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Cornisas antifumadores, máquinas colgadas y otros efectos colaterales

A. G.

Hosteleros díscolos, curiosos efectos colaterales e incluso algún que otro accidente han llenado de anécdotas la primera semana de funcionamiento de la nueva Ley Antitabaco, cuyo principal efecto ha sido la erradicación del consumo de esta droga legal de bares, restaurantes y otros establecimientos de hostelería.

En estos días han sido algunos los hosteleros de diversos puntos de España que han decidido ignorar la voluntad del Parlamento y, arguyendo una supuesta caída de las ventas, han decidido incumplir a las claras la norma. Otros, como Pedro Elordui, propietario de la sidrería Ayoberri de Urduliz (Vizcaya), ha optado por protestar contra la ley sacrificando a la pobre máquina expendedora, que luce colgada del techo del local a modo de 'monumento a los fumadores, que tienen que estar pasando frío fuera'. Según explicó ayer a Público, su propósito es mantener la máquina colgada 'hasta que cambie la ley y, si no cambia, hasta que se pudra', en solidaridad con sus parroquianos fumadores.

En el ámbito del ocio nocturno, la entrada en vigor de la Ley ha tenido, por otro lado, sus efectos colaterales, posiblemente no previstos por el legislador. Uno de ellos, según han denunciado este fin de semana los hosteleros, es la proliferación de los llamados lateros, vendedores ambulantes de latas de cerveza que asaltan a los noctámbulos cuando van de un local a otro y que han encontrado en los fumadores que salen a la calle con el cigarro en la mano y sin nada que beber un nuevo nicho de mercado para su negocio ilegal. Estas mafias se han convertido en una de las principales preocupaciones de los propietarios de pubs y discotecas, que también alertan de otra de las consecuencias del veto al tabaco en el interior de los locales: el aumento del ruido en la calle. 'Eso se solucionaría si nos permitieran tener terrazas o, por lo menos, un espacio exterior acondicionado con un toldo, calefactores y ceniceros donde los fumadores sintieran que siguen en el local. Así podríamos increparlos para que no molestaran a los vecinos, pero en la calle, sin más, no', explica Dionisio Lara, vicepresidente de Noche Madrid, una asociación de empresarios de ocio nocturno de Madrid.

Pero la ley ha generado también nuevas demandas que los locales tratan de atender como pueden.

El herido por un desprendimiento culpa del accidente a la nueva ley

Así, al igual que hay guardarropas, algunos locales están habilitando servicios de guardacopas para conservar la consumición ya iniciada de los clientes el tiempo que estos tardan en fumarse el pitillo en la calle, informaPaula Díaz. No obstante, no parece ser una medida que vaya a prosperar, ya que según Lara la gente es 'recelosa' de recurrir a estos servicios. La duplicación de colas para acceder a los locales por la entrada y salida de fumadores es otra de las consecuencias de esta ley y supone, para los dueños de los locales, una dificultad añadida para controlar el aforo.

Por otro lado, pese a que en general busca mejorar la salud pública, la Ley Antitabaco se ha cobrado sin embargo una víctima, atendiendo a la versión de los hechos ofrecida por el propio accidentado. Se trata de un vecino de Bilbao de 44 años, José Miguel Santofimia, que recibió más de 30 puntos de sutura en la cabeza después de que le cayera encima un trozo de cornisa cuando fumaba junto a sus amigos a la salida de un bar el pasado viernes, en cumplimiento de la nueva normativa. Santofimia no tiene dudas sobre quién está detrás del siniestro: 'La Ley Antitabaco casi me mata', dijo el hombre, que tiene claro que, dadas las circunstancias, en lo que se refiere al consumo de tabaco 'habrá que dejar de fumar o buscar otras alternativas'.

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