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Catalunya evita desairar al TC en la Ley de Veguerías

No altera aún las provincias, que dependen del Gobierno

ALBERT MARTÍN VIDAL

'No cambiaremos ni una coma de las leyes'. Con esta contundencia se expresaban fuentes del Govern tras conocer el fallo del Tribunal Constitucional (TC) y saber que 12 leyes que estaban en tramitación podían entrar en contradicción con la interpretación de los magistrados. Una de ellas, la de Veguerías, aprobada ayer en el Parlament, prueba que el Ejecutivo catalán no quiere, de momento, nuevos choques: la norma abre la puerta a futuros conflictos entre Barcelona y Madrid pero a día de hoy no cuestiona en absoluto al TC.

La ley pretende superar la vieja subdivisión territorial de España ideada en 1833 y fija siete demarcaciones territoriales en Catalunya para sustituir a las cuatro provincias. Inicialmente, sólo serán operativas cuatro, cuyo ámbito coincide con el de las provincias. Estas nuevas entidades territoriales estarán gestionadas por los consejos de veguería, que suplen a las diputaciones.

La negociación por las tres divisiones conflictivas no se ha iniciado aún

La histórica votación se produjo en la tarde de ayer con un resultado ajustado (68 a 64) y tras un debate marcado por los reproches entre las fuerzas del Tripartito y CiU. La federación nacionalista hurgó en el hecho de que el ejecutivo que preside José Montilla ha evitado por el momento el choque con el Gobierno y no ha iniciado las negociaciones para crear las veguerías de Catalunya Central, Terres de l'Ebre y Alt Pirineu. 'Quieren aprobar la ley sí o sí, a pesar de saber que mañana no habrá ningún otro efecto que un cambio de nombre de las diputaciones', lamentó el diputado Lluís Corominas.

En efecto, las únicas cuatro veguerías que estarán en vigor inicialmente son las de Barcelona, Lleida, Girona y Tarragona, que coinciden exactamente con estas provincias. Las tres restantes sí exigen cambios en la delimitación de las provincias, lo que obligaría a llevar a cabo una reforma de una serie de leyes orgánicas e implicaría una negociación con el Gobierno que no se ha llevado a cabo todavía. El caso de Terres de l'Ebre sería relativamente sencillo porque simplemente dividiría la actual provincia de Tarragona, pero Catalunya Central y Alt Pirineu sí suponen un cambio de límites provinciales.

La sentencia abogó por la plena vigencia de las provincias

En sus fundamentos jurídicos, la sentencia del TC indicaba a este respecto que las provincias seguirán teniendo plena vigencia en lo referente a sus funciones constitucionales (circunscripción electoral, división territorial del Estado y entidad local con personalidad jurídica propia). Ello mantiene a las provincias con su estatus actual y circunscribe las veguerías exclusivamente a cuestiones internas catalanas.

A pesar del inicial respeto por las actuales provincias, el conseller de Governació, Jordi Ausàs (ERC), daba por hecho ayer que en un futuro habrá siete veguerías y abría la puerta incluso a la creación de una octava, la del Penedès. En este sentido, lanzó un aviso sobre un eventual rechazo del Gobierno al despliegue: 'Si no fuese así, constataríamos que Catalunya no puede tener otro horizonte que el de su plena soberanía'.

Ausàs justificó la necesidad de esta nueva distribución territorial por el criterio de proximidad: 'Un territorio sin administración es un territorio sin voz y sin defensa de sus intereses'. Además, el conseller recordó que la creación de las veguerías no significará una duplicación de administraciones y funcionarios, que dependerán de los nuevos organismos.

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