Público
Público

La denuncia por adopciones ilegales masivas llega al fiscal

Los afectados reúnen 261 casos de madres privadas de sus hijos y de adultos que saben que fueron comprados. La supuesta red actuó en hospitales de toda España desde 1950 hasta 1980

DIEGO BARCALA

Una red ilegal de médicos, religiosos, funcionarios y enterradores traficó durante tres décadas con recién nacidos de familias desfavorecidas en hospitales de toda España y con total impunidad. La Asociación Nacional de Afectados por las Adopciones Irregulares (ANADIR) presentó ayer al fiscal general del Estado una denuncia conjunta con pruebas de 261 casos de adopciones irregulares que parten de la década de los cincuenta y llegan hasta los años ochenta.

Los casos corresponden en su gran mayoría a madres que siempre han sospechado de que sus hijos no habían nacido muertos, como les dijeron en el hospital. Pero también hay casos de niños adoptados que han comprobado que sus padres adoptivos les compraron de manera irregular y quieren conocer a sus verdaderos padres biológicos. Los denunciantes esperan que la fiscalía abra una investigación que determine quién dirigía la red de adopciones y ponga nombre y apellidos a las familias que acudieron a ella para adoptar, así como a las madres biológicas que fueron robadas. La fiscalía les comunicará 'en los próximos días' si investiga el asunto.

'Mi partida de nacimiento era falsa', comprobó un afectado

'Desde que tuve uso de razón supe que era un niño adoptado. En el pueblo todos lo sabían, mis compañeros de clase me lo decían, pero mis padres nunca me dijeron nada', explica Antonio Barroso, de 41 años, presidente de la asociación que presenta la denuncia. 'Con 14 años pedí la partida de nacimiento y aparecía el nombre de mis padres, así que no investigué más. Le pregunté a mi madre y se echó a llorar. Pero 20 años más tarde me llamó un amigo íntimo, de mi misma edad, cuyos padres le reconocieron que junto con mis padres nos habían comprado a un cura y una monja', prosigue. 'La partida de nacimiento había sido falsificada. Aquí estaba todo el mundo untado', concluye.

Barroso sólo llegó a saber que sus padres dieron 200.000 pesetas por él, que pagaron a plazos durante diez años. Su lugar de nacimiento fue el Hospital Miguel Servet de Zaragoza. 'Mi padre falleció y mi madre tiene 80 años y no está en condiciones de contarme nada más. Llevo tres años en los que no hago otra cosa. Espero que si el fiscal abre diligencias se puedan comprobar los ingresos en el hospital durante el tiempo en el que yo nací'.

'En el cementerio no había ningún feto registrado', dice una denunciante

Barroso comprobó mediante una prueba genética que su madre no era su progenitora biológica. ANADIR prevé la creación de un banco de ADN para esclarecer los centenares de casos que han llegado a la asociación en los últimos meses y que la Justicia ha rechazado investigar hasta ahora salvo en algunas fiscalías. Barroso acudió a un juzgado de Zaragoza que archivó la causa porque los posibles delitos habían prescrito.

Los denunciantes acudieron ayer a la fiscalía con el apoyo presencial de cientos de afectados impacientes por conocer el verdadero paradero de sus hijos y hermanos. Flor Díaz, de 48 años, denuncia la desaparición de dos hermanos nacidos en La Línea de la Concepción (Cádiz) en 1962 y 1967. Uno de ellos sería su hermano gemelo. 'Mi madre tenía una tripa enorme y estaba convencida, por antecedentes familiares, de que iba a tener más de un hijo. Le hicieron una cesárea y cuando despertó le dijeron que había tenido sólo una niña, pero que dentro tenía mucha porquería', relata.

El doctor Nogales, que firma el documento del hospital que Flor sostiene entre sus manos, escribió H (hembra) y V (varón) en el apartado del sexo del parte de nacimiento. 'Las mentiras que le llegaron a decir a mi madre fueron increíbles. Hasta le dijeron que la barriga de una embarazada de gemelos era doble, como con dos jorobas, para que no preguntara más', continúa. En La Línea hay 70 casos de denuncias que incluyen a Nogales y a otro facultativo apellidado Balaguer como firmantes de los partes médicos sospechosos.

La denuncia incluye casos de todas las provincias, salvo Cantabria

Flor busca a su hermano gemelo pero también tiene pruebas que parecen indicar que su madre fue robada de nuevo cinco años después de su nacimiento, en 1967. 'Mi madre tuvo un parto sin dolor y después se quedó dormida. Mi padre no pudo asistir porque era camionero y en ese momento estaba en Turquía. Al día siguiente del parto le comunicaron sorprendentemente que su hijo había nacido muerto. Mi abuela se empeñó en que le enseñaran el cuerpo pese a que le advertían de que era una experiencia desagradable. Pero consiguió que le dieran un cuerpo y se las apañó para hacerse una fotografía con él. Aquel niño muerto no era mi hermano y guardo la fotografía', explica.

Flor emprendió en 2006, tras la muerte de su madre, una investigación documental a fondo de lo que había pasado en los partos de su madre. Comprobó que en mayo de 1967 no había sido enterrado en el cementerio de La Línea ningún feto. 'Y ahí registran todo, hasta tenían escrita la entrada de una pierna', explica Díaz.

Las historias de los denunciantes describen el perfil de las víctimas y el método usado por la mafia. Se trataba de familias desfavorecidas, de un bajo nivel cultural, a las que les robaban el recién nacido en el propio hospital. A la familia se le decía que no se preocupara del entierro, que no intentaran ver el feto porque podía resultar muy doloroso y que olvidaran el asunto. La red mafiosa entregaba el niño a la familia compradora, que lo registraba en una provincia lejana al lugar del crimen.

La red actuó de manera similar en todas las ocasiones, según los datos recabados por ANADIR. Las denuncias se extienden por todas las provincias excepto Cantabria, donde no ha aparecido de momento ningún caso.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias