Este artículo se publicó hace 13 años.
El encargado de las tiendas dice que la 'Gürtel' pagó los trajes
Es el primer testigo que respalda los indicios contra Camps y Costa. La cajera afirmó que los encargos del expresident quedaban pendientes de pago
Después de varios días en los que todos los testimonios habían sido favorables a Francisco Camps, un testigo dio ayer la vuelta al juicio contra el expresident valenciano. Se trata de Víctor Sanfelipe, el que fuera uno de los encargados de las dos tiendas que, supuestamente, fabricaron y vendieron los trajes que la trama Gürtel regaló al exmandatario. Estas dádivas son las que le han llevado hasta el banquillo, ya que, de demostrarse, supondrían un delito de cohecho pasivo impropio.
Camps está siendo juzgado por este delito junto a Ricardo Costa, quien fuera su mano derecha en el PP regional hasta que fue cesado en 2010. Se da la circunstancia de que los empresarios presuntamente corruptos consiguieron adjudicaciones millonarias de la Generalitat valenciana en el mismo periodo en el que hicieron los regalos a los dos políticos.
Ayer, Sanfelipe describió el mecanismo con el que los miembros de la trama encargaban y pagaban los trajes de Camps y Costa. Las prendas se apuntaban en una cuenta de Álvaro Pérez, el cabecilla de la trama en Valencia. La deuda quedaba ahí durante meses, acumulándose con encargos para otros políticos valencianos. Finalmente, otro miembro de la misma red, Pablo Crespo, saldaba la deuda. Esta secuencia se repetía periódicamente.
"Aquí el que pagaba era Pablo Crespo", dijo sobre el número dos de la trama
El testigo construyó tal relato a partir de las preguntas que le hicieron los abogados y fiscales. Tras cada una de sus afirmaciones crecía el nerviosismo entre el público de la sala, formado en su mayor parte por familiares y personas afines a los acusados.
La primera afirmación incriminatoria llegó cuando apenas habían pasado cinco minutos desde el comienzo del interrogatorio. El testigo había afirmado que los empresarios pagaban la ropa "para la Comunidad Valenciana". La Fiscalía Anticorrupción le pidió que concretara quiénes eran las personas que recibían las prendas. "Me refiero al señor Camps, a Rafael Betoret... (...), Ricardo Costa...", dijo el encargado de las tiendas.
"El traje era para Francisco Camps y el ticket de caja se ponía a nombre de Pablo Crespo", describió. Y, acto seguido, explicó la lógica de tal comportamiento: "Aquí el que pagaba era Pablo Crespo. Entonces, para hacernos una idea de lo que tenía que pagar, lo poníamos a su nombre".
A lo largo de las tres horas que duró la declaración, el malestar entre el público, los acusados y los letrados de las defensas fue subiendo. Los presentes parecían no poder creerse que aquel chico joven, vestido de manera informal, estuviera tumbando las tesis de la defensa. El testigo hacía sus aseveraciones con el mismo aplomo con el que podría contar que el sol sale todos los días, y su lenguaje llano hacía que sus afirmaciones aparecieran como obviedades.
Los espectadores se removían en sus asientos y se hacían llegar notitas. El propio Camps esbozaba una mueca que pretendía ser una sonrisa de aplomo; el mismo gesto con el que, mientras fue presidente, acompañaba su negativa a responder las preguntas incómodas. Por su parte, el magistrado llamó la atención dos veces a los presentes: les pidió silencio y que dejaran de "pasarse papelitos".
Confirmó que el expresident devolvió cuatro trajes, pero no pagó el resto
Sin embargo, Sanfelipe sí coincidió en un aspecto con la declaración que el propio Camps hizo el pasado martes. El expresidente dijo que compró nueve prendas y un par de zapatos, de los que devolvió cuatro y pagó el resto en efectivo, ya que no usa tarjeta de crédito para que los dependientes de las tiendas no puedan pensar que carga sus gastos personales al erario público, según explicó. El antiguo encargado verificó que, efectivamente, Camps devolvió cuatro trajes. Pero dijo no tener constancia alguna de que Camps hubiera pagado mediante ninguna vía el resto de la ropa. "Que yo haya visto, lo ha pagado siempre Pablo Crespo, todo lo que se apuntaba siempre en la cuenta de Álvaro Pérez", explicó.
El letrado de Camps, Javier Boix, pretendió durante su turno de preguntas desacreditar la versión sostenida por el testigo. Demostró que Sanfelipe conoce y se encuentra regularmente con José Tomás, el exdirector comercial de las dos tiendas, cuyo testimonio fue clave para imputar a los dos políticos. El testigo reconoció que se ve de vez en cuando con el sastre, "a pasear a los perros" o, a veces, "a comer".
La relación con el sastreBoix destacó a través de sus preguntas que Sanfelipe fue testigo judicial en el juicio que enfrentó a Tomás con el antiguo jefe de ambos, Eduardo Hinojosa. El abogado también puso de relieve que el exencargado recordó ayer más detalles de lo sucedido que en su anterior declaración, acaecida en 2009. El testigo arguyó que el paso del tiempo y lo que ha visto en "la tele" han contribuido a refrescarle la memoria.
Víctor Sanfelipe es el único testigo que hasta ahora ha respaldado los indicios que apuntan a la culpabilidad de Camps. También es el que menos tiene que perder en esta causa: sufre una enfermedad desde 2007 que le impide trabajar. Ya ha pasado por un "tribunal médico", como él mismo reconoció ayer, y no podrá desempeñar su tarea en el sector textil ni en ningún otro.
Las declaraciones causaron nerviosismo en el público afín a Camps
El resto de testigos, sin embargo, tienen poderosos motivos para guardar silencio. La mayoría están imputados en causas conexas es el caso de los empresarios autores de los regalos, Francisco Correa, Álvaro Pérez y Pablo Crespo, y de la empleada de la trama Isabel Jordán. Otros conservan su puesto de trabajo en la misma empresa en la que tuvieron lugar los hechos.
Este último es el caso de Elena Rodríguez, que fue cajera en una de las tiendas y ahora sigue trabajando para el mismo grupo propietario de estas, Cortefiel. Rodríguez declaró ayer por la mañana. Frente a la claridad de los recuerdos de Sanfelipe, afirmó que apenas recordaba nada de lo sucedido a causa de los cinco años transcurridos.
Después de tres horas de interrogatorio, lo único que abogados y fiscales sacaron en claro es que algunos tickets con el nombre de Camps y Costa permanecían sin pagar durante meses. Fueron incluidos en un inventario de pedidos pendientes de pago fechado en enero de 2006. Sin embargo, en el inventario siguiente de agosto del mismo año aparecieron los mismos tickets junto a otros de altos cargos vinculados al PP regional, pero esta vez sin los nombres propios: habían sido sustituidos por el nombre general "Comunidad Valenciana".
Rodríguez reconoció, además, que Álvaro Pérez, el Bigotes, visitaba el establecimiento con asiduidad, en ocasiones acompañado "de un hombre alto con el pelo blanco", a quien identificó como Pablo Crespo.
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