Aun centrado en la crisis económica y sus satélites -paro, inmigración, vivienda…, el debate político presente en los medios no pierde de vista las reclamaciones sociales más polémicas y que son las que establecían, hasta ahora, la línea divisoria más profunda y visible entre izquierda y derecha.

Tres son las medidas que el Gobierno está impulsando o decidido a impulsar que le enfrentan más duramente en los púlpitos del debate con los dirigentes del principal partido de la oposición. Los socialistas actúan con coherencia electoral, pues una abrumadora mayoría de sus votantes les piden, como recoge este Publiscopio, la ampliación de la ley del aborto (67%), el impulso de la ley de Memoria Histórica (57%) y la legalización de la eutanasia (78%).

El rechazo de Rajoy a estos tres proyectos de Zapatero no se corresponde con la realidad conservadora, pues el líder del PP obvia, con sus duros reproches al Gobierno, a un sector importante de su base electoral que respalda a éste (aborto, 31%; memoria histórica, 25%, y eutanasia, 47%).

Ante esta ceguera del PP frente a una parte considerable de su partido que le pide un sí a las importantes medidas progresistas del Gobierno, ¿será posible el consenso?

Desde el Ejecutivo aseguran que “lo intentarán, por supuesto”, aunque no tienen demasiadas esperanzas. Y en el PP aseguran que están dispuestos “a hablar de todo”, pero “con papeles” en la mano, no en abstracto.

En realidad, Rajoy no tiene ningunas ganas. El líder de la oposición cree que Zapatero ha lanzado estos “debates artificiales” para “distraer de la crisis” y “generar tensión”. Mientras él se muestra reacio a abordar estos asuntos, su compañera de partido, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, no pierde comba.

Ella, en su aparente intento de erigirse como contrapoder al líder del PP frente a Zapatero, defiende entrar a fondo en todos los temas, plantándole cara al Gobierno