El Congreso alumbró hoy uno de esos raros consensos en esta legislatura. Todos los grupos acordaron esta tarde en la Junta de Portavoces de la Cámara baja invitar de forma oficial al presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, para que explique en sede parlamentaria el programa de compra de bonos de deuda soberana.

La iniciativa partió del Grupo Socialista, cuya portavoz, Soraya Rodríguez, remitió por carta la pasada semana la solicitud al presidente del Congreso, el conservador Jesús Posada. Rodríguez alegaba que Draghi se había reunido ya con parlamentarios alemanes y había escuchado 'su opinión'. Esta tarde la discutió la Junta de Portavoces. El PP, el grupo mayoritario, no puso pega ninguna. Y eso era básico, porque sin su respaldo, cualquier iniciativa de la oposición se estrella y muere. 'Nos parece una propuesta muy útil, interesante, es algo de lo que depende mucho nuestro futuro', aplaudió el jefe del Grupo Popular, Alfonso Alonso. Y agregó: 'Parece mentira que yo lo diga, pero es muy oportuna la iniciativa del PSOE y la apoyamos porque es interesante para la opinión pública y para el Parlamento que podamos hablar en la sede de la soberanía popular de algo tan central para la política española y que preocupa tanto'.

Su homóloga socialista, lógicamente, saludó el empujón facilitado por los conservadores, posibilitando que Draghi explique sus planes para el euro y analice la situación de la economía española, sobre la que pesa 'la espada de Damocles de la solicitud de un futuro rescate'. Hoy mismo, desde la Moncloa, Mariano Rajoy afirmaba tras su reunión bilateral con el primer ministro italiano, Mario Monti, que la ayuda europea 'no es imprescindible' en estos momentos. 

Aún se tienen que cerrar los detalles de la invitación y el formato de la comparecencia

Ahora falta encontrar el canal, el cauce parlamentario para invitar a Draghi, porque no existen precedentes en la historia del Congreso. Será Posada quien curse la convocatoria oficial, después de consultar a los grupos el formato. En principio, lo más factible es que el presidente del BCE comparezca en comisión, pero aún debe perfilarse la fórmula. Que lo haga en el pleno de la Cámara se antoja más complicado, por cuanto en el hemiciclo sólo intervienen los diputados, los miembros del Gobierno y autoridades internacionales cuando vienen a España en visita oficial. Alonso declaró que su grupo no tiene inconveniente en que hable en abierto, aunque en todo caso habrá que conocer primero las intenciones de la institución europea. Por eso no existe una previsión de en qué fechas podría aterrizar en Madrid. 

El precedente hay que buscarlo en Berlín, el pasado 24 de octubre. Draghi se reunió durante más de dos horas –y a puerta cerrada– con un centenar de parlamentarios alemanes, para intentar vencer los recelos germanos al plan de compra de bonos anunciado por él mismo el 6 de septiembre. El BCE se comprometió a comprar deuda soberana de forma 'ilimitada' de los países en apuros, pero siempre 'bajo estrictas condiciones' y siempre que el Estado en cuestión pida el rescate. El italiano, tras su reunión en la sede del Bundestag, argumentó que su programa, que beneficia principalmente a España e Italia, no implica una financiación estatal encubierta, prohibida por los estatutos del Eurobanco, ni desalienta el rigor presupuestario. 'Estas acciones han sido concebidas de tal forma que no reduzcan la disciplina fiscal. Y, especialmente, no son trasferencias monetarias', sostuvo en su breve comparecencia ante los medios.  'Igual que puede debatir con los alemanes, lo puede hacer también con los españoles', apuntaló hoy Rodríguez. Y así será. Si Draghi dice sí.