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Desplantes por la esposa kamikaze

La detención de la mujer de un general provoca los últimos días en Canarias una sucesión de plantes en actos oficiales

Ó. LÓPEZ-FONSECA

El enfrentamiento entre el Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil en Canarias provocado por el caso de la mujer del general del Ejército detenida y condenada en junio por conducir en direcciónprohibida amenaza con enquistarse. En las últimas dos semanas, varios de sus principales protagonistas han dejado ver públicamente su malestar por cómo se resolvió aquel incidente de tráfico. Y lo han hecho con llamativos desplantes en los actos protocolarios que en los últimos días se han celebrado en las islas con motivo de los patrones de ambos cuerpos policiales.

El primero en hacerlo notar fue, precisamente, el esposo de la conductora kamikaze, el general del Ejército de TierraFrancisco Martín Alonso. La policía le había concedido la Cruz al Mérito con distintivo blanco y la intención de la jefa superior en Canarias, la comisaria Concepción de Vega, era imponérsela en los actos protocolarios que con motivo del patrón del cuerpo se iban a celebrar en Las Palmas el pasado 4 de octubre. No fue posible. El general Martín Alonso fue el único condecorado ese día recibían también medallas los máximos responsables de la Armada y el Ejército del Aire en las islas que no acudió al acto. Se excusó alegando que debía acudir a la vecina Tenerife. El militar no envió a un subordinado en su lugar.

El militar no fue a recoger la medalla que le concedió la policía

El hecho llamó la atención a los asistentes al acto, sobre todo a los representantes sindicales de la policía, que en los días anteriores habían criticado la condecoración al general al interpretarlo como un intento de sus mandos de desagraviar al militar por la detención de su mujer a manos de agentes de este cuerpo. 'Hay que reconocer que había morbo por ver cómo le imponían la medalla', reconocen a Público asistentes al acto.

Ocho días después era la celebración de la Virgen del Pilar en las dependencias de la Guardia Civil en la isla la que servían de escenario para un nuevo desplante por el caso de la kamikaze. En esta ocasión fue la delegada del Gobierno en Canarias, Carolina Darias, la que no acudía al acto de este cuerpo policial, cuyo máximo responsable en las islas es el general Miguel Martínez, autor en julio de sendas cartas con membrete oficial enviadas a la propia delegada y a la jefa superior de Policía en las que les exigía que se tomase 'las medidas apropiadas' contra el agente que detuvo a la mujer del militar bajo la sutil amenaza de romper relaciones entre los cuerpos policiales. Darias, que en todo momento ha apoyado la actuación del policía en la polémica detención, envió en su lugar al subdelegado Vicente Oliva.

El general ya había evitado estrechar la mano a la delegada en un acto público

Los desplantes de los últimos días ya habían tenido un precedente en septiembre. Entonces, durante una celebración en la localidad grancanaria de Teror, los dos ausentes en los actos de los últimos días se encontraron por primera vez tras salir a la luz pública el escándalo de la detención. Aquel día, el general Martín Alonso evitó estrechar la mano de la delegada del Gobierno, en un gesto que no pasó inadvertido a los presentes, sobre todo porque sí saludó a las personalidades que se encontraban junto a ella. Al finalizar la procesión religiosa, Darias buscó al general y le saludó efusivamente ante los periodistas, en un intento fallido por acallar rumores.

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