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Caballeros templarios en pie de guerra

Dos órdenes de los soldados de Cristo se disputan la legitimidad histórica tras la demanda contra Benedicto XVI 

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Los templarios han vuelto y más guerreros que nunca. El 4 de agosto saltó la noticia de que la Orden Soberana del Temple de Cristo, según ellos, herederos de los míticos soldados, había denunciado al Papa. En la querella exigen al Obispo de Roma la rehabilitación de la Orden, suspendida por su homónimo, Clemente V, en 1307. La acusación fue herejía y sodomía. Además, piden el reconocimiento de los bienes incautados.

Y con la noticia llegó la polémica. “Cualquier entidad, asociación o grupo de amigos pueden decir lo que quieran pero no que pertenecen a la Orden del Temple”, afirma Joseph de Juan i Buixeda, Gran Prior de España de la Orden Soberana y Militar de Jerusalén (OSMTJ), más conocida como Orden del Temple, con 700 miembros entre sus filas o, para ser más estrictos, con 700 caballeros y damas.

Además, de Juan deja claro que, a pesar de que ellos mantienen una excelente relación con la Iglesia católica, no quieren ni oír hablar de restitución. Van por libre. La orden denunciante, en cambio, rehúyen el contacto con Público y se remiten a una misiva donde afirman que declinan hacer declaraciones: “no deseamos ningún protagonismo ni personal ni institucional”, aunque sí aprovechan para arremeter contra aquellos que “llamándose a sí mismos templarios, apoyan al Papa en este dolo-
roso asunto”.

Los templarios de hoy en día, a diferencia de los de antaño, no son monjes-soldados y sólo conservan el carácter militar “en la jerarquía y los uniformes”, explica de Juan. Un traje puede costar hasta 400 euros: es blanco, –reflejo del corazón limpio del templario– lleva franjas rojas, botones dorados y muchas medallas.

La Orden, que se define como cristiana y tolerante, no sólo reproduce los trajes medievales, también los ritos. Es como un gran juego de rol pero con creencias espirituales añadidas. Hay espadas y misas solemnes con señores muy serios con guantes blancos. La simbología no es ninguna tontería para los templarios.

El Gran Prior explica que, incluso el ideal del caballero hoy es el mismo que tenían sus antecesores: el crecimiento interior de acuerdo con los valores tradicionales “sin entrar en el amor galante ni las leyendas artúricas”, matiza.

Las cruzadas terminaron hace muchos siglos, pero los soldados de Cristo actuales, en la página web de la OSMTJ, advierten de otra lucha: “en pocos años Bruselas contará con una mayoría de población de religión musulmana”, según ellos este hecho puede ser “la más potente bomba de relojería”. La solución, dicen, es tender puentes de entendimiento.

Mientras unos y otros no se ponen de acuerdo ni en la restitución de la Orden por la Iglesia ni en la legitimidad histórica de las organizaciones, Benedicto XVI, está de vacaciones en Bressanone, Tirol del Sur, donde lee, toca el piano y departe con su hermano. Sobre la polémica no se ha pronunciado.

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