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CiU ofrece un "pacto de Estado" contra la crisis

Los socialistas dan la bienvenida a la iniciativa a la espera de que los nacionalistas la concreten

M. Á. MARFULL / A. M. VIDAL

Convergència i Unió anunció ayer la última apuesta política que se lanza sobre el tapete de la crisis. En la misma semana en la que el Parlamento reanuda su actividad, el líder de CiU jugó la baza del consenso. Con sus cartas en la mano diez diputados Artur Mas ofreció a su grupo para cerrar con el PSOE una 'hoja de ruta contra la crisis'.

'No es el momento de la agresividad parlamentaria, sino de los pactos de Estado', solemnizó Mas al desmarcarse de la confrontación elegida por el PP y anunciar que CiU está 'dispuesta a arrimar el hombro' para 'dar apoyo parlamentario' a un plan de respuesta en favor de la recuperación económica. Mas adelantó así en RNE el eje de la propuesta que avalaría después la dirección de su partido.

Josep Antoni Duran Lleida fue el encargado de aplicar esa segunda capa de barniz de pintura política a las palabras de Mas. El portavoz de CiU en el Congreso se postuló como mediador entre PSOE y PP para lograr ese 'gran pacto de Estado'. Duran no cerró la puerta a acuerdos puntuales con el PSOE, pero abogó por un concierto entre todas las fuerzas políticas frente a la crisis.

Igual que Mas, el portavoz de CiU pidió a socialistas y conservadores que 'dejen de lado sus intereses de partido' y 'se mojen' para aprobar con unidad parlamentaria estrategias contra la recesión.

Los socialistas acogieron el gesto con cautela, a la espera de que CiU concrete una eventual oferta y ponga letra parlamentaria a una música que ha entonado ya en otras ocasiones. 'Si CiU consigue convencer al PP de que nos ayude, bienvenido, y si se tratara de acercarse a un acuerdo con el PSOE, nos habría gustado que llegara antes, pero bienvenido también', explicaron a Público desde el Grupo Socialista.


Los responsables de CiU, Artur Mas,derecha, y Duran i Lleida, izquierda, flanquean al ex president Pujol en la reunión de la ejecutiva de CiU celebrada ayer en Barcelona.

La misma fuente contrapone la actitud de CiU con el obstrucionismo del PP al que atribuye el freno en la rueda de cualquier acuerdo 'la pieza que nunca encaja'. Dos excepciones confirman, a su juicio, la regla: el pacto que se explora en materia educativa y el consenso cerrado sobre las prioridades de la Presidencia española de la UE.

'En los diez o doce debates de contenido económico que ha vivido el Congreso en los últimos meses, la oferta de pacto se ha hecho a todos y, salvo el PP, nadie se ha negado', explica otro responsable del Grupo Socialista. Según su análisis, la postura de CiU es 'lógica y bien aceptada', en contraste con la 'actitud ilógica del PP, que en esos debates siempre se ha negado al acuerdo sin concretar jamás una propuesta'.

Para probar la pureza de su intención, el número tres del Grupo Socialista, Daniel Fernández, emplazó a la formación que lidera Mas a apoyar las propuestas para reformar las pensiones que ha lanzado el Ejecutivo. La vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, se limitó a señalar que su partido está 'abierto al diálogo', aunque recordó que la opción de pacto planteada por CiU no ha sido contemplada hasta el momento.

El PSOE también se mostró receptivo. 'Bienvenida sea la responsabilidad de los grupos que saben que es el momento de remar juntos y no de sacar tajada política de la situación de crisis', señaló la secretaria de organización del PSOE, Leire Pajín, pero de ahí a hablar de alianzas concretas queda mucho trecho.

Tanto es así, que CiU combinó ayer este gesto de verbo conciliador con una medida de fuerza en la línea abierta por el PP. Igual que los conservadores, el Grupo Catalán y el PNV pidieron la comparecencia de Rodríguez Zapatero en el Congreso para que 'informe sobre la situación de la economía española'.

El plan de austeridad, la reforma del mercado laboral y la del sistema de pensiones son los tres vértices del triángulo sobre el que exigen explicaciones. La unión de PP, CiU y PNV sumaba votos suficientes para forzar la comparecencia de Zapatero, así que el Gobierno decidió ayer por la tarde tomar la iniciativa.

El jefe del Ejecutivo solicitó comparecer en el Congreso para informar sobre las conclusiones del Consejo Europeo que le llevará a Bruselas el próximo jueves, un encuentro que reunirá a los líderes de la UE con la economía como argumento monográfico. Rodríguez Zapatero explicará también a la Cámara 'las últimas medidas adoptadas en la lucha contra la crisis y en favor de la creación de empleo'.

El Congreso estudiará hoy esta petición para emplazarla en el calendario. Fuentes del Ejecutivo señalaron como la fecha más probable para la celebración del debate el próximo 17 de febrero.

El secretario general de ERC, Joan Ridao, no dejó pasar por alto la oferta de CiU de pacto de Estado contra la crisis para reclamar a Mas que también tenga una actitud cooperativa con el Govern de Montilla. En esta línea reclamó a los nacionalistas que “cierren filas” con leyes “de país” como la de transición de diputaciones a veguerías, la de consultas o la del cine, proyectos de los independentistas en el Ejecutivo que, metidos de pleno en su estrategia electoral para las autonómicas, CiU considera timoratas. Ridao lamentó que la federación apueste en las últimas fechas por el “todo vale” para desgastar al Ejecutivo de José Montilla, que fue el primero en tomar medidas contra la crisis en abril de 2008. También hizo llegar una petición a los nacionalistas el dirigente del PSC Daniel Fernández, hombre fuerte del partido en Madrid. Más que a proponer pactos, Fernández animó a los convergentes y al PP a aclarar sus propuestas y a no convertir la campaña catalana en un aperitivo de las generales. Los socialistas catalanes, pese a su temor a que el desgaste de Zapatero les perjudique en las autonómicas de otoño, seguían ayer cerrando filas con las propuestas del Gobierno.

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