Este artículo se publicó hace 14 años.
"Es una ceremonia especial, a tu medida"
Los juzgados ganan con rapidez posiciones frente a las parroquias prácticamente en toda España
Al principio no nos apetecía demasiado casarnos. Hoy pienso que es lo más bonito que he hecho en mi vida". Así describe su boda Elena Alonso, una mujer de 32 años que hace 15 días formalizó su unión con Fernando Canfrán, de 34.
Ellos, como muchas otras parejas, decidieron casarse en un juzgado y alejarse, así, de la tradición de contraer matrimonio por la Iglesia. En 2009, un total de 94.993 parejas optaron en España por celebrar su boda por la vía civil.
Elena y Fernando se conocieron hace 15 años y ya llevaban bastante tiempo conviviendo antes de casarse. Hasta hace un año, ambos trabajaban y vivían en Madrid. Cuando nació su hijo decidieron volver a Sigüenza (Guadalajara). "A llevar una vida más tranquila", manifiesta Elena. Allí montaron su propio negocio, Fincas Sigüenza, con el que se dedican a organizar banquetes y otros eventos, incluida su propia boda.
Guadalajara es, precisamente, la provincia en la que, desde 1996, más ha aumentado el número de matrimonios civiles. Si la media española correspondiente a este incremento es del 112%, en Guadalajara esta cifra se multiplica por cinco, alcanzando el 521%. En esta provincia manchega se ha pasado de las 154 uniones civiles, en 1996, a las 956 del año pasado.
Elena y Fernando ya estaban registrados como pareja de hecho, "una figura que desde que las parejas gays pueden casarse, ha perdido sentido", opina ella. "Es el mismo papeleo y el mismo compromiso que casarte en el juzgado, pero con menos derechos. Si a mi pareja le pasara algo, yo no tendría derecho a recibir una pensión", aclara.
"A la familia le hace ilusión que te cases; no el cómo", afirma ella
Por eso, cuando nació su pequeño decidieron dar el siguiente paso y firmar de nuevo en el juzgado, ahora como matrimonio. "Así tenemos los papeles del niño en orden. Si no lo hiciéramos, los dos estaríamos en el libro de familia, pero como solteros y es un lío", explica Elena.
¿Por qué un matrimonio civil y no el altar de una iglesia? "Porque nunca hemos sido demasiado creyentes y, además, eso te permite organizar una ceremonia especial, a tu medida, escaparte de lo tradicional... Nuestros amigos, por ejemplo, en lugar de tirar arroz, organizaron una suelta de más de mil globos. Fue precioso", recuerdan.
Ninguna de las dos familias puso pegas a su decisión. "Al principio a nuestros padres les parecía un poco raro pero, en realidad, lo que quieren y lo que les hace ilusión es que te cases; les da igual cómo", explica Elena. "Incluso te ayudan con los gastos, como todos los padres", añade.
Elena y Fernando se casaron para "tener los papeles del niño en orden"La económica es una de las razones que algunos alegan para casarse en un juzgado. Sin embargo, este rito no es más barato que el católico, salvo por la "insignificante cantidad que se le paga al cura", opina Elena. "Al final, gastas entre 20.000 y 30.000 euros porque, igualmente, pagas banquete, flores, fotógrafo y vestido", manifiesta y añade: "Afortunadamente, los invitados suplieron los gastos".
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