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Dirigentes de tendencias diversas se conjuran para preservar la unión del PSOE

Valenciano, Pajín, Madina y Óscar López acuerdan trabajar 'para sumar'

GONZALO LÓPEZ ALBA

En el enredo sucesorio del PSOE, para la mayoría se ha llegado a una situación en la que la que la elección ya no es entre una opción buena y otra mala, sino que sólo cabe intentar acertar con 'la menos mala'. Y lo menos malo, para muchos, es lo que evite la división.

En torno a este objetivo de 'trabajar para sumar', y al de preservar el legado de José Luis Rodríguez Zapatero y su dignidad política, se conjuraron el martes en una comida cuatro relevantes dirigentes de distintas sensibilidades, aunque con una larga trayectoria de relación personal.

El vértigo ante un posible vacío de liderazgo cunde entre los socialistas

Los comensales, que se han propuesto repetir periódicamente, fueron Elena Valenciano, portavoz del Comité Electoral, cercana a José Blanco y Alfredo Pérez Rubalcaba, y tres destacados miembros de la generación más joven de dirigentes en primera línea: la ministra Leire Pajín, vinculada directamente a Zapatero; Eduardo Madina, número dos del grupo parlamentario en el Congreso y fiel a Patxi López; y Óscar López, secretario general de Castilla y León, próximo a José Blanco.

En el movimiento cíclico de la marea sucesoria que agita las aguas del PSOE toca reflujo en estos días. Tras la consigna lanzada el lunes de enfriar la expectativa de que Zapatero anunciará el próximo día 2 al Comité Federal que no será el candidato en 2012, la impresión dominante ayer entre los dirigentes socialistas era que en el palacio de la Moncloa ganan posiciones los que aconsejan al presidente que posponga el anuncio de su retirada e incluso la candidatura.

El momento para elegir al sucesor acapara las diferencias internas

Pero esta impresión no se sustenta en ninguna información verificada por quienes la difunden, sino en intuiciones e incluso, según reconocen algunos de ellos, en 'deseos'. La información verificada por Público es que los dirigentes territoriales que la semana pasada recibieron el aviso de que el anuncio se produciría el día 2, hasta ayer no habían recibido contraaviso alguno, ni sobre la fecha prevista ni sobre el contenido. Y también se ha podido contrastar que, a medida que se aproxima esa fecha, crece en el PSOE el vértigo al vacío de poder.

Esta sensación, confirmada entre dirigentes de distintos territorios y sensibilidades, se ve acentuada porque a la incógnita sobre la fecha y el contenido del anuncio se añade el interrogante que rodea a la hoja de ruta a seguir, singularmente en lo que se refiere al momento para la convocatoria del proceso de primarias del que tendría que surgir el nuevo cartel electoral.

El aviso recibido por los principales dirigentes territoriales no incluía esta aclaración, entre otras cosas porque en esto Zapatero no ha dado ni pauta ni pistas. Su opción inicial era que las primarias se hicieran después del verano, pero la presión es fuerte para que se hagan antes de las elecciones del 22 de mayo.

El vértigo al vacío que se percibe en el PSOE es también la sensación derivada de la oscuridad en la que, con su mutismo, Zapatero ha vuelto a colocar a los suyos, incluidos los que forman parte del núcleo duro del Gobierno y del PSOE. Personas de estos círculos reconocen que hasta el domingo o lunes, cuando pudieron constatar de primera mano el malestar del presidente porque hubieran trascendido sus intenciones, tenían 'muy claro que anunciaría su retirada el día 2'. Pero ahora, los mismos interlocutores dicen no tener claro 'ni la fecha ni el contenido'.

Esta sería, según las diversas fuentes consultadas por este periódico, otra de las razones que explicaría el repliegue público de los principales barones, que llevan semanas pidiendo que despeje la incógnita antes de los comicios municipales. Sin embargo, los más representativos han actuado con algún conocimiento directo de las intenciones del presidente del Gobierno y ahora, a diez días de la fecha marcada en rojo en el calendario socialista, estarían siendo víctimas también del miedo al vacío de liderazgo que, a su juicio, se produciría si el anuncio de la retirada Zapatero no se cierra con la inmediata elección de su sucesor.

Pero también se aportan otras explicaciones plausibles y compatibles con las anteriores. Una de ellas sería el temor a que Zapatero pueda reconsiderar su retirada, lo que aconsejaría en estos momentos levantar el pie del acelerador a quienes, y no sólo han sido dirigentes territoriales, llevan meses empujándole.

Aunque oficialmente se niega que alguien haya presionado al presidente, resulta muy revelador el comentario realizado a Servimedia por Francisco Fernández Marugán, un veterano con una indiscutible cultura de partido: 'Ya vale de presionar a Zapatero'.

El portavoz presupuestario exclamó que los socialistas tienen 'suficiente trabajo que realizar' en los próximos meses como para enredarse en debates que ponen en entredicho la figura del presidente. Esta es la razón por la que algunos destacados miembros de la vieja guardia y no sólo zapateristas de primera hora, como José María Benegas, le han aconsejado que retrase todo lo posible cualquier anuncio sobre su candidatura. Hay incluso quien ha llegado a sugerirle que lo que tendría que hacer en estos momentos es 'dar un golpe de mano', hacer una nueva crisis de Gobierno y apurar su mandato no ya hasta marzo, sino hasta finales abril de 2012, como permite la ley.

Pero el 2 de abril sigue marcado con un círculo rojo, en Ferraz y en la Moncloa.

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