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División en la Audiencia Nacional sobre su futuro ante el final de ETA

Los partidarios de este órgano destacan su eficacia frente al crimen y abogan por clarificar sus competencias

ÁNGELES VÁZQUEZ

El anuncio de ETA del cese definitivo de su actividad armada ha dado pie a la izquierda abertzale para volver a reclamar la desaparición de la Audiencia Nacional. Los mismos jueces del tribunal se muestran divididos entre partidarios y detractores de una sede judicial a la que la polémica ha acompañado desde su nacimiento.

Los que están a favor destacan su eficacia frente al crimen organizado, por lo que la desa-parición del terrorismo local, es decir, el de ETA, sería totalmente indiferente. Los detractores, en cambio, resaltan 'la excepción' que supone en la organización judicial general. Y eso que el Constitucional ya la avaló en 1987, al entender que sus competencias no se limitaban al terrorismo.

Sus detractores la ven 'una excepción' y apuestan por la normalidad

Para el presidente de la Audiencia Nacional, Ángel Juanes, es 'conveniente que siga existiendo', porque responde a las recomendaciones del Consejo Europeo encaminadas a la creación de tribunales especializados para dar respuesta al crimen organizado. E insiste: 'Es un tribunal que se rige por normas comunes, no excepcionales'.

De ahí que considere 'un error' su desaparición, cuando está siendo imitada por otros países y cuenta con un gran prestigio en América Latina. Pero es que su postura a favor de la Audiencia Nacional es contundente: 'Lo que no tiene sentido es que se creen tribunales especializados en los 17 tribunales superiores de justicia, con el consiguiente gasto' que supondría en plena crisis.

Para la vocal Robles, sólo tenía explicación ante el terrorismo

No obstante, pese a su defensa, se muestra partidario de clarificar su ámbito competencial para que quede estrictamente limitado 'a los delitos cometidos por grupos y organizaciones criminales, aparte de las euroórdenes'. Su especialización facilita la colaboración jurídica internacional, porque, a diferencia de España, cualquier país sabe dónde debe dirigir sus peticiones de ayuda.

Juanes es de los que sostiene que, cuando se creó, en 1977, la Audiencia no incluía el terrorismo entre sus competencias, algo de lo que discrepa el presidente de la Sala de lo Penal de la Audiencia. Según Javier Gómez Bermúdez, 'nace para juzgar el terrorismo, pero por una feliz casualidad se convierte en un tribunal especializado en crimen organizado y gran delincuencia económica'.

A su juicio, 'la desaparición de un tipo de terrorismo no tiene nada que ver con la desaparición de la Audiencia. Si desa-pareciera todo el terrorismo, ojalá, la Audiencia seguiría teniendo actividad'.

Juanes: 'Lo que no tiene sentido es crear 17 tribunales especializados'

En lo que sí coinciden amboses en destacar que la Audiencia no sólo es jurisdicción penal, también se encarga de revisar las decisiones de los secretarios de Estado y los ministros en su Sala de lo Contencioso-Administrativo, algo 'importantísimo en un Estado de las autonomías'. La Sala de lo Social se encarga de los conflictos laborales de grandes empresas establecidas en todo el territorio nacional.

El juez decano de la Audiencia, Santiago Pedraz, limita el porcentaje de asuntos relativos a terrorismo de los juzgados centrales a un 15% el año pasado y confía que este descienda a un diez. Por eso, defiende la Audiencia Nacional para la investigación del crimen organizado frente a los juzgados territoriales, que, cree, pueden verse desbordados ante un caso de esas características.

No obstante, es consciente de que un terrorismo como el de la kale borroka puede ser instruido en el País Vasco. Una opinión que la vocal del Consejo General del Poder Judicial Margarita Robles extiende a todo el terrorismo. Entiende que, aunque 'no es un tribunal excepcional, supone una excepción', por lo que es partidaria de su desaparición o, al menos, de 'redimensionarla por completo'. Para ella, 'el gran triunfo de la democracia es la normalidad'.

Robles, que en la década de los ochenta fue juez en el País Vasco, señala que sólo 'en una situación de terrorismo, cuando la sociedad vasca era muy indiferente, se puede encontrar una justificación a la Audiencia Nacional'. Para luchar contra el crimen organizado, sostiene, se deben crear órganos especializados en cada tribunal. Como ejemplo cita los juzgados de lo Mercantil, que asumieron las grandes quiebras de las que hasta entonces se ocupaban los de lo Civil.

Otro crítico de la Audiencia es precisamente uno de sus magistrados. Ramón Sáez Valcárcel comparte la opinión de Robles y se pregunta por el sentido que tiene un tribunal especializado en el orden penal, cuando la amenaza terrorista ha desaparecido. Una reflexión que extiende a la legislación procesal, penal y penitenciaria, para acabar advirtiendo del riesgo que supone abusar de métodos policiales en el trabajo judicial.

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