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"La detención es injusta, no tiene ni pies ni cabeza"

El decano del Colegio de Pilotos explica cómo se gestan estos vuelos.

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Llevar un lazo blanco en los aeropuertos españoles estos días es sinónimo de solidaridad con los pilotos y tripulantes españoles retenidos en Chad. Javier Martín-Sanz, decano del Colegio Oficial de Pilotos de la Aviación Comercial (COPAC), lo porta y lo repartió ayer junto a otros compañeros en Barajas. 'No sólo deberíamos llevarlo los pilotos, también las azafatas y el resto de los ciudadanos. Mantendremos la campaña hasta que los retenidos regresen a España'.

Martín-Sanz, que compagina el trabajo de piloto en una compañía aérea con su función de decano del citado colegio profesional considera irregular que los dos pilotos y las cinco azafatas estén detenidos por algo que no les compete. 'Es una injusticia manifiesta. Algo que no tiene ni pies ni cabeza', relata.

Aunque se declara convencido de que este asunto 'no se mueve en el ámbito aeronáutico, sino que es en parte judicial y en gran medida diplomático', el COPAC ha realizado gestiones con algunas de las familias de los retenidos y con el Ministerio de Exteriores para ofrecerles su apoyo. 'Me consta que Exteriores no está con los brazos cruzados'.

Al decano de los Pilotos de Aviación Comercial no le encaja la tesis de la complicidad de los españoles en este episodio. Para explicar su postura, relata de modo conciso la forma en la que se contratan estos servicios de transporte aéreo. 'Cuando alguien está interesado en realizar un vuelo recurre a un broker aéreo que contacta con diferentes compañías'.

En este caso en concreto, el broker realizó gestiones con otra operadora de vuelo más antes de decidirse por Girjet. Una vez decidida la compañía, es ésta la que avisa a la tripulación de guardia y se les explica que van a trasladar a niños hasta Francia para que sean atendidos médicamente. 'Éstos son vuelos que nos encanta hacer a los pilotos. A mí me toca ese vuelo tal y como estaba presentado y habría ido encantado', asegura. Así, sostiene que 'no nos queda más remedio que apoyar a unos compañeros que estaban trabajando'.

En los últimos días el teléfono de Martín-Sanz no deja de sonar. Son muchas las compañías que realizan servicios de aerotaxi las que se sienten incómodas con la situación. Tienen miedo. 'Podría haber sido yo', me comentan algunos compañeros.

'Los pilotos somos responsables de la operación, pero hay partes en las que no entramos. Entendemos que si nuestros pasajeros han pasado el control de pasaportes es que están en situación legal', dice.

A la hora de buscar en su memoria una situación similar a ésta del pasado, Martín-Sanz recuerda que en 2002 los tripulantes de un avión español estuvieron retenidos dos días en las Islas Comores después de el país sufriera un golpe de Estado.

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