marido y eso no hay quien me lo quite', aseguró Candela a los periodistas.

Los últimos contactos con las subdelegaciones del Gobierno en Málaga y Sevilla habían insuflado esperanza en el grupo de indignados, quienes habían incluso pensado levantar la acampada al entender que podría revocarse la orden de expulsión y conseguir así un permiso de residencia. Pero según aseguró a Público el abogado de Bouziane, José Cosín, sólo 'seis minutos después' de la boda que, aparte de no tener aún efectos civiles, no influye en la situación del joven al ser posterior a la orden, recibieron una denegación definitiva a la solicitud de asilo , la vía principal que habían iniciado para evitar su expulsión. 'Vamos a recurrir ahora ante la Audiencia Nacional por la falta de sensibilidad y digo una cosa: creo que lo voy a sacar', afirma con seguridad Cosín, consciente sin embargo de que en cualquier momento el joven puede ser expulsado.

La boda entre Candela y Bouziane, 'unos tortolitos desde hace cuatro meses', según cuenta por teléfono la madrina y amiga íntima, Mamen Prados, fue oficiada por el imán de Fuengirola. 'Ha sido preciosa, los dos estaban felices y los trabajadores del CIE han sido muy amables; incluso han dejado pasar a Candela con unas horquillas que le pitaban en el detector de metales', explica emocionada Mamen, quien llegó del brazo de Bouziane hasta la habitación donde se ofició la ceremonia. 'Es la primera vez que actúo de padrino, y por el rito musulmán', bromea el abogado Cosín.

A la espera de novedades, y con dos pequeñas tartas agridulces que sirvieron de banquete, los indignados de Málaga tenían ayer previsto continuar protestando hasta encontrar una respuesta satisfactoria a su petición. El pasado miércoles fueron detenidos cuatro jóvenes al intentar bloquear un furgón policial a las puertas del CIE en el que creían que el joven argelino Bouziane estaba siendo trasladado para su expulsión.

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