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Crece el número de hogares de un solo miembro

El 18% de las viviendas que hay en España es unipersonal, casi el doble que hace 20 años. El mayor aumento se debe al divorcio y la viudedad

DANIEL AYLLÓN

El porcentaje de hogares españoles en los que vive una sola persona casi se ha duplicado en los últimos 20 años hasta alcanzar el 18% de las viviendas (en 1991 era el 10%). En total, 3.172.600 personas compartían en 2009 techo en España apenas con su mascota, la televisión o el sofá, según el informe Indicadores Sociales 2011 del Instituto Nacional de Estadística (INE).

Tres fenómenos demográficos explican esta tendencia, según Gerardo Meil, director del departamento de Sociología de la Universidad Autónoma de Madrid: el mayor número de personas viudas, de divorciados y de jóvenes que no esperan a tener pareja estable para emanciparse. La mayor diferencia ha llegado de la mano de los dos primeros grupos. Por edades, el número de menores de 65 años que viven solos (1.513.700) ha crecido un 271% desde 1991, mientras que los mayores (1.658.900) lo han hecho en un 112%. El aumento medio de todos los tipos de hogar fue del 48% por el incremento de la población.

En 2009, un total de 3.172.600 personas no compartían su alojamiento

En los casos de divorcio, salvo que la situación económica obligue a volver a la casa de los padres, 'las personas tratan de mantener su independencia', explica el catedrático Meil: 'O se forma una nueva pareja o se vive solo'.

Fernando Moreno, de 48 años, se separó de su mujer en 2008, después haber compartido 17 años de matrimonio y criado a dos niñas, que ahora tienen 12 y 16 años. 'Donde menos tiempo intentas pasar ahora es en casa. Tratas de alargar al máximo el tiempo que pasas fuera y quedar con gente', señala Fernando. Las salidas del pasado con otros matrimonios con niños siempre terminaban igual: 'Hablando de los niños, los problemas del colegio... Ahora sigo hablando de mis hijas, pero ya no son el único tema. Y quedo más a cenar, a tomar una copa... elijo mis círculos'.

Hay más viudas que viudos porque ellas viven seis años más que los hombres

Al margen del golpe emocional de la separación, otras cosas cambiaron en la vida de Fernando. Entre ellas, el precio de la compra, los gastos de la casa, el alquiler... 'No compartir los gastos ha aumentado un 40% lo que me cuesta la compra del mes'. Además, cuando vivía con su exmujer, él se encargaba de planchar y ella de cocinar. 'He tenido que aprender, aunque tiro mucho de comida precocinada, carnes a la plancha, tortillas... cosas fáciles. Los pucheros sólo los como en casa de mi madre o en restaurantes', añade.

Esta explosión de independencia (o individualismo) abrió un filón de negocio para las empresas, que encontraron un nuevo nicho de mercado. En el último lustro, las ferias para personas que viven solas han crecido como setas en las grandes ciudades y se ha generalizado el termino singles para hacer referencia a este colectivo.

Más oculto está el otro gran grupo, el de las personas viudas. Este está formado mayoritariamente por mujeres, ya que su esperanza de vida es mayor que la de los hombres. La diferencia es de seis años. En España, ellas viven de media 84 años, frente a los 78 de ellos.

Las empresas compiten por el nicho de mercado de los singles'

El aumento de la calidad de vida, la teleasistencia y la llegada de inmigrantes especialmente mujeres latinas, al servicio doméstico son los factores que, según Meil, han dotado de mayor independencia a las personas mayores de 65 años que viven solas. 'Las pautas de convivencia de las personas viudas están cambiando hacia una intimidad a distancia: las generaciones viven separadas, pero siguen en contacto', explica el catedrático de la Autónoma. Mariqueta Vázquez, presidenta de la Asociación de Mujeres por un Envejecimiento Saludable, destaca que las casas tienen ahora menos barreras físicas, lo que favorece una vida más independiente: 'Hay ascensores, microondas, lavadoras... aunque tengas algún problema, puedes vivir sola'.

Además, Vázquez destaca la importancia de la ley de promoción de la autonomía personal y atención a las personas en situación de dependencia, conocida como Ley de Dependencia. Aunque, como ocurre también con las ayudas municipales y autonómicas para adaptar casas y para cuidados a domicilio, su desarrollo en España es desigual porque sus competencias están transferidas y no dependen del Gobierno central.

Vázquez, que vive sola desde hace tres años, reflexiona sobre el cambio de modelo familiar: 'Antes siempre había familiares alrededor de la persona mayor, o esta hacía de golondrina, viviendo una temporada con cada hijo. Ahora vivimos en una sociedad más evolucionada y podemos ser independientes'. 'El único punto negativo es que nos hemos hecho más individualistas', concluye.

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