Este artículo se publicó hace 13 años.
La cara oculta de los lunes
Mañana es lunes. Mañana volverán las oscuras golondrinas. Mañana discutiremos el penalti no pitado al Atleti. Mañana seguiremos persiguiendo tu taconeo en las aceras.
Mañana cinco millones de parados volverán a sufrir nostalgia de los lunes. Mañana no es lunes. Mañana el calendario celebra la cara oculta de los lunes.
La democracia y el sexo tienen una cosa en común: se nos queda una melancolía húmeda después de cada convocatoria. Los que no fuman se preguntan: ¿y ahora, qué? Los que fuman demoran cinco minutos, con el pitillo del trasfollar, la misma pregunta.
Los demócratas deberíamos hacer como los atletas sexuales. Ponernos de inmediato a ello otra vez, sin dar respiro. A reconstruir o refundar nuestro puto mundo de confortables ruinas una vez eyaculado el voto.
Mañana es lunes. Mañana es la cara oculta de los lunes. Mañana la Puerta del Sol amanecerá más lavada y rebonita que nunca. Los ni-nis limpian por donde pasan. No como otros. El gobierno regional ha dejado de ser la más importante institución que habitó este rincón madrileño. Un perverso club de contagiadores de juventud ha asumido mando en plaza.
Ya era hora. Tanto tiempo esperando para llegar a joven a los 35. La edad que tiene el cadáver de Franco. Los poetas anuncian que la juventud es efímera. Vayamos con cuidado, compañeros, que mañana es lunes.
Mañana volverán a tomar la calle y las pantallas los mismos diciendo lo mismo. Mañana los periódicos americanos no darán en portada la Puerta del Sol. Mañana los niños volverán a llorar cuando se suban al autobús del colegio.
Hay que andarse con mucho ojo con ciertos lunes. Consultemos los atlas. Comprobemos el lunes si Madrid sigue siendo el epicentro del mundo y no sólo la capital (asquerosa polisemia) de España.
Mañana habrá que decirles a los gilipollas que estos perroflauta a los que están insultando y vejando y vilipendiando han vuelto a convertir España en un Imperio. Un imperio sin braguitas rojigualdas, sin soldaditos de la señorita Pepis, sin señores inflados de toda la razón del mundo. Un Imperio que se extiende de la Bastilla a la City, de Bogotá a Brandemburgo y sus conciertos. Un lugar donde da la vuelta el aire.
España ha vuelto a ser el imperio donde nunca se pone la Puerta del Sol. Pero tened mucho cuidado, compañeros, que mañana es lunes.
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