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Pablo Iglesias: "Hay sectores del Estado profundo que van más allá de la ley"

Con tono relajado, y naturalmente sin su icónica coleta, el ex vicepresidente del Gobierno y ex líder de Podemos, Pablo Iglesias, rompe su silencio en una entrevista publicada en un diario italiano en la que habla como alguien que ha estado en ambos lados: contra el poder y en el poder. "Las ideas y el poder siempre chocan", afirma.

Pablo Iglesias sin coleta.
Pablo Iglesias sin coleta. Archivo

La primera aparición en medios de Pablo Iglesias viene cargada de simbolismo: hace 20 años en la ciudad de Génova se organizaba una de las mayores protestas contra la reunión del G8 que tuvo lugar en la ciudad italiana. Allí estaba un jovencísimo Iglesias con los grupos antiglobalización, preparado para el ataque de la Policía.

"La represión organizada en Génova me hizo comprender que una parte del Estado no acepta la democracia cuando va contra ella y sus intereses propios", recuerda, en una entrevista en el diario italiano La Stampa.

Así, habla de aquellos "ataques premeditados" de 2001 y los enmarca dentro de un diseño preciso de represión. "Destruyeron la posibilidad de organizarse colectivamente utilizando un dispositivo de violencia política", recuerda.

"Cuando me entierren, que me pongan una bandera republicana y un mono blanco"

También habla de la foto que le acompañó a La Moncloa, una en la que aparece él  vestido con un mono de trabajo, para no olvidar de dónde venía él mismo. "Para mí es una identidad fundamental. Cuando me entierren, que me pongan una bandera republicana y un mono blanco".

"Partes del aparato estatal han intentado destruirnos [a Podemos] gracias a sus lazos con el poder mediático", asegura el político, y añade: "No obstante, la experiencia del G8 nos preparó para ello, sabíamos que el poder no toma prisioneros y protege los privilegios; cuando la democracia cambia el equilibrio de poder, alguien deja de ser democrático".

"A veces, hay sectores del Estado profundo que van más allá de la ley, de la dinámica democrática", desliza el ex vicepresidente, sin desvelar nada más.

Sobre su partida tras renunciar a la Vicepresidencia, presentarse como candidato para la Comunidad de Madrid y cosechar una importante derrota, insiste en su discurso: "Entendí que tenía que irme donde fuera más útil, no es una derrota sino que ahora voy a trabajar donde mi aportación sea más necesaria".

"Está claro que hay un precio político cuando se llega a un acuerdo de legislaturas con las fuerzas vascas y catalanas", comenta, y agrega: "De hecho, se cierra la posibilidad de que el Partido Socialista se vuelva a aliar con la derecha. Hay un precio, pero no importa".

[NOTA: Por error del redactor que editó esta información, se puso en la información "bandera blanca" en lugar de "mono [de trabajo] blanco". Rogamos disculpen las molestias].

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