Este artículo se publicó hace 14 años.
Condenada a dos años de cárcel la madre que pegó a la profesora de su hija
La agresora, una mujer de 46 años que ha reconocido los hechos, deberá pagara además 8.846 euros a la agredida
Una juez de Barcelona ha condenado a dos años de cárcel a una mujer acusada de haber pegado e insultado a la profesora de su hija, del instituto Roger de Flor de la capital catalana, después de que la agresora reconociera los hechos y aceptara la rebaja de pena propuesta por las acusaciones.
De acuerdo con esa sentencia de conformidad, que ha evitado la celebración del juicio, la procesada, Milagros F.G., de 46 años, deberá pagar la indemnización de 8.840 euros que reclamaba la Fiscalía para la profesora.
En sus conclusiones provisionales, tanto el ministerio público como la acusación particular, ejercida por la Generalitat, pedían inicialmente tres años de cárcel para la agresora, que al aceptar la condena de dos años podría eludir su ingreso en prisión, dado que carece de antecedentes penales.
La acusada ha aceptado una rebaja de la pena a cambio de reconocer los hechos
La mujer ha sido condenada por un delito de atentado en concurso con otro de lesiones y por una falta de amenazas, que la obliga a pagar una multa de 120 euros, y se le prohíbe acercarse a menos de 1.000 metros de la víctima y su lugar de trabajo, así como comunicarse con ella, durante los próximos dos años.
Tras una breve vista en la que la procesada ha aceptado el acuerdo alcanzado entre las acusaciones y su defensa, la titular del juzgado de lo penal número 23 de Barcelona ha reprendido a la acusada, una vez el público había abandonado la sala, para recordarle que tiene terminantemente prohibido acercarse a la víctima.
La profesora, que ha seguido desde los bancos destinados al público la escueta vista oral, ha abandonado el juzgado entre lágrimas y arropada por algunos de sus compañeros.
Brutal agresiónSegún los hechos reconocidos por la propia procesada, la agresión tuvo lugar el 6 de noviembre de 2008 a la salida de clase, cuando Milagros F.G. se personó en las inmediaciones del Instituto Roger de Flor de Barcelona y se abalanzó contra la profesora de Ciencias Sociales de su hija, alumna de primero de ESO de ese centro educatio.
La acusada, enojada porque su hija le había dicho que la profesora la insultaba, la emprendió a golpes contra la maestra, en presencia de alumnos y vecinos del barrio barcelonés de Trinitat Nova, mientras la arañaba, le arrancaba mechones de pelo y la arrinconaba contra la pared.
Al mismo tiempo, la procesada insultaba a la maestra con palabras soeces, mientras la amenazaba con matarla, en una brutal agresión que sólo terminó cuando algunos compañeros de la víctima acudieron en su auxilio y la ayudaron a refugiarse en el propio centro educativo.
La versión que siempre ha mantenido la acusada es que esperó a la maestra a las puertas del centro educativo para pedirle explicaciones por los repetidos insultos y vejaciones a los que, en su opinión, sometía a su hija, tras haber intentado sin éxito ser recibida por la profesora.
La protección penal de profesores y médicos de centros públicos se reforzó a raíz de la instrucción que en noviembre de 2006 dictó el entonces fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), José María Mena, para que sus fiscales tipificaran como delito de atentado, castigado con hasta cuatro años de cárcel, las agresiones a profesionales de la educación y la sanidad.
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