Las desgravaciones fiscales previstas para 2012 ascenderán a 38.102,7 millones de euros, el 5,6% menos que en 2011, según el proyecto de ley de Presupuestos Generales del Estado presentado este lunes en el Congreso de los Diputados.

Esto se hace más significativo teniendo en cuenta la amnistía fiscal que anunció el viernes el ministro de Hacienda Cristobal Montoro, por el que el un sujeto que defrauda a Hacienda tendría la posibilidad de pagar un gravamen del 10% de lo que debe y así automáticamente su situación quedaría regularizada.

Destaca la caída del 9,2% en los beneficios fiscales del IRPF, 1.528 millones menos, como consecuencia de la disminución del número de declarantes y de rentas sujetas a este impuesto.

El descenso en la desgravación fiscal del IRPF es especialmente patente en la deducción por inversión en vivienda habitual, que tendrá una caída del 13,8%, a pesar de que se ha aumentado el número de contribuyentes que pueden acceder a ella en función de su renta.

En cuanto al IVA, acontece algo parecido, ya que la aportación de incentivos se recorta el 4,3%, debido a la crisis y a la prórroga del tipo superreducido del 4% a las entregas de viviendas nuevas. Asimismo, los beneficios fiscales del Impuesto de Sociedades caen el 1,7 %, por la mala coyuntura económica que implica menos empresas con ganancias y un empeoramiento de sus resultados contables.

Sin embargo, la recaudación que se haga a través del Impuesto de Sociedades se incrementará en 2012 un 17,8% sobre lo obtenido en 2011, hasta alcanzar los 19.564 millones de euros. A esa cantidad, el Gobierno espera ingresar 5.350 millones adicionales con diferentes medidas que pretenden que no continúe la caída del tipo efectivo que finalmente pagan, sobre todo, las grandes empresas.

Se reduce para los años 2012 y 2013 del 5% al 1% el límite anual máximo deducible del inmovilizado intangible correspondiente al fondo de comercio, tanto por adquisición de entidades como por reestructuraciones empresariales. Además, se elimina la libertad de amortización para grandes empresas, mientras que para las pymes se mantendrá siempre que vaya vinculada a la creación de empleo.

Por tiempo indefinido no serán deducibles los gastos financieros que excedan del 30% del resultado del ejercicio, si bien siempre será deducible un millón de euros y no lo serán los gastos financieros derivados de la compra de participaciones de entidades de un mismo grupo, salvo que la entidad justifique motivos económicos para la compra de estas participaciones.

Se fija un pago fraccionado mínimo para las empresas cuyo resultado contable supere los 20 millones de euros al año, que será del 8% del resultado de su cuenta de pérdidas y ganancias, y del 4 % si al menos el 85 % de sus ingresos se deben a rentas exentas o dividendos con derecho a deducción por doble imposición.

Por su parte, los ingresos por IVA se reducirán un 2,6% como consecuencia del bajo ritmo de la economía española, hasta los 47.691 millones.

Por su parte, los ingresos por Impuestos Especiales caerán el 11,5 %, hasta los 18.426 millones de euros, en cuyo caso influye 'sobremanera' la reducción de los bienes de consumo sujetos a estos gravámenes, sobre todo los hidrocarburos.