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La crisis volverá a marcar el último gran duelo entre Zapatero y Rajoy

'No será un discurso de despedida', advierten desde el entorno del presidente. Ambos dirigentes se centrarán en la situación económica. El PP espera que su líder haga a Rubalcaba corresponsable de la gesti&o

M. Á. MARFULL / M. J. GÜEMES


El líder del PP, Mariano Rajoy, y el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en el acto de aniversario del 23-F celebrado este año en el Congreso. MARTA JARA 

Las recuperación económica es el reto. El paro, la prioridad. Son los dos raíles retóricos por los que discurrirá la última intervención de José Luis Rodríguez Zapatero ante el Pleno del Congreso en un Debate sobre el Estado de la Nación, la cita parlamentaria más relevante de cada año parlamentario junto a la discusión de los Presupuestos.

Esta vez, sin embargo, Zapatero encara su sexto duelo con Mariano Rajoy protagonizó desde la oposición tres debates frente a José María Aznar consciente de que buena parte de la atención estará pendiente del escaño que se ubica a su izquierda, el sillón azul del vicepresidente Alfredo Pérez Rubalcaba, relevo de Zapatero y candidato del PSOE a las próximas generales.

Como se prevén unos Presupuestos «durísimos» no habrá anuncios de gasto

El Ejecutivo sabe que buena parte de las réplicas de la oposición irán destinadas al número dos del Gobierno y tratarán de hacer invisible al presidente. 'En ningún caso hará un discurso de despedida; hay mucho trabajo pendiente aún', advierte su entorno, que ultima la intervención de Zapatero sumando los datos cosechados en los últimos días en todos los rincones que administra.

Los próximos Presupuestos, que se prevén 'durísimos', según advierten estas fuentes, impedirán grandes anuncios de gasto, como el extinto y fugazcheque bebé, que fue presentado en 2007 eran años sin crisis en una ocasión similar.

Zapatero ha anunciado su intención de aprovechar la cita que arranca el martes 28 en el Congreso para pedir un esfuerzo colectivo llamando a la puerta de todas las administraciones para salir de la crisis. El propio presidente anunció el viernes en Bruselas su voluntad de 'pedir y hacer un esfuerzo de responsabilidad colectiva a comunidades autónomas, ayuntamientos, fuerzas políticas, empresarios y sindicatos para llevar a cabo la difícil tarea de la recuperación económica y la vuelta a la creación de empleo de manera sostenida'.

El jefe del Ejecutivo pedirá un esfuerzo colectivo a todas las administraciones

'A nadie puede extrañar que el análisis y contenido fundamental va a girar sobre la situación económica', avanzó el jefe del Ejecutivo, sin querer aportar más detalles. Su equipo invita a repasar la comunicación que remitió el Gobierno al Congreso para solicitar el debate.Contiene, según explican, el esqueleto de la intervención. El discurso del presidente es siempre un ejercicio de balance más aún en la recta final de una legislatura y una prospección de futuro.

Ateniéndose a esa recomendación, la palabra reformas sin descartar novedades bajo este epígrafe encabezará el discurso de Zapatero. 'La culminación del ambicioso proceso de reformas emprendido, que implica y requiere (...) desde la adopción de nuevas iniciativas hasta la aprobación de diversas leyes pendientes de tramitación, pasando por el desarrollo de las ya vigentes, centrará la tarea en la última parte de la legislatura', según el texto del Ejecutivo socialista.

Pendientes están aún la culminación de la reforma financiera y los reglamentos que desarrollan la reforma laboral para regular los expedientes de regulación de empleo, entre otros remates por hacer, además de la negociación colectiva recién convalidada in extremis y la actualización del sistema de pensiones.

Rajoy acude con el respaldo del 22-M y el viento a favor de las encuestas

El miércoles pasado Mariano Rajoy reconocía en un corrillo con periodistas que aún no se había puesto a preparar el debate. No le había dado tiempo, por su apretada agenda. El líder del PP, que se encontraba en la toma de posesión de María Dolores de Cospedal como presidenta de Castilla-La Mancha, confesaba que tenía que acudir a muchos actos similares ante el éxito cosechado por su formación el pasado 22-M. Su intención era recluirse en casa durante todo el fin de semana para elaborar su discurso. El jefe de la oposición ya había mantenido su tradicional reunión con el Grupo Popular en el Congreso para recabar opiniones. Le faltaba fijar prioridades junto a sus asesores y su sociólogo de cabecera, Pedro Arriola.

Rajoy acude a su sexto cara a cara con Zapatero con todo a favor. Es la primera vez que puede presumir de haber superado en valoración al presidente del Gobierno y todas las encuestas le sonríen. Además llegará con una nueva credencial: el resultado histórico de su partido, que sacó cerca de diez puntos porcentuales de diferencia a los socialistas en las pasadas elecciones municipales y autonómicas. Mejor que Aznar en 1995, que no llegó a los cinco, lo que de paso le garantiza no ser cuestionado internamente.

Las reformas encabezarán el discurso del jefe del Ejecutivo socialista

La derecha considera que está a un paso de alcanzar la Moncloa. Pero aún quedan unos meses y Rajoy ya no volverá a batirse en las urnas con Zapatero, sino contra Alfredo Pérez Rubalcaba. Por esa razón, aunque para él el protagonista indiscutible es el jefe del Ejecutivo por ser quien ha 'hundido a España en la crisis' con 'sus mentiras', el PP espera que su líder lance también en su intervención torpedos submarinos ala línea de flotación de su futuro contrincante.

El dirigente conservador criticará 'la chapuza' de reformas que se han llevado a cabo, seguirá haciendo hincapié en la 'pésima' situación económica y pondrá el acento en el paro, reclamando, como lleva haciendo desde hace un año, elecciones anticipadas. De todo ello culpará al Gobierno. Previsiblemente recordará que de las 'malas' políticas que se han aplicado son 'corresponsables' todos los ministros. En ese paquete va incluido el candidato del PSOE. Lo más probable es que le eche en cara los cargos que ostenta. Lo que en el PP denuncian como 'incompatibilidades'.

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