Su primera experiencia política fue con el Partit per la Independència, que a mediados de los noventa ya proclamaba un independentismo transversal, dirigido por Àngel Colom y Pilar Rahola. Los malos resultados electorales provocaron la disolución del partido, pero ahora Joan Laporta (Barcelona, 1962) encara con mejores expectativas y como cabeza de lista el asalto al Parlament.

¿Es diferente una campaña para ser presidente del Barça o de la Generalitat?

Todo es similar: se trata de explicar a los electores nuestra propuesta. Ahora debo recorrer todas las comarcas de Catalunya, pero tenemos a 500 personas que hacen que nuestro mensaje llegue a todas partes. Y este no es otro que más competitividad, pensiones más dignas, mejores salarios, menos impuestos para las empresas y que se acabe esta dinámica de cierres y deslocalizaciones. Se lograría con la independencia, el fin del expolio fiscal y aplicando políticas a favor sólo de los catalanes.

¿La independencia permitirá alcanzar estos objetivos?

Sí. Los países que han dado el paso hacia su independencia han prosperado mucho más en relación con la situación de la que partían. Aquí, Zapatero decidió bajar los salarios de los funcionarios, congelar las pensiones y recortar infraestructuras. Y Catalunya sufre estas decisiones. Todo esto no pasaría con un Estado propio.

¿Y no tendríamos crisis?

Si sumamos el porcentaje de la deuda española que nos correspondería y la deuda de la Generalitat, Catalunya tendría 24.000 millones de déficit. Si le restamos lo que pagamos a Madrid y no nos devuelve, el déficit se habría reducido a 2.200 millones en 2009. Es el 1,1% del PIB catalán. Si Catalunya fuera independiente, sería el tercer Estado de Europa con menos déficit, por detrás de Luxemburgo y Suecia.

¿Usted ha ayudado a construir el independentismo?

Se ha conseguido que la palabra 'independencia' no sea tabú, que el independentismo tranquilo y basado en criterios fundamentalmente económicos sea entendido por la ciudadanía. Me motiva la voluntad de hacer el mejor Estado del mundo, el más moderno, democrático y eficiente.

Su proyecto es muy parecido al de Joan Carretero, de Reagrupament. ¿Dos ofertas tan similares no hacen perder credibilidad al independentismo?

Al revés, demuestra que habrá dos grupos independentistas. Pero también habrá cinco con propuestas autonomistas.

¿Mete a ERC en el grupo de los autonomistas?

Sí, por haber desasistido al independentismo. Ha preferido gobernar en lugar de trabajar para que Catalunya fuera un Estado de la UE. Y ahora, sin ideas y credibilidad, con un presente y un pasado reciente de incompetencia contrastada, propone un referéndum que sabe que no es viable. Y CiU nos vende un concierto económico que también sabe que no es posible.

Pero ustedes propusieron formar una especie de tripartito independentista a Esquerra y CiU.

Para redimirlos, para darles la oportunidad de formar un frente común de los que creen que Catalunya debe ser un Estado de la UE. Tienen muchos militantes que lo quieren, pese a que sus cúpulas les hayan abandonado. El Estado español es responsable del expolio fiscal, pero ellos son responsables de dejar que este se lleve a cabo.

Su manifiesto promete trabajar contra un posible tercer Tripartito. ¿Esto les obligaría a apoyar a CiU?

No, porque sólo pactaremos con los que se comprometan a declarar la independencia en la próxima legislatura.

¿Avalaría las propuestas de concierto económico (CiU) y referéndum (ERC)?

Sería retroalimentar la farsa de que el autonomismo está vivo y que las instituciones del país tienen poder de decisión, cuando no es así.