Los senadores del ERC no han avalado la reforma constitucional debatido en el Senado, ya que sus portavoces consideran que las comunidades pierden autogobierno y autonomía financiera.

De entre los senadores nacionalistas que han intervenido, el representante de ERC, Miquel Bofill, ha aprovechado la ocasión para pedir la independencia de Catalunya, así como más peso específico propio en Europa para liderar la recuperación, instando a los catalanes a que 'se salten el muro de la Constitución'. En opinión de Bofill, la reforma es 'de derechas', 'antisocial', 'inaceptable', 'poco democrática', 'rompe todos los consensos' y 'limita la autonomía de Catalunya'.

Asimismo, este senador ha achacado el déficit de la comunidad al déficit fiscal contraído con el Estado, un vínculo que, si no existiera, propiciaría que Catalunya tuviera superávit y prácticamente hubiera dejado atrás la crisis.

ERC, al igual que ICV y otros partidos, impulsará la recogida de firmas de 26 senadores para conseguir el referéndum.

En nombre de ICV ha intervenido Joan Saura, quien ha opinado que el cambio en la Constitución no amansa a los mercados, debilita la autonomía financiera de los territorios y atenta contra la demanda ciudadana a favor de más participación política, ya que PSOE y PP niegan el referéndum. En términos similares se ha pronunciado el portavoz del PNV, Joseba Zubia, solo que los nacionalistas vascos votarán en contra.

Aunque en contra de la reforma constitucional, CiU ha preferido la abstención.

Los tres diputados que la corriente interna del PSOE, Izquierda Socialista, tiene en el Congreso decidirán este fin de semana si finalmente se suman con su firma a la petición de un referéndum sobre la reforma de la Constitución.

Barrio, De la Rocha y Pérez Tapias se han pronunciado públicamente a favor de un referéndum desde que PSOE y PP pactaron incluir en la estabilidad presupuestaria en el artículo 135 de la Constitución.

En ambas Cámaras el plazo para solicitar la convocatoria de un referéndum finaliza el próximo 22 de septiembre. Si todos los partidos antirreforma se unieran faltarían aún 8 firmas para alcanzar los 35 diputados necesarios.