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El Congreso se une ante la división de las víctimas

Bono pide 'firmeza' a la Policía para combatir la 'tibieza' frente a ETA

MIGUEL Á. MARFULL

'Una sociedad benigna o indiferente con los asesinos o sus cómplices siempre es una sociedad enferma'. El presidente del Congreso, José Bono, convirtió ayer el homenaje del Parlamento a las víctimas del terrorismo institucionalizado el pasado año en una proclamación contra cualquier tibieza frente a la imposición de la violencia.

'La indiferencia es tan dura como el olvido', encabezó su discurso, antes de descender de las grandes palabras a los hechos y aprovechar su inter-vención para censurar los gestos de recuerdo a etarras deslizados en distintas fiestas patronales de municipios del País Vasco en los últimos días.

Varias asociaciones boicotean el acto para protestar contra Bildu

'Cuando las calles se ensucian con fotografías de representantes de asesinos, los representantes de la soberanía nacional queremos estar con las víctimas', apuntó ante el Pleno del Congreso, las principales autoridades del Estado y líderes de todas las formaciones, con José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy a la cabeza.

Allí se encontraban también los responsables de Interior de los gobiernos central y de Euskadi, directamente apelados por Bono para pedir 'a quienes tienen mando en fuerzas policiales que impidan con firmeza, contundencia y legalidad que los asesinos sean vitoreados en las calles, en las plazas o en los ayuntamientos. No puede haber tibieza', instó el presidente del Congreso a Alfredo Pérez Rubalcaba y Rodolfo Ares.

A diferencia del pasado año, cuando se celebró el primer homenaje de las Cortes a las víctimas del terrorismo, en esta ocasión, el colectivo había encarado muy dividido la convocatoria. Materializando sus críticas, algunas de las asociaciones más representativas, como la AVT, dieron la espalda al homenaje, fracturándolo en su segunda edición. Su ausencia quería protestar contra la integración de Bildu en las instituciones.

En la tribuna de honor del Congreso, sin embargo, sí se sentaron, entre otras, la presidenta de la Fundación de Víctimas del Terrorismo, Maite Pagazaurtundua, y la de la Asociación 11-M Afectados del Terrorismo, Pilar Manjón. 'No encontrábamos razones para no venir, así que aquí estamos', apuntó Manjón.

'Vuestra presencia aquí, sin más distinción de la que está en vuestros corazones, es una muestra de vuestra generosidad. Gracias por venir', saludó el presidente del Congreso para sortear la división de las víctimas. 'Gracias a las familias de los que perdieron la vida a manos del radicalismo islamista y del fanatismo político o identitario y, sin embargo, al margen de diferencias electorales o partidistas, tienen el corazón dispuesto a hermanarse generosamente con todos los que sufren por la misma causa, por la causa del terror', añadió. 'Vuestra presencia en las tribunas es prueba también de esa generosidad'.

El presidente del Senado, Javier Rojo, sentado en la mesa de presidencia del Congreso junto a Bono, abogó por 'romper el silencio cobarde y cómplice' y subrayó que la sociedad está obligada a recordar a las víctimas 'para que nadie olvide que la jauría está suelta'.

Según agradeció Rojo, 'las víctimas comprenden que la victoria de la democracia sobre el terrorismo, de la razón frente a la sinrazón y el dogmatismo, sólo puede estar sustentada en la legitimidad democrática, en la justicia frente al olvido y en la convivencia frente a la venganza'.

'Por eso podemos afirmar, en un día tan memorable y en la casa de la palabra, que hay vencedores y vencidos: vencedores, la democracia y el Estado de Derecho; vencidos, los terroristas y quienes les amparan', concluyó el presidente del Senado.

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