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Camps se define como víctima de una conjura contra el orden democrático

'Me atacan porque no hay manera de ganarme', dice el presidente imputado por soborno.

SERGI TARÍN

Francisco Camps ve enemigos por todas partes. Ayer, durante la sesión de control en Les Corts, aseguró que una gran conspiración se cierne sobre su persona. Un conjura urdida para 'subvertir el sistema democrático' y descabalgarlo del poder. 'Estoy siendo atacado porque no hay manera de ganarme si no es fuera de la urnas', clamó Camps tras recordar que es 'un presidente con dos mayorías absolutas'. Tras la reapertura del caso de los trajes, ordenada por el Tribunal Supremo, Camps vuelve a estar imputado por un presunto delito de cohecho impropio (soborno).

No es la primera vez que el jefe del Consell apela a la teoría conspirativa. De hecho, ha sido su único argumento contra las pruebas que lo sitúan en el epicentro de la Gürtel. 'Jueces, fiscales, la Agencia Tributaria ¿Todo es una conspiración mundial contra usted? ¿Se da cuenta a qué grado de presión está sometiendo a las instituciones?', le cuestionó Ángel Luna, portavoz parlamentario del PSPV-PSOE. Unas preguntas que a Camps le sonaron a insultos elaborados 'desde la negritud de su despacho para crear tensión en esta Cámara', increpó a Luna.

'A mí me sostiene la verdad, llegaré hasta el final porque tengo razón'

Fue el primer encontronazo en un hemiciclo que cada jueves muta en cuadrilátero, con dos púgiles en cada esquina: Luna, que ataca. Camps, que se cubre. Ayer, los golpes del dirigente socialista volvieron a rastrear la herida abierta de la Gürtel. 'Los valencianos se han empobrecido con su gestión. Se han pagado cosas que no se han hecho, traductores por diez veces más de lo que costaban o bombillas a cien veces su precio. Ha puesto el Consell a disposición de la trama', acusó Luna, aludiendo a algunos pasajes del informe de la Unidad de Auxilio Judicial que revela cómo la Generalitat, entre 2004 y 2008, adjudicó 7,2 millones a empresas de la red de Francisco Correa yÁlvaro Pérez El Bigotes.

Unos datos que Camps negó en rotundo antes de prepararse para el siguiente envite de Luna, que le acusó de no estar en condiciones de gobernar tras la reciente sentencia del Tribunal Supremo quereabre el asunto de los trajes y le sitúa al borde del abismo político. 'Está más que imputado. Cuando le abran juicio oral, ¿va a seguir sentado en este banco y en el banquillo al mismo tiempo?', espetó el síndico socialista.

'Si es tan valiente, ponga encima de la mesa los contratos [con la red Gürtel]'

Camps optó entonces por parapetarse tras los vapores de la grandilocuencia. 'Es todo falso. A mí me sostiene la verdad'; 'Estoy convencido de que triunfará mi verdad completamente'; 'Llegaré hasta el final porque tengo la razón'; 'Voy por la calle y la gente me dice: ¡adelante presidente!, ¡que no le amedrente a usted tanta mentira e insidia! Y eso da mucha fuerza'. Sus frases provocaron aplausos encendidos desde el grupo popular, a través de los cuales Luna se abrió paso: 'Califica de insidias lo que es simplemente preguntarle por la gestión del dinero público y paralelamente mantiene cerrados bajo siete llaves todos los contratos. ¡Póngalos encima de la mesa, si es tan valiente, para que los veamos todos!' Fue la última arremetida de un combate que se reanudará el próximo jueves en Les Corts valencianas.

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