Este artículo se publicó hace 14 años.
El dedo en el ojo del juez Garzón
El Partido Popular lleva años tratando de obstruir la labor de investigación del magistrado con ataques constantes hacia él
Pablo Machuca
El enfado del juez Baltasar Garzón con el Partido Popular no es una rabieta injustificada. Sus argumentos tiene el magistrado quien mantiene con el partido de Mariano Rajoy un enfrentamiento enquistado que se prolonga en el tiempo. El PP es y ha sido el dedo en el ojo del juez de la Audiencia Nacional, quien ha tenido que aguantar declaraciones de todos los colores cada vez que abría un proceso que no gustaba a los conservadores.
Y todo porque, como dijo Rajoy en febrero de 2009, "Garzón es socialista" y por ello "no es imparcial". El presidente del PP le reprochaba su ex militancia justo después de que estallara el caso Gürtel, investigado por el magistrado. Algo que a Rajoy no le gustó nada, por ello dijo que el juez se estaba "saltando la ley" al investigar la trama y que su comportamiento con el PP "no es justo".
La investigación de la trama dirigida por Francisco Correa le ha granjeado al juez todos los enemigos posibles en las filas del Partido Popular, donde muchos han aprovechado la ocasión lanzado sus puyas contra el magistrado. Más aún cuando salieron publicadas las fotos de la famosa cacería del juez con el ya ex ministro de Justicia, Fenrández Bermejo.
Los conservadores no le perdonan su condición de ex militante del PSOE
Trillo saltó al ruedo entonces para hablar de "connivencia" con el Gobierno para investigar al PP, por su demostrada "enemistad y constante animosidad" contra los conservadores. "Todo el mundo sabe con quién caza y cena Garzón", continuó Sáenz de Santamaría, en la ofensiva conservadora al juez. Federico Trillo es sin duda uno de los que más ataques ha lanzado contra el juez, ya que le acusó de prevaricador, parcial y sectario por investigar la trama Gürtel, amén de pedirle, hace pocos días, que se replanteara su condición de juez por las querellas que pesan aún sobre él.
También Cospedal exigió al juez que diera un paso a un lado y dejara de inmiscuirse en los trapos sucios del partido, porque según la secretaria general, Garzón no tenía competencia para ello y actuó "en muchísimas ocasiones" lejos de la legalidad. Cospedal criticaba la "patente de corso" que el juez parecía tener y le lanzaba más dardos acusándole de utilizar "la ley en beneficio propio". Por ello pidió una "llamada de atención por parte del Consejo General del Poder Judicial". Razón por la que el PP presentó en febrero de 2009 una querella por prevaricación contra él, al considerar que actuó "con plena consciencia de que carecía de competencia para instruir" el caso Gürtel y le acusaban de "suplantar conscientemente la ley".
Más lejos fue la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, quien llegó a asegurar en los micrófonos de Jiménez Losantos que el juez "acepta regalos de cuantía superior a los de Camps", siendo capaz de hacerle "un traje a mí y otro a usted", en referencia al periodista. Para la lideresa, Garzón "ha hecho todo el daño mediático al PP que ha querido". Aguirre nunca ha demostrado demasiado aprecio por el juez, a quien retó en tono irónico a que pidiera el certificado de defunción "de Napoleón", después de que el juez hiciera lo propio con el de Franco para investigar sus crímenes durante la Guerra Civil. Por pedir, Aguirre hasta le pidió que investigara Paracuellos.
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