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Bono defiende la legalidad de debatir la condena al Papa

El presidente del Congreso recalca que la moción de IU-ICV contra Ratzinger es 'constitucional'

JUANMA ROMERO

José Bono recibió una llamada la pasada semana. Era Antonio María Rouco Varela, presidente de la Conferencia Episcopal Española. Le  trasladó su malestar, no como amigo, sino como líder de la Iglesia en nuestro país, por haber permitido la admisión a trámite, el martes, de una proposición no de ley de Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya Verds (IU-ICV). En ella se exige al Gobierno que proteste ante el Vaticano por las palabras que  Benedicto XVI profirió en marzo, en su viaje a África, contra el uso del condón como medio de lucha contra el sida. El presidente del Congreso no se dejó convencer por Rouco. Ayer explicó por qué: “Constitucionalmente” había que tramitar la iniciativa, “sea cual sea la valoración” que se tenga de ella.

Bono, católico practicante, defendió que “lo menos importante” es el sentimiento religioso, el suyo o el de cualquier ciudadano, pues “lo verdaderamente trascendente” en un Estado de derecho es “el imperio de la ley”, subrayó, informa Efe. Comparó su función con la de un “guardia urbano de tráfico, que aplica las reglas para que haya orden”, sin fijarse en si le gusta “el conductor, el vehículo que lleva o cómo adquirió su carné”.

Es decir, no habrá vuelta atrás. La iniciativa se debatirá en la Comisión de Cooperación Internacional del Congreso, previsiblemente en junio.

El PSOE no ha adelantado el sentido de su voto. El PP rechazará el texto de IU-ICV. Ayer, su secretaria general, María Dolores de Cospedal, no ahorró reproches: que la Mesa tramitara la moción fue un “disparate y un despropósito”. El problema es que dos diputadas conservadoras, Celia Villalobos y Ana Pastor, dieron el martes su visto bueno a la calificación de la propuesta. La dirección del PP no estudia sancionarlas, pero sí reconoce que su postura oficial es la de sus otros dos parlamentarios en la Mesa, Jorge Fernández Díaz e Ignacio Gil Lázaro. Ambos se opusieron a que se cursara la “reprobación” al Papa, informa Yolanda González.


Ni Gaspar Llamazares ni Joan Herrera, portavoces de IU e ICV, comprenden la polémica. Insisten en que no pretenden la “reprobación” a un jefe de Estado, como venden la Iglesia y la derecha, sino que se eleve una “protesta por vía oficial y diplomática”, a través del embajador español en el Vaticano, Francisco Vázquez, contra las declaraciones de Joseph Ratzinger. “Es una proposición muy pulcra y respetuosa, y no entenderíamos que el PSOE la rechazara o enmendara. Y el PP demuestra estar condicionado por los obispos”, se dolía ayer Llamazares.

Herrera incidió en el “encarnizamiento” de la jerarquía eclesiástica contra IU-ICV. El Vaticano, sostuvo, peca de doble rasero, pues no combatió tanto al Parlamento belga cuando, en abril, aprobó, y por amplísima mayoría, una resolución similar en la que condenaba las “declaraciones inaceptables” del Pontífice.

 


La moción de IU-ICV, redactada por el ecosocialista Joan Herrera, busca que el Congreso exprese su “consternación y rechazo” a esta afirmación del Papa, hecha el 17 de marzo en Camerún: “No se puede superar el sida con la distribución de preservativos; al contrario, aumentan el problema”. Un mensaje “falaz y equívoco”, recuerda IU-ICV, que choca con la ciencia, la Organización Mundial de la Salud o el mismo programa ONUSIDA de la ONU, que valida el condón como el mejor método de prevención en la lucha contra el VIH.

Por ello, IU-ICV quiere que el Gobierno “proteste por vía oficial y diplomática” contra las palabras del Papa (es una queja formal, por tanto, y no una reprobación) y reaccione “enérgicamente” frente a quien cuestione “la utilidad del preservativo”. Asimismo, insta al Ministerio de Asuntos Exteriores a que recuerde que el Ejecutivo disiente de Ratzinger. José Antonio Alonso avanzó el domingo en una entrevista las dudas que suscita en el PSOE el texto de IU-ICV: se puede criticar al Papa, no “reprobarlo”, aclaró.

Herrera censuró que la Iglesia, “en vez de reflexionar, mate al mensajero” e insulte a IU y a ICV, llamándoles “grupúsculo”. “Es la Iglesia la radical, que no representa ni a los cristianos de base”, recalcó a Público

 

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