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"Dime que me quieres, ZP"

CiU espera a que Zapatero la designe como 'aliada preferente' para entrar en materia con el PSOE

FERRAN CASAS

'El PSOE lo tendrá difícil si quiere contar con CiU de buenas a primeras. Los nacionalistas han cambiado y aprendido lecciones después de pagar su 'sentido de estado'. Ya no tienen nada que perder y afrontan prudentes el diálogo con los socialistas. Según fuentes de la federación les sobran razones para 'desconfiar' de Zapatero. A eso le añaden las heridas por los pactos de Pujol con el PP entre 1996 y 2003, que aun sangran y han costado decenas de miles de votos, y el riesgo de, como les pasó a ERC e ICV el 9-M, ser víctimas del 'abrazo del oso' socialista.

Lo primero que esperan es que Zapatero los nombre 'novia oficial' y diga qué quiere de ellos. El presidente se ha dedicado a emitir mensajes confusos y a 'enredar mucho'. Alguna vez ha dejado a entrever que sería bueno entenderse con CiU y otras ha metido al PNV en el pack. También ha dicho que quería 'acuerdos con todos', incluso con los restos de Esquerra e IU-ICV y el BNG.

Diversas fuentes de la federación insistían en que es prematuro hablar de condiciones políticas porque todo dependerá 'del tipo de alianza que busque el PSOE'. No será, señalan, lo mismo si CiU es, como hasta ahora, potencial aliado para pactar algunos asuntos que serlo con carácter preferente (los 10 escaños de Duran le bastan a Zapatero para la mayoría absoluta).

Entrada tardía en el Gobierno

Si son la 'novia oficial' se podrá hablar de apoyos de más alcance e incluso de una 'posterior' entrada en el Gobierno, hipótesis que el PSOE ni se plantea y que la federación ha enfriado a corto plazo por la coyuntura económica.

La primera cita formal será para pactar las mesas de las Cortes y formar grupos parlamentarios. CiU necesitará el préstamo de se nadores socialistas para tenerlo en el Senado y en el Congreso el PSOE tendrá complicado sentar a José Bono en el sillón de presidente. Duran no pone reparos si el reparto de presidencias de comisiones y cargos en la mesa le beneficia pero CDC no quiere ni oír hablar del 'españolista' Bono. Mas se comprometió, junto con el PNV y el BNG, a vetarle. Su entorno avisaba que 'mal empezamos' si Zapatero pacta con Rajoy investir a Bono. Darle un puntapié sería 'un gesto'.

En CiU descartan que Duran presida la cámara baja. Eso les obligaría a apoyar al PSOE y limitaría su capacidad de incidencia 'más allá de los efectos que tendría en la imagen de Duran en España; no en Catalunya'.

El PSC lo querría con un doble objetivo: torpedear a Bono y resolverle el problema de las alianzas a Zapatero con un coste bajo e inocuo. Su secretario de organización, José Zaragoza (padre espiritual de las efectivas campañas antiPP) declaró que no tienen reparos en que CiU pacte con el PSOE porque sobrevivieron cuando lo hizo entre 1993 y 1996 y estaban en la oposición. A lo que no están dispuestos (y de ahí el problema con Mas) es a que los acuerdos zarandeen el gobierno catalán. Los cambios puede que, dada la situación de ERC, lleguen por otras vías.

La federación sigue instalada en el wait and see con los móviles conectados y hasta los topes de batería. Pese a que el pacto de Mas con Zapatero por el Estatut de espaldas a Duran marcó un antes y un después en CiU, el secretario general de CDC deja que el líder de Unió, la cara en Madrid, lleve la negociación.

Rubalcaba y Sánchez Llibre

En unos días Alfredo Pérez Rubalcaba y el diputado Josep Sánchez Llibre, hábil escudero de Duran, empezarán a 'explorar el terreno'. El Fouché del Cantábrico (pese a ocupar escaño por Cádiz y vivir en la Castellana) tendrá difícil conseguir algo más que la abstención de CiU en la investidura.

En CDC esperan que Unió no 'olvide' cuestiones que en campaña han sido 'irrenunciables' para cualquier pacto como las infraestructuras, el despliegue del Estatut, las balanzas fiscales, la reforma del trazado del AVE por Barcelona o una reforma fiscal.

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