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Camps ataca a Zapatero para tapar la 'Gürtel'

La dirección del PP planta al president en las celebraciones del día nacional de los valencianos

SERGI TARÍN

Ni Gürtel ni Brugal ni caso Fabra. El Gobierno valenciano sigue vivo en mitad de la marea de presuntas corruptelas que sacuden sus instituciones. Ayer, Francisco Camps, presidió la celebración del día nacional del País Valencià. Hace 772 años el rey Jaime I arrebató la ciudad a los musulmanes y fundó el Reino de Valencia. Y hace un año, el secretario de comunicación del PP, Esteban González Pons, resquebrajó la ceremonia con su categórico 'la fiesta se acaba a las cuatro de la tarde'. El dirigente conservador, que hacía de emisario de Mariano Rajoy, avisaba con estas palabras a Ricardo Costa, mano derecha de Francisco Camps, de su inminente cese por su implicación en el escándalo de la Gürtel.

Y es que en aquellos días, todo eran trajes, coches de lujo e indecorosas conversaciones telefónicas. Tras la marcha de Costa, en el PP valenciano se temía el efecto dominó y se planificaba la desbandada.

Hace un año, Pons amenazó en este acto: 'La fiesta se acaba a las cuatro'

Pero un año después, la fiesta continúa y los conservadores conservan cómodamente su poder. Ayer, numerosos dirigentes del PP se ufanaban de los buenos datos de las encuestas. Entre ellos, el propio Ricardo Costa, que el año pasado abandonó la ciudad huyendo de la guillotina y ayer paseaba por el Palau de la Generalitat su flamante nombramiento como secretario de economía del Grupo Popular.

Minutos antes, el president había pronunciado un discurso institucional con todos los ingredientes de su retórica: omisión de sus problemas con la Justicia y victimismo respecto del Gobierno central. Camps criticó que los valencianos 'son los peor financiados por Zapatero' y defendió, tras la inminente llegada del tren de alta velocidad, el eje Madrid-Valencia frente al corredor mediterráneo, por el que apuesta gran parte del empresariado valenciano.

En los corrillos se comentaba el creciente cansancio y aislamiento del president. Hace casi siete meses que Rajoy no visita Valencia y ningún miembro de la ejecutiva nacional asistió a la celebración. También se hablaba de su capacidad de resistencia. 'Otro no hubiera aguantado tanta presión', comentaba un dirigente cercano a Camps.

Tras 12 meses, Ricardo Costa ha sido rehabilitado y Camps es el candidato

En el PSPV-PSOE tampoco se explican el vigor de los conservadores. Su líder, Jorge Alarte, leyó un manifiesto en la puerta de las Corts en el que denunció el 'autoritarismo, la conculcación de derechos de los ciudadanos y la corrupción que Camps y su Gobierno han instalado como mecanismo habitual de funcionamiento de la Administración'. A su lado estaban su portavoz parlamentario, Ángel Luna, y la secretaria de organización del partido, Leire Pajín, que declinó realizar declaraciones.

Más tarde, tras ser preguntado por los malos resultados para su formación que destilan las encuestas, Jorge Alarte pronosticó 'un crack' del Gobierno valenciano 'cuando vean el rostro de Camps en los carteles electorales'.

Para el portavoz del grupo Compromís, Enric Morera, 'la fiesta de Camps debe acabarse', como también 'todos los saraos y juergas donde se gastan de forma irresponsable el dinero de los valencianos'. Por ese motivo, Morera anunció que no acudiría a la recepción oficial del Molt Honorable, cuyo coste cifró en 150.000 euros.

Miles de ciudadano marcharon al grito de 'Camps dimisión'

Esta no fue la única celebración del día de los valencianos. La plataforma Escola Valenciana reunió a miles de personas en defensa del valenciano. Y por la tarde, 5.000 manifestantes abarrotaron el centro de la ciudad bajo el lema Por los derechos nacionales y sociales y al grito de 'Camps dimisión'.

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