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CiU y PP brindan por el giro a la derecha

El hundimiento de PSC y ERC lleva a los conservadores a plazas que hasta ahora tenían vedadas

ALBERT MARTÍN VIDAL

El mapa municipal catalán visto desde el aire ha mutado del rojo socialista, antes omnipresente, a una gran mancha naranja con llamativos puntos azules. Son los colores de CiU y el PP, que desde ayer brindan por el giro a la derecha de una sociedad catalana atacada por la crisis, escamada de siete años de Tripartito y el trauma del Estatut.

La imagen de la jornada en los consistorios catalanes la protagonizó Xavier Garcia Albiol, flamante alcalde del PP en Badalona, tercera ciudad catalana. Tras incendiar la campaña con un discurso xenófobo que investiga la justicia, Albiol salió al balcón del ayuntamiento con la vara de primer edil para encontrarse una plaza con dos bandos diferenciados: a un lado, votantes del PP, al otro, representantes del movimiento de indignados. La tremenda pitada que se llevó el controvertido alcalde llegó acompañada del lanzamiento de objetos como mecheros, hacia Albiol, que estaba acompañado de Alicia Sánchez Camacho y Jorge Fernández. Impertérrito, el nuevo alcalde lanzó unos besos a los indignados.

Al triunfo de García Albiol se refirió la ministra de Defensa, Carme Chacón, presente ayer en el consistorio de Esplugues de Llobregat: 'Aquellas personas que instigan al odio no pueden tener premio; CiU ha cometido un error'. La ministra y dirigente del PSC quiso recordar que 'este país lo hemos construido desde la convivencia'.

La de Badalona no es la única ciudad históricamente socialista que ha caído en manos del PP: Castelldefels, en pleno Baix Llobregat, donde fundamentó su poder José Montilla, también será gobernada por el conservador Manuel Reyes.

Pero la CiU de Artur Mas es la gran dominadora del poder municipal catalán. Gobierna en 30 de las 42 capitales de comarca de Catalunya, con dos joyas de especial valor en su colección: los ayuntamientos de Barcelona y Girona, que nunca hasta ahora habían sido ajenos al PSC. En ninguna de las dos capitales se pudo investir ayer a sus futuros alcaldes a causa de sendos recursos de recuento de votos.

CiU ha impuesto mano de hierro a la hora de establecer sus pactos y ha incumplido en 20 municipios su norma de respetar la lista más votada, principio que sí aplicó en Badalona para permitir a Albiol que gobernara. La federación nacionalista ha conquistado feudos como Mataró, Manresa, Igualada, Reus, Gandesa,Puigcerdà, Ripoll, Olot, Balaguer o Tàrrega.

El PSC, por su parte, ve reducida su poderosa red de municipios a L'Hospitalet de Llobregat, segunda ciudad catalana, y Lleida, donde Àngel Ros logró mayoría absoluta. Los socialistas ven mermado así su principal poder a pocos meses de un congreso, previsto para octubre, que debe refundar el partido.

También ERC ha visto reducida su presencia en las ciudades y se conforma ahora con localidades medianas como Sant Vicenç dels Horts con Oriol Junqueras, aspirante a dirigir el partido, como alcalde, Sant Sadurní d'Anoia o Solsona. En ciudades con más de 80.000 habitantes, los independentistas sólo han obtenido los dos concejales de Barcelona.

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